jueves, 26 de marzo de 2009

LOS ABRAZOS ROTOS (2008), de Pedro Almodóvar


Siempre he pensado que Pedro Almodóvar se desenvolvería especialmente bien en el género negro, utilizando sus retratos ibéricos con acomodaticios argumentos que reflejaran la retorcida y especialmente proclive personalidad del español más grotesco para ofrecernos retratos repletos de cinismo y agudeza. En esta ocasión, el director manchego roza la frontera del género de penumbra para narrarnos el asesinato de una película y lo que le sale es una película herida de muerte.
Los abrazos rotos son esos cariños interrumpidos por un destino que parece estar basado en Orfeo y Eurídice y en el Ascensor para el cadalso, de Louis Malle aunque Almodóvar, muy acertadamente, hace oportunas paradas en clásicos referenciales y reverenciables como Te querré siempre, de Roberto Rossellini (no en vano el neorrealismo pasa por ser uno de los rasgos de su propia personalidad cinematográfica), como El fotógrafo del pánico, de Michael Powell, o como Belle de jour, de Luis Buñuel. Todo ello no es planteado como un homenaje sino como un testimonio de amor hacia una película o, mejor dicho, hacia el cariño inmenso, interrumpido siempre por las tijeras del montaje, con que se hace una película hasta convertirla en razón y ser, en foco y decisión, en imaginación revelada, en esperanza que se marchita en rojos pasión, en negros de melodrama, en obsesión magnífica.
En ese camino que tanto se parece a un encefalograma de la creación, hay algunos planos fascinantes, de una originalidad deslumbrante y con algunos instantes de tanta brillantez que la admiración se convierte en mirada y no se puede apartar la vista de la pantalla pero Almodóvar se deja algo del atrevimiento que siempre le ha caracterizado por el camino, no parece que quiera llegar al corazón sino a la cabeza. El matar a una película no conmueve en ningún momento (sobre todo si es una película que se parece sospechosamente a Mujeres al borde de un ataque de nervios) cuando podría ser un motivo de absoluta perfección a la hora de abordar el exterminio de la pasión de crear por la simple aparición de la pasión de amar.
En toda la historia sobresalen con luz propia algunos nombres propios como Lluis Homar, el ciego que ve y que cree que lo que más talento debió tener es lo más cercano a la frustración y al fracaso que han probado sus labios de inolvidable sabor, o como Blanca Portillo, intensa e intentando extraer todo el dramatismo de un personaje con más corazón que fotograma, o como ese extraordinario actor que es José Luis Gómez, capaz de hablar con la mirada y de mirar con la boca. Pero en los vericuetos de la trama se cuela la inverosimilitud en algún pasaje importante como la inusitada y repentina confesión del personaje de Blanca Portillo sin presión de ningún tipo, precisamente cuando todo comienza a tener un cierto orden que había sido hecho añicos catorce años antes. Y es precisamente en el suelo de la sala de montaje donde se han dejado algunas cosas que hubieran otorgado más coherencia a un conjunto que hubiera merecido la pena, que hubiera sido una pequeña maravilla hacia una forma de hacer cine nacida desde el mismo núcleo del corazón. Una película, aquí, es asesinada y no es la que se nos cuenta.
Y no, no voy a hablar de Penélope Cruz y de los fútiles intentos de intentar asemejarla a Audrey Hepburn o cosas similares. El fenómeno está ahí y de tontos sería no aprovechar la estela de las estrellas. Al fin y al cabo, eso también es pasión por hacer una película y yo le doy las gracias al de Calzada de Calatrava por su intento porque en su error también ha estado acertado, y eso es algo que sólo pueden hacer los grandes.

27 comentarios:

M.I. dijo...

