martes, 21 de abril de 2009

EL TERCER HOMBRE (1949), de Carol Reed

Una media sonrisa iluminada por la luz de una ventana traidora, un gato con querencia a unos zapatos con cordones y la certeza de que, en medio de la cloaca de una vida, es mejor que el disparo que acabe contigo provenga de la mano de un amigo...En medio de toda esta fascinante premisa, tu mejor amigo cae rendido ante una mujer que, de puro negro, pasa de largo. Al fin y al cabo, encontrar al tercer hombre puede ser tan difícil como hacer que una noria gire con la amenaza en el aire.Los dedos como gusanos respiran el aire exterior a través de una rejilla, la sombra que corre es la que permanece y esfumarse en medio de los adoquines empapados puede ser tan sencillo como dejarse una puerta abierta.El dilema de la traición tiene el precio de amar, la justicia en contra del sentimiento adulterado. El mismo que hace que se olvide a una mujer con la facilidad con la que se golpea rítmicamente una melodía en el cristal mientras la cítara desgrana las juguetonas corcheas. Una media sonrisa...una media sonrisa al ver de nuevo al amigo que lo hubiera dado todo por ti...excepto la integridad de ser un hombre al borde de la ruina y que aún confía en cosas trasnochadas como el amor, la pasión, la justicia, la amistad...Harry...la amistad...Y por debajo de la ciudad ocupada, las alcantarillas sitiadas. Túneles sin fin, ecos acuciantes, el agua en virtuosa cascada cuando lo que hay es la pura nada. Catacumbas de la turbiedad, corredores de entradas en obturador, ladrillos desnudos y testigos de la caza que, por momentos, son almohadillas donde se incrustan las balas perdidas de quien corre hacia la prisión de los sentimientos custodiados por la ambición. La tiniebla donde las voces, ladridos de jauría, acosan a la presa, se convierten en una espera a plena luz donde el premio, el único premio, es la soledad.Contar los hombres que transportaron un cadáver es la muerte para el que habla en una calle donde hasta un niño puede acusarte de asesinato. Mundo inseguro. Sensaciones inciertas. Trémulas decisiones...Pero...¿quién mató a Harry?...Dímelo tú, Holly...

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta película es de mis preferidas dentro de su género. Me encata su blanco y negro. Esas sombras que se convierten casi en protagonistas. Me ha llamado la atención la poca referencia que haces a su famosísima música.El estilo Bardés del que hablábamos el otro día. Leer este artículo es casi como leer poesía. No encuentro otra manera de expresarlo que ando espesa. Es de los artículos tuyos que más me ha gustado. Describir cada escena como tu lo has hecho pienso que es muy complicado y sólo quien tiene un don especial puede hacerlo.

Gema

César Bardés dijo...

Conozco muy bien Viena y sé cómo es por la noche. Siempre la recuerdo en blanco y negro aunque esa fantasmagoría que nos dibujan Reed y Welles den paso a una ciudad que es pura luz y que parece que palpita al compás del tres por cuatro. La música de "El tercer hombre" es tan conocida que he creído que no hacía falta hacer mucha referencia a ella. Es la música que se puede oír en una calleja, cerca de la ópera, tocada por un músico ambulante. "El tercer hombre" es una película de misterio que te envuelve porque está situada en un ambiente que intuyes que puede existir (o haber existido). Carol Reed hizo grandes películas como "Larga es la noche", una película simplemente excepcional, o "Nuestro hombre en La Habana", que ya comenté en este mismo blog, o, puede que recuerdes ésta, no muy conocida, no muy valorada pero que guardo como un recuerdo entrañable: "El tormento y el éxtasis", con Charlton Heston haciendo de Miguel Ángel y Rex Harrison como el Papa Julio II y creando la Capilla Sixtina. Me gusta mucho "La llave", con William Holden y Sophia Loren y siempre recuerdo con afecto "Trapecio", con esos Curtis, Lancaster y Lollobrigida haciendo piruetas para poder amarse. Y Welles, bueno, para qué hablar de él. Todas las películas que dirigió me gustan, por pobres que hayan sido. Es uno de esos personajes del cine que me fascinan, igual que Viena me fascina. Por eso, a menudo revisito a Welles. Por eso, he ido a Viena tantas veces.
Gracias por tus palabras. No hay don, sólo sensación.

