jueves, 11 de septiembre de 2008

EL TREN DE LAS 3,10 (2007), de James Mangold


Proverbio I. Versículo 1: En 1957, Delmer Daves articuló una historia de exactitud cronometrada en torno al eterno enfrentamiento entre Fausto y Mefistófeles con Margarita al fondo cambiando el fuego del infierno por la aridez de un pueblo mortecino que espera la llegada de un tren que se llevará al diablo con destino a las mazmorras de Dios.

Versículo 2: El hecho de que "El tren de las 3,10" en esta ocasión estuviera dirigida por James Mangold hacía concebir ciertas esperanzas a que la jugada saliera bien habida cuenta de aquella película una tanto olvidada que dirigió en 1997 con el título de "Copland" y que contiene la mejor interpretación de toda la carrera de Sylvester Stallone hábilmente secundado por Robert de Niro, Harvey Keitel y Ray Liotta.

Proverbio II. Versículo 1: Hacer un "remake" de una clásico indiscutible, cuando menos, es innecesario. Aún lo es más cuando en la adaptación nos olvidamos de las intenciones del original y nos dedicamos a transformar la historia en la redención de un hombre que, por una vez en su vida, quiere ser un héroe dejando aparte el hecho de que toda la aureola mítica que quiso desprender Daves con su versión de 1957 aquí queda diluida convirtiéndose, eso sí, en un sinsentido mítico (para mayor información véase el incomprensible cambio de actitud del personaje de Russell Crowe que en la primera versión está totalmente justificado en la piel de Glenn Ford, el inútil diseño del personaje de Peter Fonda que resulta totalmente prescindible, la milagrosa curación de los heridos de gravedad y la increíble velocidad de los compinches de Crowe al hacerse 80 millas a caballo con la rapidez con la que se pasa de un plano a otro. En el film de Daves se explica con un desvelo que hace pensar que los malvados de aquella época eran mucho más listos que los de ahora).
Versículo 2: Aunque pueda parecer pasado de moda, uno echa muchísimo de menos escuchar la voz de Frankie Laine entonando la melodía "3,10 to Yuma".
Versículo 3: A pesar de que Crowe añade a su personaje algunos matices de interés, Glenn Ford supo transmitir los deseos de un hombre que, en su nada típica maldad, envidia a su captor porque tiene una familia que defender y por la que está dispuesto a sacrificarlo todo. Van Heflin conseguí darnos a entender que, con su trabajo, él era un héroe todos los días de su vida. Aquí, Christian Bale aporta mucha intensidad en su mirada y muy poca profundidad en su trazado.
Versículo 4: Realmente, parece que los objetivos de Mangold no son parecerse a Daves sino aproximarse a una historia de perdedores con el vigor de Samuel Fuller y con algunas pinceladas del "Solo ante el peligro", de Fred Zinnemann. Pero Mangold tampoco es Fuller. Y mucho menos, Zinnemann.
Proverbio IV. Versículo 1: Desde que Clint Eastwood revolucionó al western con una película tan extraordinariamente clave como "Sin perdón" parece que todas las películas del género quieren imitar su realismo hasta caer en la impostación (quizá con las honrosas excepciones de dos joyas totalmente olvidadas y subvaloradas pero de desarrollo fascinante como las muy personales "Desaparecidos", de Ron Howard y "Open range", de Kevin Costner).
Proverbio final: La gente salía entusiasmada del cine. Y, modestamente, pienso que poner el acento en la palabra "violencia" no hace a una película necesariamente mejor y tampoco tiene por qué ser más realista. Yo recomiendo, sin importar el orden, que vean la versión de 1957 de Delmer Daves y la de 2007 de James Mangold. El corazón del público es grande e indulgente. El de un crítico de cine tiene que dedicarse a pesar los corazones de las películas...Por eso, por la mañana me colgarán sin dejar que vea el sol...
Responso: No importa lo que se haga ahora. Seguro que ya se hizo antes y, muy probablemente, se hizo mucho mejor.
Amén.

2 comentarios:

El jinete polaco dijo...

Mil perdones por intervenir en tu excelente blog tan a destiempo, pero suelo visitarlo tras volver a ver alguna película (porque la pasan por tv, me resulta al alcance porque aparece en la programación de algún festival...) y suceden estas cosas (comento una entrada de hace quince años...).
- Innecesaria (tú lo dices) a pesar de que el clásico de Daves no fuera un éxito de taquilla.
- Descolocan los elementos que tergiversan el original, no sé si por el aroma a cine comercial o porque van buscando sorprender al espectador.
- Lo del final, con Wade eliminando tan a gusto a toda su banda (que se había fajado intentando liberarlo), por mucho trato que hubiera hecho con Bale, no es de recibo. ¿Los mata a todos tranquilamente porque es un malote muy desagradecido y no tiene escrúpulos? Pero si justo se había vuelto bueno y había ido voluntariamente al tren para respetar el trato con Bale...
- Incluiría,también, como honrosa excepción Hostiles, de Scott Cooper.
- No me gustó.
Un abrazo y muchas gracias por tus críticas.

César Bardés dijo...

No te preocupes. Para eso se cuelgan los artículos que previamente han sido publicados en prensa, para que tengan un recorrido mucho más permanente, así que puedes comentar lo que quieras en el artículo que quieras. Y agradecido, además.
No importa que el clásico de Daves no fuera un éxito en taquilla. Al público de la época no le gustó que Glenn Ford interpretara a un malvado (lo hace realmente bien) y tampoco Van Heflin se llevó el beneplácito porque lo consideraron demasiado soso (o, más bien, manso).
Descolocan los elementos que tergiversan el original por la sencilla razón de que creen que haciéndolo todo más fácil, el público entrará mejor en la historia. Es una buena muestra de considerar al público bastante corto de entendederas (la prueba la tienes en el personaje de Bale)
Hostiles, de Scott Cooper, es muy buena, cierta. En la época en la que publiqué el artículo no la había visto todavía, claro, porque "Hostiles" es de 2017. Si quieres leer lo que publiqué sobre ella está en https://losojosdellobo.blogspot.com/2020/03/hostiles-2017-de-scott-cooper.html
Abrazo de vuelta y muchas gracias por dejar tu aportación. Es valiosa.