Bueno....
Bueno....
Bueno....
Sabes que no la puedo leer. Necesito ver esa película y no quiero que nada influya en mí, ni siquiera tú, jajajaja.
Sabe usted también de mi fascinación por "El Deseo presenta un filme de Pedro Almodóvar".
Y nada, digo lo mismo que con la peli de Meirelles, que mis directores favoritos deberían haber esperado a que me ponga en activo para poderles criticar. :(

César Bardés dijo...

Tocar lo intocable tiene sus riesgos...pero he templado cajas teniendo en cuenta que en el periódico sienten verdadera adoración por él. En el fondo es lógico. Aún así, suscribo todo lo escrito, todo está muy pensado y muy reflexionado. Al fin y al cabo yo no soy de esos que hacen una afirmación a la ligera sin haber buscado un por qué.

M.I. dijo...

¿Sí? ¿En el periódico sienten admiración por Pedro?. No lo sabía.
En cualquier caso, deduzco que no es una crítica favorable la tuya. En líneas generales (yo no he leído nada), pero mi marido me repite constantemente que no tiene buenas críticas.
Puede que estemos ante otro caso como "La Mala Educación", que nos dimos cuenta de que era buena cuando la premiaron en Francia.
En todos los casos, mi objetividad es nula cuando se trata de este director. No obstante... ya te diré.

M.I. dijo...

No he podido resistir la tentación, y he leído tu crítica.
Una película asesinada en la sala de montaje. Coincides con Carlos Boyero (bueno, nosotros somos mejores críticos que él, jajajaja), pero coincides cuando él explica que la historia carece de conexión. Y, en este caso, no se puede cargar las tintas contra los montadores ni contra la productora, porque Almodóvar es Juan Palomo. No sé. La veré porque seguro que esa técnica es defendible, jajaja.
Belle de Jour, el fotógrafo del pánico y te querré siempre. Me gusta la mezcla.

dexter dijo...

Y Encadenados, Y El, Y Obsesión... y más, y más.
Calificar una peli de Almodóvar de mala siempre es relativo como lo es calificar de mala una película de Spielberg, Scorsese o Eastwood - creo que no se me entendió bien cuando hablé aquí de Gran Torino. Porque siempre que ves una peli cuyos títulos de crédito acaban con el nombre de alguno de estos tíos - y empiezan como en el caso que nos ocupa- sabes que al menos vas a encontrarte algo de cine. Dicho esto, yo a esta película la hubiera llamado Los abrazos imperfectos. Tengo un amigo que dice que siempre que sale de ver una peli de Almodóvar dice que sale con la sensación de que le han timado. Yo no diré tanto, pero después de ver su ultima película salgo un poco descolocado. He necesitado varios días para procesarla porque el torrente de información y de imágenes que cae ante ti es impresionante - lo resume todo el impresionante collage de abrazos rotos que llena la pantalla en un plano único. Pero aquí me falta algo de pasión en algunos personajes, me sobran otros - qué pésimo actor me parece Ruben Ochandiano- el monólogo final de Blanca Portillo me parece algo inncesario y redundante ya que no aporta información (tal vez si se hubiese suprimido la idea de sugerirnos el final de la historia hubiese quedado mejor). Da la impresión de que la Portillo se pasa con el gin tonic y empieza a desvariar sobre la marcha, jeje. Pero no puedo por menos que inclinar mi testa ante escenas como la de la escalera rodada para mi gusto de un modo exquisito. ¿Qué menos? Es Almodóvar.

César Bardés dijo...

