jueves, 23 de octubre de 2008

MAX PAYNE (2008), de John Moore

Pañon… pañon… pañon… pañon…más pañon…ras…zaaaaca…bum…bum…chas….cloing…glasss…forroglasp… jo, la de rojo, da gloria verla…pfiuu…pfiuuu…batablum….recontrabatablum…hiperrapuntalazatablum…cómo mola, tío…y el cielo se convierte en el infierno…y los ángeles del infierno, las valkyrias esas…joer…guai, tío, guai.
Bueno, pues ya está. Ya está hecha la crítica ¿no? Al fin y al cabo, desde la olvidada atalaya de la modestia, uno empieza a cansarse de declaraciones por la red y varios medios de prensa escrita y visual que para hacer una crítica…no hace falta haber visto chopocientas mil películas, ni escribir algo acentuado en la sal, ni tener tantas referencias. La opinión de ese tipo de al lado que ha estado jugueteando con la botellita de plástico dándole fuerte a su rodilla cual culata de pistola en cráneo de una de las 165 víctimas que salen en este engendro, vale tanto como la del más experto de los estudiosos de la teoría del cine. De hecho, en cuanto termine estas líneas al vuelo, voy a ver al encargado de la sección de ciencias del periódico, a ver si me deja deslizarle la opinión de que el universo se expande siempre que la mecánica cuántica experimente una contracción inversamente proporcional a la inteligencia exprimida al ver esta cosa…total, mi opinión vale tanto como la suya.
Sí, sí, ya lo sé. A usted, el que ha guiñado el ojo encontrando una réplica tales líneas. Yo también me doy cuenta de que lo que el cine intenta (desde hace más de diez años) es atraer a las salas al público que ha crecido saltando entre junglas de video-juegos, que cree que la vida es un interminable plano a cámara lenta y que la estética del cuero es lo más conquistador que ha parido madre. De paso, el cine ha dejado de dar alimento a la generación que creció con él, total, una panda de viejos que utilizan algo tan anticuado, tan absurdo, tan efímero y tan relativo como es la inteligencia. ¿Solución? Hagamos cosas como ésta, o como Wanted, o como tantas y tantas otras. Disparemos una media de mil seiscientas balas, movamos la cámara mucho, como disfrazándonos de algo importante, procuremos trucar los planos de tal manera que un hombre como Mark Wahlberg (de movimientos más torpes que una rana en una jaula de pájaros y que se mueve por la pantalla con la gracilidad de un árbol) parezca un misterioso hombre que no tiene nada que perder porque ya lo ha perdido todo (algo nunca visto en el cine, totalmente novedoso). Y ya está, tenemos el argumento, las balas, la cara, la cámara lenta dispuesta a coger la estética de lo imposible. No exijamos más. El cine camina hacia eso. Un argumento cogido con hilitos de pespunte casero, unas cuantas explosiones a lo bestia, unos tíos muy feos haciendo de malos y dándoles así como un aire siniestro de títere vampiresco, una chica que pa qué, oscuridad, laberintos más fáciles de resolver que el juego de las palabras cruzadas y…la desolación, snif, triste desolación de un hombre que camina entre la basura para poder llegar a un paraíso en el que no cree. Ja.
Y el caso, aún más preocupante, de que, en un cine a medio llenar, la gente salía satisfecha como diciendo: “Pues ha molado”, “Joer, el tiro ése que el tío hace patrás”, “El vídeo juego es mejor”, “Me esperaba menos”. Y yo, entonces es cuando me quedo sólo en un universo plano, desolador, vacío y más oscuro que las sonoras chupas de cuero que pueblan estos desastres y me digo a mí mismo: “Pero si la droga azul ésa que desata un mundo de cómic para niños de doce años, seguro que sabe a lima limón”. Y corro intentando buscar la salida de un mundo futuro de pesadilla en el que todas las películas son parecidas a ésta y se me ocurre una reacción que no tiene nada que ver pero que sirve al propósito del pañon….pañon…
Y es que exigimos tan poco que hasta las balas están mal disparadas. Somos una civilización de lo visual que se ha hundido en la barbarie de la expectación pasiva de ojos fijos y bocas abiertas. En cuanto hay algo explicativo, aprovechamos para hablar con el de al lado. Mientras haya fuego, explosiones y cartuchos saliendo en un imparable desfile de estupor estético, nos quedaremos con la boca abierta. Y, total, para saber cómo es esta película, no lean todo este rollo. Pregunten al de al lado. Les dirá: “Pos mola”. Y su opinión valdrá tanto como la del mismísimo François Truffaut.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando encuentres la salida de ese mundo futuro, por favor me la enseñas. Nunca me gustaron las películas de ciencia ficción, en realidad ni siquiera sé si esta lo es. Las de antes al menos tenían un punto de romanticismo. Las de ahora me temo que ni eso tienen. Digo me temo porque no he visto ninguna, ni veré. Me remito a los videojuegos que manejan mis sobrinos y eso, que creo que es en lo que se inspiran. Si a eso se le puede llamar inspiración, claro. Lo que no entiendo muy bien es por qué tu vas a ver este tipo de pelis. Imagino que será obligado por tu trabajo de crítico. No sé, me llevé una decepción al ver tu estreno del jueves. Esperaba que tomaras otro camino. De alguna peli española, por ejemplo. Quiero ir a verla y me interesaba leer antes tu opinión sobre ella.
Un saludo

César Bardés dijo...

