martes, 28 de septiembre de 2010

DUBLINESES (LOS MUERTOS) (1987), de John Huston

Quiero dedicar este artículo (introducción al debate que tendrá lugar esta noche en el programa "Conversacines" de Radiópolis Sevilla) a Jesús Daniel de León, con toda mi compañía en unos momentos difíciles y con todo el calor del cariño de mi mano.

En la cálida luz de tonos amarillentos que hiere a la nieve tras los cristales de las ventanas del invierno, hay sitio para la tenue conversación, para la hospitalidad recubierta de cariño buscado, para la música bailada, para el discurso emotivo, para el sonrojo del agradecimiento, para la charla intrascendente. Detrás de todo ello, hay vida en la que apoyarse, instante de distancia en la cortesía, de mirada entrañable hacia el que va con una copa de más, de cercanía en el calor de la conversación cómoda, de alegría en el alma y en el corazón, de seguridad de estar con el mejor hombre aunque no sea aquel que se quedó con tu amor por mucha nieve caída en el tiempo y sobre los hombros. Y una vieja melodía, una canción arrinconada en algún callejón sin salida de la memoria, es la que te hace revivir la hondura del amor escapado por culpa de la vida encabezonada, es lo que consigue que tu vista se pierda (en realidad, nunca la encontraste) porque sólo estuvo en el lugar que le correspondía cuando se cruzó con los ojos de aquel chico que no quiso vivir porque tu no estabas. Eso es lo que hace, nos guste o no, que la nieve, aunque caiga, no cubra la colina donde él está enterrado. Quizá porque no está allí. Está en un lugar privilegiado de tu corazón, allí donde nadie puede llegar, allí donde cae la nieve, sí, sobre todos los vivos y sobre todos los muertos y es entonces cuando piensas en el frío que pasó y en lo helado que estará ese cuerpo que también se llevó una parte, la más importante, de ti misma. Miras hacia el cielo y escuchas esa melodía que también cantaba él y algo que estaba dormido, despierta, y el hombre que pierde, tu marido, se da cuenta de que el amor, el auténtico amor, el verdadero amor...nunca pasa. Es nieve imperecedera. El frío acogedor que un día fue calor rechazado. Y la amargura de la nostalgia pasa por esos ojos que él, el muerto, tanto quiso hasta desgañitarse en un eterno "no me abandones”, grito desgarrador en el helado viento de la noche. Porque, amor mío, todas las noches pasadas junto a ti nunca podrán ser heladas. Y el marido lo sabe, aunque la derrota haya destrozado un amor que él creía que borraba todos los fríos, todos los temores y todas las preguntas.

Ayer noche, muy tarde, un perro me habló de ti,
la agachadiza me habló de ti desde su hogar pantanoso,
decían que tú eres el ave solitaria que vuela por los bosques,
y que puedes estar sin pareja hasta encontrarme.

Me prometiste y me mentiste,
que te encontrarías conmigo donde se agrupa el ganado.
Te llamé con un silbido y trescientos gritos,
pero no encontré respuesta, sólo un cordero balando.

Me prometiste algo difícil de conseguir,
un barco de oro con un mástil de plata,
doce ciudades, cada una de ellas con un mercado,
y un bello patio blanco al lado del mar.

Me prometiste algo que no es posible,
que me regalarías unos guantes de piel de pez,
que me regalarías unos zapatos de piel de ave,
y un vestido de la mejor seda de Irlanda.

Mi madre me dijo que no hablara contigo,
ni hoy, ni mañana, ni el domingo.
Fue un mal momento para decírmelo.
Fue como cerrar la puerta cuando ya habían robado la casa.

Me has arrebatado el este,
me has arrebatado el oeste,
me has arrebatado lo que tenía delante y lo que tenía detrás.
Me has arrebatado la luna, me has arrebatado el sol.

Y mi terror es inmenso.
Incluso me has arrebatado a Dios.

Este fue el testamento cinematográfico de John Huston en su loco amor por la vida y en una muerte que presentía ya cercana mientras su pensamiento volaba hacia una colina donde yacía, casi en la tumba, su alma de creador.