Tiene muchos planos memorables, Dex, como ese armario encerado en el que se refleja la imagen. Tiene planificaciones que son para quitarse el sombrero. Lo que pasa es que parece como que en el guión se ha dejado llevar, ha preferido no dejar los lazos bien atados y quedan flecos sueltos o cosas sin mucho sentido. Rubén Ochandiano, en efecto, está horroroso. Todo el tema del accidente está tratado de forma absolutamente ligera. El gran mérito que yo otorgo a esta película es que, como siempre, nos la vende como un melodrama y en realidad es una película de cine negro en que la víctima es una película, ése para mí es el gran tema de la película. Totalmente de acuerdo en que debería de haber sugerido más y haber explicado menos.
M.I. compararme con ese crítico que nombras es como si me metieras en una pecera con el pienso racionado ¿no crees? El hecho de que coincida en una afirmación, no significa para nada que mi visión y la suya sean la misma. Mi crítica, en efecto, no es positiva pero si la lees bien, tampoco es negativa. Valoro una película que está hecha con un riesgo preclaro en cuanto a su argumento, que se aleja de lo que Almodóvar hace normalmente. Y, por cierto, los franceses se pueden poner como quieran pero "La mala educación" es una de las peores películas de Almodóvar (y las he visto todas). De hecho, que los franceses premien algo no es sinónimo de que algo ya es bueno. Hay algunas películas premiadas con la Palma de Oro en Cannes que madre mía del amor hermoso, y hay cada beneficiario de la legión de las letras y las artes que échate pa trás que voy a vomitar. De todas formas, es lo que tu dices, cuando no hay objetividad ya se puede decir misa cantada y con ritmo en reggae, da lo mismo.

M.I. dijo...

Creo que ahora es a mí a quien no se la entiende.
1.-Que Almodóvar es un gran director es una verdad tan aplastante como que esto nos los han tenido que decir los extranjeros para que nos los creamos. De ahí a decir que todo lo que premian los franceses es bueno, va un abismo.
2.- Decir que coincides con un crítico no es compararte con él. Por ello, me niego a contestar la pregunta de los peces.
3.- Leída muy bien la crítica (sé leer desde los 3 años), entiendo que ésta es formalmente perfecta, pero que sí, que las cajas están muy bien templadas por no tocar lo intocable.

Saludos cordiales.

César Bardés dijo...

Te pido excusas si no he sabido entenderte con tu comentario. Yo ya he dicho por aquí que desde que vi "Matador" y "Mujeres al borde de un ataque de nervios" ya me dí cuenta de que Almodóvar era un gran director. No dudo que para la generalidad del espectador medio haya influido el prestigio en el extranjero. Con lo de Boyero, no te preocupes, me han comparado también con César Santos Fontenla (al cual aborrezco mucho) o me han llegado a decir que soy la antítesis de Alfonso Sánchez (lo cual me hunde en la miseria porque yo a Alfonso Sánchez le admiraba muchísimo). Era más una broma que una contestación. Y en cuanto a lo de templar cajas, lo he hecho porque puedo ser más incisivo y más hiriente pero, en esta ocasión, también lo he hecho porque el intento de Almodóvar es de lo más respetable y cuando algo se hace con un mínimo de honestidad, creo yo, no se merece la crítica burlona o agresiva sino una crítica respetuosa y hecha desde la distancia.
Perdona si he conseguido tu irritación pero mi intención, entre bromas y verdades, no era esa. En todo caso, gracias por tus comentarios y por tus impresiones sobre Almodóvar, siempre digo que eso ensancha miradas.

M.I. dijo...

No, no, qué va. Lo que pasa es que me sale la vena manchega (carácter histérico y fuerte), y que soy cortante al escribir. Me di cuenta de que no se me entendía, y quise puntualizar, eso es todo.
Además, ni siquiera he visto la película y no tengo argumentos. Cuando la vea, será otra cosa.
Por otra parte, si me tuviera que mosquear con todos y todas a los que no les gusta Almodóvar.... con los primeros que no me trataría sería con los albaceteños, con más de medio Albacete.
Un último apunte que doy es que La Mancha de Almodóvar no es la de Madrid, ni siquiera la de Toledo, y mucho menos la de Guadalajara. Su Mancha es la de los pueblos de Ciudad Real y Albacete y la parte de Cuenca que no toca a Valencia. Luego, no faltan manchegos (albaceteños, sobre todo) que no le perdonan que proyecte esa imagen de paletos que nos da ante el mundo. Personalmente, pienso que corto se queda...
Personalmente también, yo me siento más identificada con su cine que con el de José Luis Cuerda. Cuerda sólo es albaceteño cuando está en Albacete, pero qué pronto se le olvida cuando toma la autovía de Madrid.

