viernes, 10 de septiembre de 2010

ME SIENTO REJUVENECER (1952), de Howard Hawks


En cualquier negocio de monos, todo puede ocurrir. De repente, la madurez se vuelve juguetona, traviesa y experimenta un cambio hacia la locura juvenil que no deja de ser pintoresca. Habrá tiempo para conducir de nuevo un coche a toda mecha, quedarse extasiado por las piernas de una rubia de leyenda que deja la eternidad escrita en los ojos que la miran, ponerse a bailar como posesos, archivar las incómodas gafas de científico miope y estrellarse, escandalizar, atar a quien se aborrece a un árbol mientras se hace el indio y bromear y comportarse como niños recién salidos de las faldas de mamá.
Para ello, la fórmula requiere mucho ingenio, diálogos mordaces, atrevimiento osado, medias indeformables en las piernas de Marilyn Monroe, burlas sin vuelta en los ojos y actitudes de Ginger Rogers, eternas caras de despiste y ganas de diversión sin freno en ese gamberro que subyacía por debajo de la caballerosidad y elegancia de Cary Grant, complicidad hilarante en un actor de la seriedad y circunspección de Charles Coburn, humor sin límites y ganas de hacer una comedia que no envejece en las manos de un director de la clase de Howard Hawks y un primate deseoso de mezclar pócimas hasta que nos desternillemos de risa con esta auténtica demostración de que todos llevamos a un niño dentro al que negamos insistentemente la salida y al que, por una vez, abrimos cortésmente la puerta.
Y es que todos hemos deseado deshacernos de nuestros molestos dolores de espalda, de nuestra incipiente artrosis como señal inequívoca de entrada por la puerta de atrás en la media edad, de nuestras estúpidas e impuestas maneras educadas para poder hacer el loco de la misma manera en la que lo hacíamos cuando teníamos diez o quince años. Yo también quiero ensuciarme de nuevo la cara con pinturas de guerra de indios sioux y atar al más incauto a un árbol mientras danzo a su alrededor frenéticamente la invocación a la guerra a Manitú. Sobre todo, si pienso que en ese árbol está atado algún ser humano oportunista, ladrón, mentiroso, embaucador y sinvergüenza que, de adulto, niega mis derechos con total impunidad.
Así que tengan mucho cuidado. Después de la película, despejen el salón, convoquen a los hijos y comiencen un fuego de campamento en el que cada uno cuente la mayor de las travesuras que han hecho en su vida. Más tarde, díganse en voz baja cuál es la chica por la que darían su tomahawk sin pestañear mientras fuman la pipa de la paz. Salgan a la terraza y griten al mundo entero que se sienten rejuvenecer por una sola noche y que la locura es una gozosa celebración de una vida que se escapó sin apenas darnos cuenta. Yo, ahora mismo, les voy a dejar, porque va a venir mi papá y me va a decir que qué estoy haciendo con su ordenador y que me coja la pelota de fútbol y la pala y el cubo para ir a jugar al parque con la vecina de diez años del tercero B. Es que me entra un intríngulis cada vez que la veo…

14 comentarios:

emesoy dijo...

Holaaaaaaaa!!!

Me encanta está pelicula..., cierto que volvemos a la niñez..

Ese Gary Grant ( mágnifico, estupendo) en difinitiva uno de mis iconos cinematograficos...

Y esa Gingers Rogers fántastica ( qie comedia)
Me bustaaaa !!!

César Bardés dijo...

Hola, Eme Soy, encantado de que vengas a este espacio que, por supuesto, también es tuyo.
En cuanto a la película, es increíble lo maravilloso que está Cary Grant que no deja de tener ese aire de caballero con clase aún siendo un niño.
Y en cuanto a Ginger Rogers, lo maravilloso de ella es ese punto gamberra que le da a su personaje, ese punto de niña gamberra que todas guardáis y que rara vez mostráis cuando se llega a la madurez.
Claro que todo es mucho más fácil teniendo detrás de las cámaras a un director como Howard Hawks, uno de los mejores realizadores de comedias alocadas que ha habido nunca...o mejor dicho...uno de los mejores directores de la historia del cine...
Encantado de tu visita, Eme Soy, ven cuando quieras porque sabes que eres muy bienvenida.

Eme soy dijo...