14 comentarios:

Eme soy dijo...

Que pequeño papel he representado en tu vida.
Es casi como si no hubiera sido tu marido,
como si nunca hubiéramos convivido como marido y mujer.
¿Cómo eras entonces?
Para mí, tu cara sigue siendo preciosa,
pero ya no es aquella por la que Michael Fury dió su vida.
¿Por qué siento este torbellino de emociones?
¿Qué las ha despertado?
¿El recorrido en el coche de punto?,
¿su indiferencia al besarle la mano?,
¿la fiesta de mis tías?,
¿mi estúpido discurso?,
¿el vino, el baile, la música?
Pobre tía Julia.
¡Qué expresión tan macilenta tenía
mientras cantaba ataviada para la boda!
Pronto será también una sombra
como la sombra de Patrick Morgan y su caballo.
Quizá pronto me siente en ese mismo salón, vestido de negro.
Los visillos estarán corridos
y yo rebuscaré en mi mente palabras de consuelo,
y sólo encontraré algunas torpes e inútiles.
Sí, sí, eso ocurrirá muy pronto.
Sí, los periódicos tienen razón:
la nieve está cubriendo toda Irlanda,
cae sobre toda la oscura llanura central,
sobre las colinas despobladas,
suavemente sobre los pantanos de Allen,
y, más lejos, hacia el oeste, cae suavemente
sobre las oscuras y revueltas aguas del Shanon.
Uno a uno, todos nos convertiremos en sombras.
Es mejor pasar a ese otro mundo impúdicamente,
en la plena euforia de una pasión,
que irse apagando y marchitarse tristemente con la edad.
¡Cuánto tiempo has guardado en tu corazón la imagen de los ojos
de tu amado diciéndote que no deseaba vivir!
Yo no he sentido nada así por ninguna mujer,
pero sé que ese sentimiento debe ser amor.
Piensa en todos los que alguna vez han vivido
desde el principio de los tiempos,
y en mí, transeunte como ellos,
fluctuando también hacia su mundo gris,
como todo lo que me rodea.
Este mismo sólido mundo
en el que ellos se criaron y vivieron
se desmorona y se disuelve.
Cae la nieve.
Cae sobre ese solitario cementerio
en el que Michael Faurey yace enterrado.
Cae lánguidamente en todo el Universo
y lánguidamente cae,
como en el descenso de su último final,
sobre todos los vivos y los muertos.

Eme soy ... :-))

Eme soy dijo...

Lo siento César, pero se queda el comentario bloqueado al enviarlo y se multiplicado por 7 y no he podido borrarlos...

Un saludo

Carpet dijo...

El trabajo me ha mantenido alejado de este lugar, aun hoy da coletazos que me interrumpen. Bueno más bien deberia decir que me ha mantenido alejado de comentar cosas en este lugar, porque en realidad he acudido a él con regularidad y leído todo aquello que propones, siempre tan acertado y tan hermoso.

Es obvio que ante este película juegas conmigo a ganador. Ya hablamos en su día de las películas que juegan para nosotros en otra división, aquellas en las que los juicios críticos no pueden ser objetivos, "Dublineses" es para mi una de ellas. No soy capaz de verla desde otro prisma que el de la emoción, el de ver una obra plena de belleza en cada encuadre, en cada frase, en cada luz.

Si acaso y por alejarme un poco de esos sentimeintos emotivos (¿Me crerías si te digo que cuando recuerdo alguna imagen de la pelícla se me pone un nudo en la garganta?) me preguntaba si habíamos en algún momento dedicado un tranversal a las escaleras.

Recuerdo que hicimos algún comentario a proposito de "El fantasma y la señora Muir", lo hizo Chus (desconozco cuales son los problemas que le acosan pero mi apoyo y solidaridad para él) si mi memoria no me falla.

Pero las escaleras, ese lugar de transito son tan cinematográficos que mereceráin un buen repaso. En realidad, creo que aparte de su indudable valor metafórico son visualmente muy atractivas y no sólo en cine, sino en fotografía y en pintura son un lugar común, un punto de busqueda de la belleza.