César Bardés dijo...

Bueno, una cosa es "no gustarte Almodóvar" y otra cosa es que haga un cine que está más en los alrededores que en los interiores de ti (esto es una opinión puramente personal y es mi sentimiento con respecto a su cine). Aclarado queda, en cualquier caso, que Almodóvar es manchego y Cuerda es de La Mancha madrileña que no entra en los parámetros de los demás manchegos. Qué centralistas somos los de Madrid, con la movida madrileña y todo eso. Es de agradecer, en cualquier caso, el punto de vista de una manchega de nacimiento con respecto al cine que hace Almodóvar. Ea, y vamos al cine que se hace tarde.

M.I. dijo...

"Aclarado queda, en cualquier caso, que Almodóvar es manchego y Cuerda es de La Mancha madrileña que no entra en los parámetros de los demás manchegos".

Jajajajajaja. Si tú lo ves así...
Almodóvar es de La Mancha que yo conozco; de la que él no reniega y que tan bien refleja en su cine.

Cuerda es albaceteño sólo cuando está en Albacete y nos viene contando el cuento de lo mal que se ha portado con él Amenábar.
Es decir, que no veo yo atisbos en su cine ni de ser albaceteño, ni de ser manchego ni de ná. Pero luego, viene a Albacete y nos hace ver lo contrario.
¿Me he explicado?
Como dice mi hijo: Nooooooooooo!!!!

César Bardés dijo...

Evidentemente es una frase llena de intención pero de intenciones el cielo está lleno. Hay que ver "House"...hay que ver "House"...
Bueno, es igual, es evidente que tienes razón en que Cuerda, en su cine, no hace gala de su condición de manchego salvo, quizá, en "Amanece que no es poco" mientras que Almodóvar sí (aunque incluso esto puede ser discutible). Ahí no hay quien pueda mirar en otra dirección. Buñuel tendría que haber sido más maño en sus películas, quizá...aunque Berlanga, desde luego, fue mucho más valenciano. Amenábar, Almodóvar, Buñuel, Berlanga...¿para cuándo un par de cineastas de leyenda españoles que empiecen por "c"?

M.I. dijo...

Aranda, en la A. A mí me encanta Aranda.

Bueno, he visto la peli ya, y....
a mí me parece perfecta, su película más lograda.
¿qué te parece este titular?
No, déjalo, no te lo digo, que no te va a gustar, jajajaja.

César Bardés dijo...

Vale, a mí no me encanta Aranda. Demasiados traumas para un violín. Pues nada, nada, a escribir. A mí me parece que Welles es intocable pues todo lo que hizo es lo más logrado. La objetividad siempre es un ejercicio difícil.

Anónimo dijo...

Bueno, obviamente no vi la peli...Aunque lei a Boyero.
Que por cierto no me desagrada mucho, salvo por su postura exaegrada de querer ser siempre desagradable, pero suelo coincidir con él en algunos amores cinéfilos y en no pocos desamores.

Sobre "Los abrazos rotos" naa que decir, aun., Pero sobre los directores con C, hablabais del propio Cuerda y habría que mencionar también al Mario Camus de "Los Santos Inocentes" aunque sólo fuera por esa eplícula una de las cumbres de nuestro cinema patrio.

Abrazos. Carpet

César Bardés dijo...