Bueno, vayamos por partes. Efectivamente, me he visto obligado, previa invitación a ir a ver este absoluto bodrio y los jueves pongo en el blog lo que sale publicado en el periódico. Es lo malo que tiene el trabajo de crítico de estrenos, que no siempre puedes ir a ver lo que quieres, sino lo que te mandan.
Por otro lado, no, no es una película de ciencia-ficción. En realidad, quiere ser un policíaco, la búsqueda obsesiva de un poli por saber quién mató a su mujer y a su hijo pero esto ni es cine, ni es nada. Lo indignante no es eso. Lo indignante es que aún haya gente que justifique un subproducto mental como éste. Supongo que lo que te hubiera gustado es saber lo que pienso de "Sangre de mayo" (Garci no debe de apreciarme mucho porque no me ha invitado) y, en realidad, creo que ha hecho un excelente trabajo, riguroso, cuidadoso y muy apreciable. Como siempre tengo algunos reparos a algunos de sus "tics" de dirección, quizá peque de excesivamente larga pero no cabe duda de que el esfuerzo se ha notado y está por encima de lo que ha hecho últimamente. Creo que te gustará. Y en cuanto a las críticas de los jueves, mientras dure pues es sólo un desempeño temporal, no hagas mucho caso, en la mayoría de los casos voy obligado, unas veces tengo suerte y otras, no.
Un saludo.

Anónimo dijo...

No me refería a Sangre de Mayo, pero no importa. Me viene bien tu opinión sobre ella porque también quiero ir a verla. Aunque me temo que nadie esté dispuesto a acompañarme y no me gusta ir sola al cine. No sé por qué coño, con perdón, decir Garci es como decir un nombre maldito. Poca gente quiere ir a ver sus pelis y a mí me encantan. Me refería a otra peli española que acaba de estrenarse. Camino.
Gracias de todas formas

César Bardés dijo...

Bueno, en cuanto a Camino, no la he visto. Sé que toca al Opus Dei y es un tema que me provoca un cierto rechazo. Quizá, si tengo un rato libre, me acerque a verla más que nada porque a Javier Fesser le tengo en cierta estima y me parece un hombre capaz de encarar las cosas con cierta valentía. De lo que no cabe duda es que parece ser que es una película que hurga en la oscuridad de la institución intentando explorar el lado malo del sectarismo tan horrible que siempre han llevado algunas autoridades de la iglesia. Espero que te guste si vas a verla.

Anónimo dijo...

Me solidarizo contigo, César. Para alguien que ama el cine como tú y lo ve como lo que es, un arte, un entretenimiento sano(no las bazofias en su mayoría que estrenan los viernes), una forma de vida e incluso una especie de religión, debe de ser complicado realizar críticas sobre sucedáneos de lo que se llaman películas.
Sigo tus post sobre cine y la verdad que después de escribir sobre tantas obras maestras y tantas maravillas debes sentirte un poco como los grandes directores que, por motivos de la industria tienen que hacer películas de encargo, pero qué te voy a decir que no sepas...
En fin, al tal Wahlberg de marras(no se merece ni que escriban bien su apellido)ya le cogí una profunda manía en "Infiltrados" mientras salían de su boca un montón de tacos, como emulando al grandísimo Pesci en "Uno de los nuestros".
En cualquier caso esperaremos al 19 de Diciembre , día que Eastwood estrenará "El intercambio", la mejor manera de terminar el año.
Un abrazo, Alberto.

César Bardés dijo...

Gracias por tu apoyo, Alberto. A veces, de ir tanto contra corriente, uno piensa que, de verdad, es un bicho raro, un tipo anclado en algunos esquemas del pasado que no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos de un arte que, como todo arte, debe avanzar pero que, en mi opinión, cada vez se está quedando más y más inútil. Y si es inútil, ya no es arte. De todas formas, quiero hacerte una aclaración. El ejercicio de la crítica como tal no es un mero reflejo de autocomplacencia. Es evidente que en el ejercicio de la crítica tiene que haber también el articulismo agresivo contra lo que se cree que golpea el arte o el entretenimiento sano o ese estilo de vida que algunos cinéfilos o cinéfagos practicamos (a mí me gustaría que en lugar de cinéfilo se pudiera decir "cinélogo", me parece mucho más adecuado...qué pedante, ¿no?) Y, también, en ocasiones, el escribir algo negativo con unas buenas dosis de ironía, como en este caso, es una válvula de escape que es muy sana para tener aún más claro que es lo realmente bueno. De todas formas, estoy seguro de que tampoco te descubro nada nuevo. Espero con ilusión, como siempre, a Eastwood y sus dos nuevos proyectos después de "The changeling" me parecen muy atractivos. También hay que esperar a Bryan Singer, creo que es posible que nos dé una buena sorpresa.
Un saludo muy afectuoso y gracias por tus comentarios. Siempre son como un soplo de aire fresco.

