jueves, 21 de mayo de 2009

ÁNGELES Y DEMONIOS (2009), de Ron Howard

“La Biblia es un libro, y un buen libro, pero no el único libro”, decía Spencer Tracy en la absolutamente maravillosa La herencia del viento y en estas palabras se podría resumir todo el centro del argumento de Ángeles y demonios, adaptación literal de la novela de Dan Brown (que, dicho sea de paso, es bastante mejor que El código Da Vinci) y que nos hace visitar Roma siguiendo el sendero luminoso de Dios creyendo que la ciencia es el mejor camino para explicar las oscuridades de la fe.
Y es que, según San Agustín, “la fe no necesita pero acepta ser explicada por la razón” y esta máxima, tan aplicable a nuestros tiempos de tecnología y descreimiento es demasiado despreciada por la Iglesia. Al fin y al cabo, la Iglesia está formada por los hombres y no deja de ser algo tan falible como una multinacional que comercia con las creencias. Como no podía ser menos, dentro de tal empresa, hay ambiciones, traiciones, intentos de remover las entrañas de la existencia de Dios con trucos de ateísmo exacerbado y disfrazado de ciencia y el resultado es un engaño, una serie de cartelería espectacular en la que el protagonista nunca aparece, hay que creer que está ahí.
Dentro de una simpleza de tal calibre, Ron Howard dirige con oficio, traslada con eficacia el libro a la pantalla (aquí no se puede decir aquello de “me gusta más el libro” porque es exactamente igual salvo por el hecho de que el original es una precuela y la película se confiesa directamente como secuela) e imprime dinamismo a raudales, tanto que los personajes no importan, las motivaciones llegan a ser secundarias y nos quedamos en el desnudo cuadrilátero del Vaticano asistiendo al combate singular y un tanto absurdo de la ciencia contra la fe.
Tom Hanks, que comienza a ser perro viejo, intenta conferir una cierta intensidad al personaje en los primeros compases pero cuando apenas se ha ido al desarrollo no es más que un niño que va de un lado a otro corriendo como un descosido jugando desaforadamente a la gymkhana, descifrando enigmas y sin dar puntada sin hilo y, por supuesto, acompañado de la chica de turno con la que se evita el romance, no vaya a ser que se pierda el ritmo.
Eso sí, pasan muchas cosas muy deprisa, la “Ciudad Eterna” es pateada hasta que los adoquines dicen basta, la Iglesia es presentada como una institución donde predomina el oscurantismo y en la que los hombres de bien apenas son escuchados mientras que los científicos son probetas en continuo movimiento, voz de la razón, ateísmo tolerante, Galileos modernos que no dudan en hacer actos de fe desde las posiciones de sus propias creencias...Y los que tienen el lío, claro, son aquellos que se empeñan en imponer la ciencia a Dios para que, luego, la vuelta de tuerca queme más que un hierro al rojo. La maldad también habita en la púrpura...
En esencia, Ángeles y demonios no es ni mejor, ni peor que muchas otras películas que hablan de una Iglesia interesada y fundamentalmente corrompida Tal vez, los hombres de Dios son los que intentan por todos los medios encontrarnos alguna razón explicable por la que el Altísimo puede llegar a existir...pero esa es una de las grandes dudas que han azotado al ser humano desde mucho antes de que el cine fuera una realidad imaginada. Y a Ron Howard le interesa mucho más la aventura que el motivo.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

En realidad, al mismo libro ( que confieso haber leído y en el pecado llevo mi penitencia ) es a quien le interesa más la aventura que el motivo. Estamos ante un best seller de aventuras, mezcladito con enigmas para hacernos creer que pensamos y nos ponen de malos a miembros de una institución que muchos vemos antipática. Es decir, una buena hamburguesa con queso y bacon, racion de patatas y una coca-cola pero al precio de una degustación en El Bulli.

También lei y vi "El codigo da Vinci" y encontré la película soporifera, una de las peores adaptaciones cinematográficas de una novela de acción ( otra de ellas es "La tabla de Flandes" terrible adaptacion de la novela de Perez Reverte ).