Gracias César...,

Tú crees que hoy en día la mujer esconde ese punto de niña gamberra?

No recordaba está comedia y me ha encantado volver a ver, sencillamente resulta fresca (como la menta al cortar).

Un saludo.

César Bardés dijo...

Me encanta que, a raíz de un simple comentario, hayas decidido revisitar esta pequeña joya de la comedia más gamberra. Y sí, sí, yo creo que vosotras tenéis ese punto de niña gamberra a la que ahogáis muchas veces por miedo precisamente a que os tilden de niñas gamberras. Ni que decir tiene que no es un comentario para nada sexista sino todo lo contrario, es meramente admirativo. Los hombres también tenemos ese punto de mimosones que, algunos no quieren recordar y otros, sencillamente, no pueden porque somos los primeros en olvidar qué es la diversión de la niñez. Vosotras mantenéis todo mucho más fresco y eso os da algunos tantos de ventaja sobre nosotros, como siempre.
Otra cosa, por supuesto, es el modo gamberril de cada una, ahí entra la personalidad de por medio.
Un saludo y gracias por tu visita siempre alegre.

Eme soy dijo...

César ...

Para nada visto en esa apreciación una actitud sexista..., y si un guiño de simpatia hacía nosotras (las féminas).

Y también es cierto que los hombres por temer a parecer blandos enquistan ese agradable sentimiento de mimo.

Cary Grand, como siempre con esa mirada picarona y a la vez firme envuelve y Gingers Rogers ya lo has dicho tú.

Es gratificante.

César Bardés dijo...

Las líneas gratificantes, siempre las tuyas. Cary Grant, picarón, envolvente y también con un aire de mimoso. Hay mucho actor ahí encerrado. La verdad es que es una delicia de película, como prácticamente todas las que dirigió Howard Hawks (¿te acuerdas de lo maravillosa que es "La fiera de mi niña"?). La verdad es que este tipo (que no se consideraba un autor sino tan sólo un artesano que intentaba cumplir con su trabajo lo mejor que le fuera posible), se manejaba bien en cualquier terreno: cine negro, western, aventuras, drama y comedia. Y para la comedia, además, tenía un toque especial para hacerla muy loca pero que, en manos de cualquier otro, podría parecer ridícula. Y además, era un hombre que hacía unos retratos de mujer excepcionales. Siempre fuertes, con un par de peldaños por encima de los hombres, llevando la iniciativa, con ánimo y gracia. Las mujeres, con Hawks, sois más cómplices para todo. Incluso para la gamberrada.

Eme soy dijo...

Como no voy a recordar "LA FIERA DE MI NIÑA" con Katharine Hepburn, actriz dotada de una gran inteligencia y gran talento, y que me dices en "HISTORIAS DE FILADELFIA" o en "ARSENICO POR COMPASIÓN"

Y como olvidar a otra de mis actrices preferidas que junto a él protagonizo "CHARADE"

Y en "ORGULLO Y PASIÓN" con una Sophia Loren, voluptosa y encantadora de la que se enamora perdidamente de ella.., enlazando con "CINTIA"

uuuuyyy.., que se me ve que me busta endemasié CARY GRANT.

;-)

César Bardés dijo...

A mí, mira que "Orgullo y pasión" no me enloquece, pero sí "Con la muerte en los talones" o "Encadenados" o, incluso, "Sospecha". Me parto con Cary en "Los Blandings ya tienen casa", me parece elegante y distinguido y aristocráticamente engañado en "Página en blanco", único en "Indiscreta" e inolvidable conquistador de todas (y de todos) en "Tú y yo". Ay, que a mí se me nota que también me va el Grant más que a un tonto una tiza.

Eme soy dijo...

aaayy..., ayyy que siiii!!!

Y cierto.., cierto es que en Orgullo y Pasión chippps.., chippps.,pero en TU Y YOO..., en Indiscreta con Ingrid Bergman (aunque ella sosona) pero Caryy..., aaayyy.

Y mira ves en está de "Los Blandigs ya tienen casa", creo o no recuerdo haberla visto.., y voy a por ella..
Y tampoco recuerdo "Pagina en Blanco"
Será ya la edad.., que me emborrona la memoria.

:-))

César Bardés dijo...