Anónimo dijo...

Sólo conozco Viena por la cantidad de fotos que hay en casa de mis padres. Mi madre también es una enamorada de Viena y Salzsburgo. Me gusta mucho "El tormento y el éxtasis" porque he estado en la Capilla Sixtina y es una maravilla la recreación que hace la película sobre su construcción.Además recuerdo que me enacan
tó Heston haciendo de Miguel Angel. Para la gente que hemos visitado alguna vez El Vaticano es un gusto ver esta peli. "Trapecio", me encanta aunque salga la Lollobrigida. No me gusta nada esta mujer. Hace mucho que no he vuelto a verla porque suelen poner más en tv " El mayor espectáculo del muno", que por cierto también me encanta. Me gustan todas las pelis que tengan que ver con el circo.
Cuando he dicho que me extrañaba que hicieras poca referencia a la música de "El tercer hombre", no lo decía a modo de crítica si no todo lo contrario. Lo facil es apoyarse en ella para hablar de esta película.

Gema

César Bardés dijo...

Es cierto que la Lollobrigida no era una actriz de calidad (aunque tengo que reconocer que ha sido la poseedora de la mejor cintura de avispa de la historia del cine). "Trapecio", sin embargo, es una estupenda película, sobre todo creo yo, por la interpretación que hace Burt Lancaster de un mundo que conocía demasiado bien. "El mayor espectáculo del mundo" me gusta por su espectacularidad y por el bombón de personaje que es James Stewart, siempre escondido tras la cara de payaso. Sin embargo, no soporto la última incursión de Bronston en España con "El fabuloso mundo del circo", me parece pobre y mala.
Viena y Salzburgo son como dos viejas amigas para mí. Salzburgo es como una pequeña joya, un cofre donde se guarda lo más preciado y donde pareces caminar al lado de Mozart. Viena es más gran urbe pero también posee un enorme encanto. Siempre vuelvo a ellas para recordar lo que soy. Son de esas ciudades que se te quedan pegadas de una manera o de otra y cada uno tiene la suya.
Gracias por la aclaración de la música. Y tienes toda la razón. Todo el mundo, al escribir sobre esta película, acude primero a la música y luego a otras cosas y tiene muchas, muchas virtudes

Anónimo dijo...

James Stewart... el payaso botones. Tiene escenas preciosas en la película. Qué actorazo. Me dices quién sale en " El fabuloso muno del circo"? Me ocurre que suelo confundir todas estas pelis sobre el mundo del circo.

Gema

Anónimo dijo...

No hace falta que me lo digas que ya lo miré. Sí me gusta, sí. Me gusta John Wayne, su personaje. Y me gusta la historia de Rita Hayworth y Claudia Cardinale. Seguramene la peli no sea muy buena, pero me gusta.

Gema

César Bardés dijo...

Yo creo que debería haber estado un poco más trabajada. Está como que se le caen los flecos a la alfombra, no, no acaba de gustarme. Además se nota la estrechez de recursos porque Bronston ya no tenía ni para pipas. Quizá hubiera apreciado más la película si la hubiera dirigido, como estaba previsto, Frank Capra, pero John Wayne, en plan estrella, quiso que la hiciera Henry Hathaway y, por muy bueno que fuera Hathaway, era peor que Capra.

Anónimo dijo...

Reconozco que yo no sé apreciar esos detalles que comentas de dirección. La última frase de tu artículo, es un guiño hacia otra película?

Gema

César Bardés dijo...

Aprovechando que el personaje de Welles se llama Harry Lime pues sí, es un guiño a la película de Alfred Hitchcock "Pero...¿quién mató a Harry?", una comedia negra del maestro inglés aunque no tiene ningún parecido con "El tercer hombre". Holly Martins, en la peli, es Joseph Cotten.