Si ya fue tema tratado no hay caso, pero si no podíamos jugar a recordar escaleras de cine.

Gracias por el magnífico post, me hubiera gustado escuchar el programa de conversacines ( lo intentaré repescar alguna mediodia de estas ) en directo, pero en casa no hay caso y además jugaba (mal para no perder la costumbre) el Madrid y se me hace dificil renunciar a la esperanza de disfrutar un día del juego de mi equipo.

Abrazos.

César Bardés dijo...

No te preocupes, Eme Soy, ya estoy arreglado. De todas formas, gracias por la paliza de transcribir ese hermosísimo final donde se pone de manifiesto la tremenda derrota que sufre Gabriel a manos del amor. Quiza su antecedente literario impide identificarse con él, pero ¿cuántas veces hemos podido sentirnos así? ¿cuántas veces hemos sido presa de los celos fantasmales del pasado? El amor es un traidor sobre el que también cae la nieve porque es tan fugaz como la vida pero quizá es lo que permanece de nuestro paso por ello. Muchas gracias por este colofón tan bonito a este artículo y a esta charla en la que, me temo, no estuve tan acertado ni tan preciso como hubiese querido.
No te preocupes, Carpet, desde luego que puedes oír el Conversacines en cuanto Chus regrese de su ciudad natal. Hazlo cuando quieras y siempre que quieras y verás cómo soy mucho más brillante escribiendo que hablando. En todo caso, hablas de escaleras y, desde luego, han sido muchas las que han dejado sus peldaños en la historia del cine. Desde la escalera por la que se despeña Scarlett O´Hara en "Lo que el viento se llevó" hasta "La escalera", de Donen con esos dos maravillosos homosexuales que eran Richard Burton y Rex Harrison. La escalera de "I´ll build a stairway to paradise" que mitifica Georges Guetary en "Un americano en París", la escalera como símbolo del miedo circular en la inquietante "La escalera de caracol", la escalera temblorosa y jalonada de suspense en "La casa encantada", de Robert Wise, la escalera como símbolo de poder la aristocracia en "El cuarto mandamiento", de Orson Welles; la escalera posmoderna que sale en el romanticismo intrínseco de la versión del "Frankenstein", de Branagh; la escalera de heroísmo como pedestal de un duelo de metales en "Robin de los bosques", la tenebrosa escalera iluminada con un simple vaso de leche de "Sospecha", la escalera de incendios donde se encuentran los amantes de "West side story"; la escalera que es lugar de vecinos y que es desmontada por la agudeza de unos cuantos en "La estrategia del caracol", de Sergio Cabrera. Doy paso a más peldaños, con gusto y clase, seguro que mucho más que la mía.
Un abrazo para ambos.

Carpet dijo...

NO estaba seguro yo de no haber repasado las escaleras de cine, pero me sumo a los apuntes.

Las escaleras que tan teatralmente baja la diva Norma Desmond en su último momento de gloria en "Sunset Boulevard", se puede descender al infierno pero hay que hacerlo con clase. Y desciende al infierno un angel, que nos sume en todas las tentaciones, o quizá en la peor e todas en la lujuria, una mujer con una pulsera en el tobillo, en otra maravilla de Wilder, la escalera de Stanwyck en "Perdición".
Arriba no tiene porque estar el cielo sino algo terrorifico que nos contagia el pavor, el miedo que acosa a George C Scott en "Al final de la escalera". Una escalera que congela la alegria de una fiesta y la esperanza de una timida provinciana en convertirse en admirada por su marido bajando la escalera de una casa en la que ella nunca fue la señora de Winter, que ese título es como el vestido propiedad de "Rebeca".

Hay muchas más pero ando falto de tiempo.

Un abrazo.

César Bardés dijo...