Da igual, Eme Soy, eso es lo bueno que tiene el cine. Siempre tiene cosas por descubrir, bien sea porque la memoria ya no es lo que era, bien sea porque nunca estuvo allí, lo cierto es que me alegro de habértelas comentado y que te entren ganas de verlas. Espero que disfrutes con ellas y ya me contarás.
Con "Orgullo y pasión", aparte de la cbezonería insensata de Stanley Kramer de querer emprenderla a cañonazos con la auténtica muralla de Ávila hasta que llegó Gil Parrondo y le dijo que no se preocupara, que le construía una réplica exacta, tengo una anécdota personal de mis padres que es preciosa.
Mi padre, amante del jazz como yo, por aquel entonces salía con mi madre como novios y quiso comprar unas entradas en el actual y ya cerrado cine Carlos III, que entonces funcionaba como teatro, para escuchar el jazz de Lionel Hampton. El azar quiso que en primera fila del teatro estuvieran Cary Grant, Frank Sinatra y Sophia Loren y, cómo no, como ocurre en las películas y no nos lo creemos, resulta que a Lionel Hampton y a su orquesta se le ocurrió invitar a Frank Sinatra subir al escenario para cantar un par de canciones. Sí, sí, así fue.
Lo cierto es que mis padres fueron unos de esos pocos privilegiados que tuvieron la inmensa suerte de ver a un Sinatra pletórico cantando en plena juventud en Madrid con una orquesta de jazz. Todo un lujo.
Muchos años después, allá por 1991, Lionel Hampton volvió a España y yo fui a verlo. Intenté invitar a mis padres para que volvieran a verlo. Su respuesta fue descriptiva:
- Tenemos tal recuerdo de aquel concierto que no queremos borrarlo con otro del mismo tío que tocaba como si le fuera la vida en ello.
Romántico. Casi casi, mis particulares Grant y Hepburn.

Emesoy dijo...

Bien por tus padres !!

Quisieron perservar ese carismatico día y si tan romantico para ellos.., jámas segundas partes fueron buenas y para que tentar al recuerdo si lo ya vivido fué tan bello.

Bonito.., bonitos son los recuerdos vividos como únicos.

César Bardés dijo...

Sí, bien por mis padres. Mi pasión por el cine se la debo a ellos, que supieron hacer que fuera una juerga cada vez que íbamos al cine. Mi padre era de los que iba por la mañana a sacar las entradas y aquello era todo un acontecimiento. Gracias a ellos supe que Elia Kazan no era una mujer, no te digo más. Hoy mi padre tiene Alzheimer y, desde luego, sé muy bien que la única ventaja del Alzheimer es que puede ver sus películas favoritas de siempre como si fuera la primera vez, tal y como dijo el hijo de Antonio Mercero en la última entrega de los Goya. Muchas de mis apreciaciones nacen de ellos y de su pasión por el cine y por el teatro.
Bien por ellos y por todo lo que supieron transmitir tanto a mi hermano como a mí. Si no de qué iba yo a querer ir a ver a Lionel Hampton en un concierto.

Eme soy dijo...

Si, César

Esa pasión herededa de tus padres, es la mejor herencia que unos padres pueden dejar a sus hijos, mejor que los bienes materiales ( que por desgracia tantas desavenencias traen entre hermanos).

Y el Alzheimer es el azote de nuestro tiempo, merman a personas vitales e inteligentes dejandoles sumidos en el ayer y sin nuestros recuerdos.

Desgraciadamente, también he vivido en mi familia este mal.

Una sonrisa y un abrazo.

César Bardés dijo...

Estoy de acuerdo. Hace bien poco, mi padre me dijo que "sentía mucho darnos tanto trabajo", era uno de esos días que estaba más o menos lúcido frente a otros en los que ni siquiera parece reconocerme. Yo le dije que no lo sintiera, que lo que me había dado, no se pagaba con nada, que había sido (y seguía siendo) un padre excepcional y que, entre otras cosas, le debía todo mi amor al cine. Él sólo contestó: "¿Ah, sí?", mientras a mí se me saltaban las lágrimas. Estoy de acuerdo en que esa es la mejor herencia que han podido dejarme.
Gracias por esa sonrisa y ese abrazo, te agradezco el apoyo no sabes cuánto.