No suelo coincidir con Boyero ni siquiera cuando sus análisis coinciden con los míos. Fue un admirador incondicional de una película como "Salvar al soldado Ryan" que a mí me parece maravillosa pero su óptica dista mucho de la mía, lo cual, por supuesto, es absolutamente respetable por ambos lados. Boyero, más que nada, lo que exhibe es un resentimiento por lo que quiso ser y no fue y eso es bastante negativo para un criticón...digo, un crítico de cine.
No pouedo por menos que estar de acuerdo contigo en la maestría de Mario Camus, un hombre que me parece que debería ocupar un lugar de honor en nuestro cine, no sólo con "Los santos inocentes" sino también con la dificilísima adaptación de "La colmena" o en una estupenda y desconocida película que me encantó y que supuso el debut de Carmelo Gómez y que se llamó, creo recordar, "Después del sueño" y que era una maravillosa historia de misterio.
Buena aportación, Carpet.

M.I. dijo...

A mí tampoco me gusta Carlos Boyero.
En cuanto a adaptaciones...tampoco era fácil la adaptación de "Tiempo de Silencio" y yo creo que Aranda la bordó, que además de director es guionista de la peli.
Pero Camus no adaptó La Colmena, sólo la dirige. El guionista fue Dibildos.

César Bardés dijo...

Ello no quita mérito a Camus para dirigir y dar coherencia a una historia que para sí quisiera Robert Altman.
Yo creo que la mejor película de Aranda es "Amantes" pero también "Tiempo de silencio" es una meritoria adaptación, sí. Lo que pasa es que Aranda tiene patinazos del tipo A. Sin ir más lejos "La mirada del otro", "Juana la Loca", "Carmen", "Cambio de sexo" (oportunismo amarillista bien barato) así, a bote pronto.

M.I. dijo...

No le quito méritos a Camus director, ni a Camus guionista (quien sí adaptó Los Santos Inocentes). Que no se me malinterprete.
Y patinazos... ¿quién no los ha tenido en cine? Si hasta Huston, consciente de ello, decía eso de que después de una buena película sólo puede venir otra peor, jajaja.

César, no veo errores de montaje en Los abrazos rotos. Creo que se ha montado la historia que se quería contar. Me voy a la visión del director, veo lo poquito que he encontrado de notas de producción, y sigo pensando lo mismo.

César Bardés dijo...

Deberías saber ya que yo no valoro la obra de un cineasta por un título, por dos o por tres, sino en su conjunto. Aranda no tiene una buena obra en su conjunto, es altamente irregular, y sus traumas cansan más que un polo de peseta que era hielo mezclado con naranjitay.
En cuanto al montaje de "Los abrazos rotos" no quiero desvelar nada para el que entre pero, para empezar, estoy de acuerdo con Dexter de que el monólogo de Blanca Portillo es pesado, inoportuno y sin venir a cuento de nada. Por otro lado, el personaje de Rubén Ochandiano está desarrollado con los pies y la película que se le ocurre al hijo de Blanca Portillo es innecesaria y una tomadura de pelo. Para explicar el personaje del hijo, tenemos que irnos dos veces a la discoteca y caer en un truco tan burdo como el que aparece. El accidente es inexplicable. En algun momento, se llega a pensar que es obra de alguien enviado por el personaje de José Luis Gómez, pero no. Es un accidente fortuito. Una broma del destino. El personaje de José Luis Gómez desaparece después de saberse que asistió al estreno y a la Penélope Cruz le entran unas ganas irresistibles de hacerse actriz así por las buenas. El personaje de Ángela Molina (que podría haber sido vital para canalizar el personaje de Penélope Cruz) queda ahí colgado como la madre sufridora que entrega a su hija a un destino bastante reprochable. Te diría más cosas pero tendría que verla otra vez y tomar notas y me niego a tomar más notas que mis propias sensaciones. Y no me digas que la mayor parte de lo que digo son cosas sugeridas porque si fueran cosas sugeridas el monólogo de Blanca Portillo se habría cortado. No está bien montada. Ahora bien, yo jamás te permitiría que me dijeras que una película de Welles está mal montada, así que cada uno con sus filias y fobias que yo creo que todo el mundo las tiene.

M.I. dijo...

Pues para no querer desvelar....

Me toca.