O también podemos apuntar la escalera que sube al patíbulo de "A sangre fría"; la terrible escalera, arma para un asesinato, de "La loba"; la escalera por la que se despeña la vieja de "El beso de la muerte"; la enorme escalera casi sin final de "Ciudadano Kane"; la escalera que nuestro querido Teddy sube cargando en "Arsénico por compasión"; la escalera truncada que lleva al mismo pecado de "La tentación vive arriba"; la escalera por la que cae sorprendido por la muerte el detective Arbogast de "Psicosis"; la escalera de madera que es una trampa mortal de "El extraño"; la escalera que evidencia la enfermedad de Scottie en "Vértigo". Todas y cada una de ellas utilizadas para cosas diferentes y, sin embargo, geniales.

Eme soy dijo...

Gracias César, por solucionar algo que en mi, parece ser tan habitual, pero te aseguro que no es por falta de practica ni experiencia creo que es un problema propio de mi cobertura y conexión en donde vivo., y mira por donde me preocupa por que sin pretender ser una listilla, pues si me fastidia quedar como torpe en algo para mi es tan fácil y rutinario como la comunicación vía Internet.

Y el hecho de que la película fuera lenta..., no tiene un menoscabo de tener su potencial interpretativo., Todos sabemos que en esta película Huston quiso reflejar costumbres y hechos puramente Irlandeses (él era Irlandés), y algo que no acabamos de entender los de fuera es que tienen muy marcado el patriotismo y sus costumbres nos suelen ser en ocasiones cargantes…, pero repito no por ello falto de una calidad Interpretativa y de dirección exquisitas.

Y como todos sabemos esta basada desde principio a fin sobre el volumen Dublineses de Joyce..., y también resulta insufrible su lectura.

Aunque la película no seria la que yo escogería, puedo confirmarte que si es una delicia por su prosa y su poesía.

Gracias..., a ti César por enseñarme algo más.

Saludos.

María (Eme soy).

César Bardés dijo...

No te preocupes, María, estas cosas pasan con cierta frecuencia, la conexión con internet es horrible, somos unos chapuceros y es lógico que, a veces, las cosas salgan por peteneras cuando tú las has hecho realmente bien. Eso es lo que más me fastidia de la informática, de repente llega un día y no salen las cosas, no porque tu las hagas mal sino porque la conexión es mala, el ordenador se ha levantado torpe o cualquier misteriosa razón del ciberespacio exterior.
Debo decirte que algo de intención escondida sí tuve al elegir la película. Sabía (soy perro viejo) que no a todos les gusta esta película y sabía que iba a ser un caldo de cultivo ideal para la discusión, lo cual podía hacer que el programa tuviera un cierto interés. Si hay algo, de hecho, que puede hacer algo aburrido el programa es que todos estén muy de acuerdo. Yo creo que es una película que no es nada pesada (es una hora y diecisiete minutos) y la sensación que tengo siempre después de verla es de una especie como de limpieza interior, como el haberme lavado de mis errores y de mis presuntuosidades.
Creo que hay algo que resume muy bien cuál fue la intención de la película de John Huston y esto es algo que me gustaría haber dicho pero no, cuando no estás bien, no estás bien y punto pelota. Como bien sabes, sobre todo por lo espléndida investigadora que eres, éste era un viejo proyecto de Huston que arrancaba de treinta años atrás. En cierta ocasión y, a raíz del rodaje de la película (que Huston nunca llegó a ver estrenada) un periodista le preguntó si la tardanza fue por falta de financiación.
El viejo maestro sonrió con esa cara a medias pícara, a medias sabia y dijo:
- No, me faltaba silencio.
Gracias a ti, en todo caso, por intentar hacerme sentir mejor y hacerme creer que, a veces, doy en el blanco.

Eme soy dijo...

Una sonrisa ))


Es cierto que esta película necesita más de un visionado., por qué hay un transfondo patriótico, otro moral y es evidente que literario.

La pena es que a prevalecido el literario y Joyce resulta muy denso …,,, ni que decir tiene que es un film controvertido y que hubiese dado más juego si no hubiese sucedido lo de Chus.., los ánimos alicaídos (creo), se sintieron con penuria en el devenir de la peli.

La muerte no es grata …, y más para aquel o aquellos que se sienten próximos.


María ( Eme soy)

César Bardés dijo...