Uno no suele esperar mucho de Ron Howard, pero esta vez me atrae algo más., por tres motivos :
- Roma. Si se ve la ciudad y algunos lugares emblemáticos aunque haya sido rodado de tapadillo, nos podemos dar un gustazo turístico.
- La historia, tan inverosimil como la anterior pero algo más emocionante, eso recuerdo de la lectura al menos.
- Ewan Mcgregor, me gusta este actor. Me gustó en tu denostada " Moulin Rouge", en la encantadora “Big Fish”, me pareció tan buen Obi Wan como lo hubiera sido Guinnes, o casi…En general, me parece un buen actor bien dotado para la comedia pero que es muy capaz de sostener un personaje dramático, sirva como ejemplo su atormentado James Joyce de “Nora”, y bastante creíble en la acción como en la casi infumable “La isla”.

Por tanto, no correré al cine a verla, pero puede valer para un domingo de invierno en el salón dentro de unos años.

Saludos, Carpet.

César Bardés dijo...

Yo también confieso haber leído tanto "El código Da Vinci" como "Ángeles y demonios" y reconozco que está mejor escrito éste último. La adaptación de "El código Da Vinci" es exactamente igual que éste, absolutamente literal, no hay innovaciones, ni autoría, ni puntos de vista distintos. Es el libro tal cual. ¿Que la adaptación es mala? Sin duda. El paso de un medio a otro no puede ni debe ser literal en mi opinión y, por supuesto, al libro le interesa más la aventura que el motivo...yo sólo lo digo como denuncia de que, con este material, Ron Howard y su guionista de turno, el "sacoguionesdelaplumacomochurros" David Koepp podrían haber puesto sobre el tapete muchas más cosas de haber querido ahondar en los motivos y en esa institución que apenas ha progresado en los últimos 50 años y haber hecho más énfasis en que un "hombre de Dios" también puede ser un hombre de ciencia no creyente pero poseedor de una ética mucho más valiosa que muchos de los que lo son. Sin duda, "La tabla de Flandes" fue una adaptación muy desafortunada y, lo que es peor, hasta se nota la desgana del director, que creo recordar que fue Jim McBride, un tipo que me sorprendió muchos años antes con "Querido detective".
El tema de los exteriores, bueno, pues sí, dieron permiso para rodar en Roma pero no en el Vaticano (por cierto, curiosísima la movilización que hubo cuando el Opus Dei fue el malvado de "El código Da Vinci" y ahora que es la misma Iglesia...nadie ha dicho ni pío).
En cuanto a Ewan McGregor, salvando el hecho de que un camarlengo de esa edad es tan inverosímil como si me pongo yo a bailar un fandango de Huelva, bueno, salda su actuación con oficio y ya está.
Yo ni siquiera corrí al cine a verla, sabía exactamente lo que me iba a encontrar pero ahora vienen vacas flacas...muy flacas...

Anónimo dijo...

Quia, vacas flacas...Hay están pendientes de estreno "Up" otra de Pixar con una pinta estupenda; Los Bastardos de Tarantino, según vuestro amigo Boyero " otra tarantinada ambientada en la 2ª Guerra mundial" ( parece ser que hasta cambia la historia y el final de Hitler o de Goering no es como nos lo han contado sino que Pitt tuvo mucho que ver ).

Por cierto y sobre Boyero, debo recomendar su critica sobre la peli de Lars Von Trier...es francamente divertida, muy borde pero divertida.

Saludos, Carpet.

César Bardés dijo...

"Up" para mediadios de agosto, los bastardos de Tarantino, para mediados de septiembre y la de Von Trier también para finales de agosto. Por cierto, es posible que tenga que ir a verla y yo no soy anti Von Trier a ultranza (es más "Europa" me parece una maravilla). Buscaré la crítica de Boyero, seguro que saca el chorrito del tiesto.

dexter dijo...

Uy, pero aquí se puede decir "carlos boyero"?
de todas formas, lo encontré

http://www.elpais.com/articulo/cultura/insoportable/transgresion/elpepicul/20090519elpepicul_2/Tes

Con respecto a Angeles y demonios me da mucha pereza. El libro ni me lo he llegado a leer. El código Da vinci me lo leí porque me lo regalaron y ya sabe lo del caballo y los dientes y todo eso. La película la vi en DVD en una tarde de estas tontas que no tienes nada que hacer. Digamos que no me entusiasma mucho la cosa.
Y de Ewan McGregor, me gustaría reivindicar una comedia muy tontorrona pero a la vez muy divertida que se llama Abajo el amor en la que haciendo y nada mal por cierto de Rock Hudson y en la que está bien hasta la Zebelweber haciendo de Doris Day.

dexter dijo...