1.- No niego que Almodóvar es una (no la única) de mis debilidades, pero no me considero un mal crítico y creo que todavía sé analizar una película.

2.- Sí, es cierto, yo tomo notas a pie de pantalla. Notas que, a veces, utilizo para mis críticas. Sólo que, en esta ocasión, alguien me dijo que "fuera al cine sólo a disfrutar". Le hice caso, y me dejé la libreta de notas en casa. Afortunadamente, usted sabe de mi buena memoria.

Ahora vamos al lío:

Dexter se contradice. Por un lado, le gusta más que le sugieran a que le digan. Ve innecesario el monólogo de Blanca Portillo, pero admite estar descolocado por un torrente de información que ha tardado varios días en procesar. Esto no me cuadra.

El monólogo de Blanca arranca y es el producto de la recomposición de la historia. El ciego cuenta la historia gracias a un flashback de estructura narrativa lineal. Mientras lo hace, el personaje del hijo va componiendo una fotografía.
Al final de la historia, faltan dos piezas en la foto.
Se juega aquí con las imágenes y con el guión, y con esa compensación que todo buen autor sabe que tiene que haber.
¿Qué piezas faltan?
La primera es la confesión que Blanca le hace a Rubén.
La segunda pieza empieza con el monólogo de Blanca y termina con el "Cómo se hizo" del fotógrafo del pánico.

El personaje de Rubén. Su personalidad no se explica con imágenes, sino con guión. Viene en la frase de Blanca: "te he transmitido toda mi amargura, y nadie merece crecer así". Este tipo de personas crecen muy deprisa. Asumen responsabiliades que no les corresponden, como cuidar al ciego desde que era muy pequeño. Son demasiado responsables para su edad, pero ingenuos y dejan entrever un atisbo de la infancia que no tuvieron, de ahí el guión de "dona sangre".

Accidente fortuito. ¿En serio?
¿para qué está entonces el "cómo se hizo"?. Está muy claro quién provoca el accidente. El desenlace que se explica con imágenes pero que no se traduce en guión. El personaje de Rubén prefiere callar y no explica las imágenes al ciego. Eso sí, quita la culpabilidad a quien no la tiene. Es un chico responsable, que toma decisiones que siguen sin corresponder a su edad.

Gómez desaparece. El crimen de Gómez es montar mal la película y ésa es su venganza. No tiene sentido continuar. El director quiere que fijes tu atención en otra dirección. Has seguido la equivocada. Y esto es propio de los films noirs, o del falso culpable que solía aparecer en las pelis de Alfred H.

Actriz por las buenas. No. Ella quiso ser siempre actriz y termina como Belle de Jour. Eso lo habla con Gómez.

Angela Molina se debate entre el amor por el esposo y por la hija. Ella es el cabeza de familia (la hija) que les saca las castañas del fuego, sea como sea. Esas cosas pasan.

Atada y bien atada.
Explicada por mí. Y esta explicación no tiene nada que ver con que a mí me guste el director. Es un análisis más de los miles que me has visto hacer.

César Bardés dijo...

Para empezar, Rubén Ochandiano no es el hijo es Ray X. La película no está bien atada. Tu dices que el accidente lo provoca Blanca Portillo. ¿Cómo sabe que están allí? ¿Cómo sabe que van a coger el coche? ¿Cómo sabe que van a pasar por allí? El "cómo se hizo" es para explicar cómo una película tan buena es tan mala y lo demás son conclusiones tuyas, porque en ningún momento se da a entender que el hijo se calle para proteger a la madre porque reconoce el coche.
Robert Altman también quiso que te olvidaras del crimen en "Gosford Park" y te centraras en el retrato social que hace, eso no quiere decir, ni mucho menos, que estuviera acertado. A dónde quiere que mire el director lo tiene que hacer siempre con la complicidad del público. Si no, es la excusa que vale para quitar cualquier personaje así por las buenas de cualquier narración.
Sigues sacando conclusiones con el personaje del hijo. Lo lógico es que si ha habido una relación de amistad desde muy pequeño con Homar es que cuide de él y, de hecho, no tiene mucho interés en cuidar de él hasta que no encuentran el nexo de querer hacer un guión que, por cierto, es una estupidez como un piano.
Sigues sacando conclusiones con las piezas que faltan con respecto a la fotografía. Yo seré un lerdo pero eso no es más que una reconstrucción de lo que es el montaje cinematográfico, la composición de un inmenso puzzle al que le faltan piezas, al igual que le faltan piezas a la película que hicieron y que él llegó a creer que era su obra maestra (casualmente muy parecida a "Mujeres al borde de un ataque de nervios").
Estará muy bien atada, no lo niego. Para mí, no lo está. Tan válida es una opinión como la otra.