Totalmente de acuerdo en que necesita más de un visionado. Yo, no sé, será porque soy como soy y en el fondo de mí yace un romántico impenitente al que le gusta pensar y repensar las películas que ve y "Dublineses" es una de esas películas que me hacen pensar. Ojo, porque la haya elegido no quiere decir, ni por un momento, que sea mi película favorita ni nada de eso. No la pondría nunca como mi película favorita (aunque creo que no pondría a ninguna como mi película favorita porque todas lo son). Y el denso original literario no me estorba cuando se trata de hacer una reflexión sobre la muerte, sobre lo que dejamos tras nosotros y, sobre todo, sobre lo que dejó tras de sí un creador de historias que nunca dejó de contarlas a su manera y con una tremenda simpatía hacia los derrotados. Al fin y al cabo, Gabriel es un derrotado en toda regla y las simpatías de Huston se dirigen en esa dirección. Yo tengo esta suerte, elijo una película de temas profundos y ocurre una desgracia y ni mucho menos es la película indicada. La próxima vez permaneceré con la boca bien cerradita, al fin y al cabo, a quién le interesa la oscuridad del alma humana, la penumbra del frío que emana de un amor que nunca fue más que cariño. Cae la nieve, sobre todos nosotros...Uf, es la película soñada para una despedida en mi muy humilde opinión.

Eme soy dijo...

César,


A todos nos importa en menor o mayor medida el frío y la penuria..., por eso existe el calor, el cielo azul y las alegrías…

Y no digas eso de que la próxima vez mantendrás la boquita cerradas por que entonces los demás no podremos meter baza.

En serio…, creo que a todos nos ha sumergido más haya de la tristeza lo acontecido con Chus.

Sabes…, por suerte o por desgracia viví a edad muy temprana la muerte de mi progenitor (mi padre) y es un duro golpe, por que además tuve que hacerme cargo así y a voz de pronto con las cargas familiares (mi madre, mis hermanos, mis abuelos) y mi..., mismamente (Que hacer ¿?) Imagina ¿? Que SUSTOOOOOO…, Que miedo…, y cuantos TEMORES….

No es lo mismo con 30 años que sin haber cumplido los 20.

Quizás en mi caso, el visionarla me recordara esos temores, de saber que sólo tú podías coger las riendas de tú vida y la de gente que te rodeaba…

Es una película que deja un legado…, y ese legado es el tiempo que vives y el que te queda por vivir y como resultado el que no has vivido.

:-) María (Eme soy)

César Bardés dijo...

Qué razón tienes con esa última frase, María: "Es una película que deja un legado...y ese legado es el tiempo que vives y el que te queda por vivir y como resultado el que no has vivido". Ahí está resumida toda la esencia de esta película y comprendo que sea una película que haya infundido temor a quienes habéis sufrido la pérdida de un ser muy querido en las circunstancias más diversas. En fin, lo mejor es pasar página y sumergirnos en el verde de las más blanca de las mañanas...
Gracias por tu voz de experiencia, gratificante, sensata y llena de razón.

Unknown dijo...

Gracias por la dedicatoria César. De verdad, en estos duros momentos es cuando uno se da cuenta (a base de sacudidas) lo que realmente merece y no merece la pena en la vida.

Y dichas sacudidas son las que hacen que películas como esta cobren el valor que realmente tienen.

Ser filmada a las puertas del final del camino de Huston no es baladí precisamente. Se necesita estar hecho de una pasta especial y tener una mirada mágica para ser capaz de realizar esta última mirada tras una cámara.

Un abrazo amigo.

César Bardés dijo...

Gracias a ti, Chus, por tu simpatía y por esas fuerzas que, estoy seguro, no te faltan. La verdad es que muchas, muchas veces he pensado lo inoportuno que soy (no sólo en esta ocasión sino en muchas) al sugerir una película que habla del tema de ésta justo cuando ocurre algo que tanto te llena (y nos llena) de dolor. Soy un desastre. En todo caso, sabes que cuentas con mi cariño y con mi amistad y, día a día, hay que seguir pegando ganchos a la vida.
Un abrazo bien grande.