Anónimo dijo...

Se me olvidó comentarte que, aunque un poco tarde, estoy descubriendo "Los Soprano", en apenas un par de semanas he engullido tres temporadas.
Me resulta una serie que bebe y mucho de grandes películas, pero al mismo tiempo tremendamente original. No sé si la habrás visto, supongo que sí. En caso de que así sea, me gustaría saber tu opinión sobre ella, pese a que la dirección de este blog no vaya encaminada a ello.
Gracias y discúlpame por abusar de tu tiempo y confianza.
Un saludo, Alberto.

Anónimo dijo...

Una de las cosas que siempre me ha ha atraido de la cosa esta del cine es su potencial capacidad trasgresora. Me cabrea enormemente que esto se esté perdiendo en los últimos tiempos en aras del aborregamiento. Precisamente me quejaba yo del particular la semana pasada en el foro de cinéfilos a propósito del estreno de Camino. De todas formas no me extraña que los críticos lleveis fama de tipos avinagrados y tristes. Si es que os lo ganais a pulos. En fin, me despido ya esperando ávidamente su crítica de High School Musical 3 para la próxima semana.

PD: Sus críticas sí que molan mazo, tío. Lo flipas.

César Bardés dijo...

Pues bueno, poco te puedo comentar sobre "Los Soprano", Alberto, aunque sí que he visto la primera temporada. De lo poco que he visto, sin duda, he de decir que me parece una excelente serie y, además, un reflejo de que, al igual que el cine se está dedicando a captar a la generación que ha crecido con el videojuego, creo que las series de televisión están intentando atraer para sí a los que hemos crecido con el cine y, visto el panorama, preferimos quedarnos delante del sofá. No sólo "Los Soprano" me parece una serie muy buena (y estoy de acuerdo contigo, con grandes referencias a cineastas que ya son clásicos y que nos deslumbraron en los setenta y los ochenta y no hace falta que diga nombres, tu ya sabes cuáles son) sino que otras series como "24", me parecen buenísimas. "House", si quitamos la ilógica de algunos de sus argumentos médicos, tiene algunos de los diálogos más brillantes que he podido escuchar en mucho tiempo. "Prison break", "Alias"....Y pido perdón si sólo cito éstas y me olvido de otras aunque lo hago desde la perspectiva del aficionado pues no me considero ningún experto en televisión pues soy y, creo que lamentablemente, seré siempre animal de cine. Por cierto, este año yo que tú intentaba escuchar la noche de los Oscars por Onda Cero. No está confirmado pero...
Un saludo de gratitud y otro de confianza.

César Bardés dijo...

Pues sí, Dexter. En el circulillo de la profesión (de la cual procuro mantenerme todo lo más apartado que puedo salvo que se me ofrezca alguna oportunidad que merezca la pena), hay un aborregamiento general, un mero ejercicio de autocomplacencia a la hora de ser crítico (que no criticón y eso hay que diferenciarlo pero que muy bien). Sin duda, el cine tiene una capacidad transgresora que, simplemente, se está perdiendo. En parte porque el crítico, el verdadero crítico no hace su trabajo y está sometido, en muchos casos, a intereses económicos. En parte, también, porque el nivel de exigencia del espectador ha caído hasta las alcantarillas y parece que los demás tenemos que bajar el nivel para que nadie se sienta mal. Con esto, ni mucho menos, quiero decir que esté orgulloso de mi nivel, pero lo que no voy a hacer, ni en este orden, ni en ningún otro, es hacerme pasar por tonto para conseguir ser aceptado como un tonto más y sentirme más "in" que "out". También te doy la razón en que, en general, los críticos son avinagrados y tristes por lo general. Tampoco voy a dar nombres, pero si tu supieras cuánto crítico de fama y renombre hay que viene rebotado de la Escuela de Cine porque quería ser director y suspendió, y suspendió, y suspendió...que te darías cuenta del por qué del carácter de algunos y del por qué intentan llamar la atención o crear corrientes de opinión basadas en un resentimiento exclusivo.
Y, por cierto, tío, gracias por decir que mis críticas molan mazo, creía que en ésta ocasión no había molado nada porque había tomado el camino del desenfado más corrosivo que me ha sido posible.
Un saludo, Dex y gracias de nuevo.