dexter dijo...

El monólogo de Blanca Portillo dura ¿5, 10 minutos? La película entera son 125. 115 ó 110 minutos dan mucho de si, en ese tiempo se puede suministrar información para parar un tren.
No sólo aporta información lo que se ve, también lo que se calla. De hecho leer entre líneas suele resultar más intrigante e implica un mayor tiempo para procesar cosas.
Y dicho esto, pues sí, lo confieso, soy una contradicción andante.

M.I. dijo...

Pues sí, he tenido un lapsus con los nombres, pero veo que te has dado cuenta. Y mantengo el resto.
¿Cómo que cómo sabe Blanca Portillo que están en Lanzarote?
Pues porque él le deja un mensaje en el contestador automático.
Le dice dónde están y le da un número de teléfono. Ella confiesa que esos datos se los dio a Martel y que Martel mandó a su hijo. Pero lo que hace ella es ir también.

¿Para qué sirve si no el "cómo se hizo del accidente de Ray X", lo que él llama un documental sobre Mateo Blanco? Pues para que te enteres de que no ha sido Martel, sino ella.

Pues claro que es una historia sobre montajes, y sobre diseños de producción y de cómo una peli muy bien rodada se puede ir al traste por estos aspectos. Es ma´s, es una crítica a las escuelas de cine, que sólo saben demostrar con imágenes y a los directores que creen que una peli termina cuando se acaba el rodaje.

M.I. dijo...

¿Para qué se hace el documental del accidente?
Le dice Ray X que se lo lleve, y que lo vea alguien de su confianza. Quien lo ve, sabe qué pasó y quién fue. Y se calla.
Y no estoy sacando conclusiones de nada. Es la película!!!!!

César Bardés dijo...

Sí, y Blanca Portillo sabe exactamente por dónde van a pasar y embiste con el coche... Y, por supuesto, Ray X, que odia a su padre, le muestra el documental para que vea que ha sido Blanca Portillo y no su padre que, además, en ningún momento Homar sospecha que en ese accidente Gómez tuviera nada que ver. Muy lógico todo. Vale, es una discusión bastante estéril. Tú quédate con tu visión de la película y yo me quedaré con la mía. La grandeza del cine consiste precisamente en la diversidad de opiniones.

M.I. dijo...

Pues claro que todo es lógico.
Ray X los sigue para filmarlos, como había hecho siempre y para pasarle los informes a su padre, como había hecho siempre. Recuerda que Pe se encara con él por este motivo.
Claro que odia al padre, una vez muerto más, y que le da el documental para probar que su padre fue el asesino, precisamente porque nunca sospechó el ciego.
Ray X no sabe que los asesinó la directora de producción.
Eso lo averigua el chico cuando ve el documental... y calla.
Dice un: "madre mía"
El ciego pregunta: ¿qué pasa?
Y él dice: Nada, nada, que Ray X no tuvo nada que ver, sino que les socorrió.

Y la otra les sigue para darles un zapatazo, sólo que la cámara sólo te muestra la persecución de Ray.

Y no se trata de "tú te quedas, y yo me quedo". Lo divertido es compartir visiones.