Por cierto a mi también Europa me parece soberbia. Esa voz penetrante de Max Von Sidow al comienzo de la función todavía me inquieta en algunas noches de insomnio. El resto no lo entiendo, incluida Rompiendo las olas que me puso un poco de los nervios.

César Bardés dijo...

Gracias, Dexter. Pues claro que se puede decir Carlos Boyero. Es más, incluso se puede decir "Pirri" que creo recordar que, en tiempos, hacía de crítico de cine en el programa del difunto Fernando García Tola en plan "está guay". En cuanto a Von Trier, además de "Europa", lo siento, me gusta "Dogville", demoledora aunque se pase los preceptos del Dogma por salva sean las partes. Y me gusta muchísimo un experimento sensacional que se llamó "Las cinco condiciones" y que era un intento de hurgar en las entrañas del talento. Ni "Bailar en la oscuridad", ni "Rompiendo las olas" me parecen maravillosas, al igual que "Los idiotas" me parece una idiotez. Sólo quería decir que no porque Von Trier se llame Von Trier a mí me dé urticaria. No me da nada, sé que el tío investiga cosas diferentes y, por supuesto, se pasa de rosca tres pueblos a veces. Y eso siempre es de apreciar. Y "Europa" me parece a mí que es su gran película, eso sí.

dexter dijo...

Bueno, pues ya que nos ponemos exquisitos me permitiré recordar aquí a la impagable Cándida, crítica de cine del programa Gomaespuma con comentarios tan profundos como "está mu bonita" "ay, qué preciosidad de pilicula",... A veces, incluso, digo yo que siguiendo la doctrina de "Cahiers" se permitía algún que otro apunte más sesudo del tipo de "está en inglés".

César Bardés dijo...

Uy, pues claro que eso es una exquisitez. De hecho, hay algún lumbreras que ese tipo de crítica precisamente es el que demanda la gente de hoy en día y lo que piden es exactamente eso: un artículo que diga "pues mola mazo, pinta chula y salí del cine puta madre". Y lo digo totalmente en serio, a más de uno le he visto y oído decir esto. Pa qué vamos a ver chopocientas mil películas, coño. Lo que vale es la opinión del que va y dice: "Joer, me ha gustao mogollón" o el que, por el contrario, espeta: "Ostia, es un bul de Estambul". Y tan contentos todos. Ahí está el futuro, amigos.

M.I. dijo...

Para celebritis, Pumares presentando en TV "Adiós a las Armas"; que, más o menos, fue así:

Esta noche, desconecten el móvil, siéntense en su sillón favorito y que no les moleste ningún familiar.
Ayyyy, Adiós a las armas, película antigua y, por lo tanto, clásico.
Adiós a las Armas, con ese gran director, ese pedazo de actor que era Cooper y una actriz llamada Helen Hayes, que se lee Ayes.
Ayyyy, Adiós a las Armas, qué gran película.

Esto se repetía una y otra vez y no añadió nada más.

¿Y eso es un crítico de cine?. Me pregunto yo. Pero si eso es lo mismo que quien dice "mola mogollón".
Hábleme del director, del que no dijo ni el nombre. Hábleme de su obra. Hábleme del estreno de esta película. Hábleme de dónde sale el argumento, de quién es el guionista y cómo aborda el trabajo. Hábleme de por qué aceptan el papel los protagonistas, de quiénes son en esa época. Y de la época, y del rodaje y de las críticas. Hábleme de la secuela, hábleme del papel determinante de Huston en esta historia....
En definitiva, hábleme usted de algo....

Vamos, que viendo tan lamentable intervención, a mí no me da miedo salir en la tele hablando de "39 escalones", ni de ningún clásico; dícese -según Pumares- película antigua.

Yo, a Angeles y Demonios le habría metido mano a la ejecución, a esa manía del director por mostrar la misma imagen desde distintos ángulos para resolver secuencias diferentes. Un truco que, lejos de convencer, da al traste con la totalidad de la dirección artística. Me habría metido con el oscurantismo de su fotografía, que no queda justificado en el argumento; le habría dado caña -mucha- al diseño de producción y una poquita a la dirección de actores. Ahora.... lo de San Agustín, no se me habría ocurrido ni en un millón de años!!!!.
Ahí está la diferencia entre los maestros de la crítica y los que no lo somos ;)

M.I. dijo...

