viernes, 26 de septiembre de 2008

EL AMERICANO TRANQUILO (1958), de Joseph L. Mankiewicz


Uno de los más valientes y más sólidos directores de los años cincuenta y sesenta, Joseph L. Mankiewicz, se atrevió a rodar esta versión de la afamada novela de Graham Greene (posteriormente revisada por Philip Noyce con Michael Caine de protagonista con el título de El americano impasible) y tuvo serias dificultades para llevar a cabo el rodaje. Estamos hablando de 1958, época en la que ya los americanos estaban llevando operaciones de desestabilización del gobierno de Vietnam como prólogo de la guerra más larga del siglo XX y el Código Hays de censura aún estaba vigente, es decir, Mankiewicz no podía sugerir con claridad que el gobierno de los Estados Unidos estaban interesados en el brote comunista del Sudeste Asiático. Como resultado de todo ello, Mankiewicz no quedó contento del resultado final (aunque hay que reconocer que sortea los avatares de la censura con una inteligencia envidiable) y Graham Greene abominó de esta versión y no dudó en echar la culpa al director.
Después de lo anecdótico, lo opinable. Y es una opinión que sé que muchos no van a estar de acuerdo. El americano tranquilo, de Joe Mankiewicz es una estupenda película, realizada con un escrupuloso sentido de la historia de amor que se contiene en ella y que elude las prohibiciones acudiendo directamente a la inteligencia del espectador. Dos y dos son cuatro, sólo hay que hacer la suma. En el papel principal, extraordinario, Michael Redgrave que, con una clase que nunca más se ha vuelto a dar en el cine, aporta elegancia y un toque de corrupción a su personaje de periodista que sólo sabe perderse entre la multitud para que en su vida no haya nada que decir. Bien es cierto que un error mayúsculo fue la elección de Audie Murphy para el papel de ese extraño americano que aparece en un país asolado por un terrorismo que puede parecer incomprensible (pero que no lo es en absoluto). Lanzado al estrellato con La roja insignia del valor, de John Huston, Murphy es un actor que alcanzó fama por ser héroe de la Segunda Guerra Mundial pero con recursos dramáticos muy limitados y con una estatura física realmente pequeña para un personaje que requiere un encubrimiento que los espectadores deben desvelar pero eso no empaña el esfuerzo de uno de los directores con la más sólida carrera, cuya filmografía puede o no gustar pero que, de ningún modo, se puede decir que alguna de sus películas fuera mala. El americano tranquilo es una excelente historia que está rodada de manera mucho más fiel (…y evidente) en la versión de Philip Noyce pero que, en esta ocasión bajo la batuta de Mankiewicz, revela la aguda visión de un director que tuvo que jugar con los sentidos para no equivocarse de dirección.
Así que, hagan memoria. Tal vez quienes fueron sus enemigos lo fueron por razones mucho más convincentes que una guerra en ciernes. Quizás la noche oscura del pelo de una mujer que esconde tu corazón sea un camino empedrado de estrellas que tienes que pisar para no ver derrotado el orgullo de tu hombría. Nunca es tarde para seguir siendo joven. Y no hay que perder de vista a quien dice ser un hombre tranquilo…precisamente ése es el tipo que está agitando el suelo por donde andas…


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