En cuanto a los estrenos futuros... que, posiblemente, me toque comentar. Pues.... estoy muy en la línea de pensamiento de César.
A mí me encantó la (según los críticos sesudos) la tontada que hizo Tarantino con Rodríguez para homenajear las sesiones dobles de serie B. Llegar al encanto era tan fácil como saber de dónde se partía. Se parte de ¡¡una película de serie B!!!, y el homenaje es cojonudo.

Y el otro, el del dogma.... a mí lo que me fascina es la genialidad de pasarse por el forro el decálogo dogma. Lo digo en serio. Creemos un nuevo lenguaje cinematográfico, firmemos solemnemente los puntos.... y pasemos de ellos cuando nos dé la gana. Eso es arte y eso es cine. Nadie habló nunca de una ciencia exacta.

Por cierto, una curiosidad.
Viendo REC, llegué a la conclusión de que sólo incumplía el punto "quedan excluidas las películas de género" del decálogo Dogma. Pero, en cualquier caso, y como los propios dogmaticos incumplen sus puntos.... ¡¡¡REC podría ser considerada una película Dogma!!!.
Conforme hacía la crítica, no podía dejar de pensar en la de leches que me iban a caer... y que me cayeron en ciertos foros. Hasta que... un email de la escuela de cine de Barcelona me felicitaba por el análisis de la película.

Y perdón por el rollo, pero es que NECESITO HABLAR DE CINE.

César Bardés dijo...

En cuanto a Pumares estoy de acuerdo contigo salvo que reconozco que es un hombre que tiene una excusa para no hilar demasiado fino. Esa excusa es demasiado privada para ponerla aquí y no quiero arriesgarme a demandas o cosas por el estilo. Pumares ha sido un buen crítico, un hombre que decía las cosas sin miedo...ahora, totalmente de acuerdo en que el Norte lo perdió hace tiempo. También tengo que reconocer que la mejor retransmisión de los Oscars que he visto en mi vida estuvo comentada por Carlos Pumares y os quedaríais sorprendidos al comprobar su sobriedad y su absoluta imparcialidad periodística.
Yo creo que ese truco de buscar el ángulo perfecto viene dado por las limitaciones que tuvieron que afrontar al negar el Vaticano el permiso para rodar allí, a Howard no le quedaba más remedio que trampear toda la puesta en escena como podía. ¿Que está mal hecho? Sin duda. Pero creo que tampoco le quedaban muchas más salidas y, por supuesto, eso da al traste con toda la dirección artística y con los exteriores localizados. La fotografía donde yo la vi no era especialmente oscura pero no sería el primer caso que conozco en que la sala donde se proyecta no da mucha importancia a la potencia de luz de los proyectores y ves una película oscura, no porque lo sea, sino porque está mal proyectada. Una vez de hecho, Cine Conde Duque de Madrid, me salí y lo dije. Pararon la proyección y volvieron a comenzar...parecía que en ese momento el director de fotografía había puesto tres o cuatro focos más. En cuanto al diseño de producción y a la dirección de actores, ahí sí estoy de acuerdo, sin paliativos.
Has conseguido, por otra parte, saber leer muy bien mi comentario sobre el Dogma. Hay algunos que creen que esos son los mandamientos de una determinada corriente cinematográfica y que, si te integras en ella, no te debes salir de ahí. Yo creo que no era más que un manifiesto. Si nos ponemos así, es evidente que Wim Wenders dejó de ser hace mucho, mucho tiempo uno de los "chicos de Oberhäusen" o que Federico Fellini realizó el trasvase del neorrealismo al surrealismo sin encomendarse a nadie. Lo importante para mí es que Von Trier intenta abrir nuevos caminos. A veces, en ese intento, se pasa de rosca más que el diablo vistiendo de John Galliano, pero a veces, acierta.

M.I. dijo...

Una loable búsqueda de nuevos caminos, diría yo. Y una búsqueda sujeta a cambios, lógicamente. A mí sí que me interesa lo que esta gente tiene que decir, porque entiende el cine como arte; y el arte siempre está en plena evolución.

Por otra parte, no hay excusa con que no les han dejado rodar en el Vaticano. Sí que les dejaron entrar en el Louvre y el resultado es exactamente el mismo. Por cierto, yo no he visto Angeles y Demonios.... pero me alegra saber que no voy desencaminada, jajajaja.