jueves, 30 de diciembre de 2010

EL DISCURSO DEL REY (2010), de Tom Hooper

Con esta película, al fin, maravillosa, quiero desear a todos un feliz año nuevo y que vuestros deseos dejen de ser tartamudeos para convertirse en discursos de fortaleza y de realidad. Abrazos para todos.

En la última escena del Enrique V, de William Shakespeare, se decía algo así como “dime que me quieres, y hazlo con música entrecortada pues tu voz es música y tu inglés, entrecortado” y eso mismo es lo que le pasó, muchos años después, al rey Jorge VI de Inglaterra, padre de la actual Reina Isabel. Tenía mucho que decir, tenía los arrestos suficientes como para decirlo pero, simplemente, no sabía hablar porque sufría un problema grave de tartamudez.
Y en los graves instantes en los que Inglaterra se metía de lleno en una guerra, el pueblo debía tener la certeza de que había una voz fuerte, llena de voluntad, de vocales de resistencia y consonantes de ánimo para llevar a un país a una guerra que iba a resultar difícil, larga, penosa y cruel. Todos debían saber que alguien iba a escuchar los alaridos de dolor que iban a lanzar por tanta sangre derramada. Y en ese momento, nadie creía que un tartamudo, un hombre que no sabía hablar, que parecía vacilar en todo lo que decía, fuera el portavoz y el altavoz de una nación necesitada de valentía y de empuje frente a la gigantesca maquinaria bélica que iba a hacerles frente.
Para Jorge VI, el micrófono era esa bestia de un solo ojo, capaz de engullir su decisión y de tragar por entre sus rejillas todo un liderazgo. El reino le cayó de rebote pues su hermano mayor, Eduardo, abdicó para casarse con una divorciada americana. De repente, con una misteriosa sucesión de acontecimientos, Inglaterra se deshizo del hombre más inadecuado y comenzó a encajar un rompecabezas cuyas piezas principales fueron Jorge VI, su mujer, Elizabeth, Winston Churchill y una voz intermitente que transmitió, con la ayuda de un ciudadano cualquiera, la seguridad que se necesitaba para afrontar el combate.
De vez en cuando, el cine ofrece maravillosas sorpresas y El discurso del rey es una de ellas. Dentro de la película encontraremos frivolidades, genialidades, humor, dramatismo, tragedias, mensajes de perseverancia, intentos de rendición, ridiculizaciones acertadísimas de los estúpidos protocolos, la historia de una amistad entre dos hombres, la voluntad de hierro de una mujer y, sobre todo, encontraremos dos interpretaciones de oro, inspiradas, fuertes, pensadas, incluso a ratos increíbles, excepcionales, agudas, contrastadas y, sin embargo, unidas. Colin Firth y Geoffrey Rush convierten la historia nunca contada del rey sin voz en una extraordinaria fábula sobre los tratamientos, las realezas y las cosas que verdaderamente importan. Y una corona obligada a la dignidad y un buen puñado de ejercicios de dicción forman una pareja difícil de vencer.
Acompañando a Firth y Rush, hay otras interpretaciones de altura como la de Helena Bonham-Carter, que nunca ha sido santo de mi devoción y que aquí está fantástica; como Timothy Spall que, en unos pocos trazos sabe perfilar la leyenda de Churchill; como Guy Pearce, perfecto en su caracterización del rey que no quiso serlo porque prefería vivir y seguir con sus veleidades nazis. Detrás de las cámaras hay una dirección precisa y potente de Tom Hooper que se descubre magistral poniendo de fondo el Segundo Movimiento de la Séptima Sinfonía de Beethoven, música tartamudeante, lenguaje en pentagrama de notas de acompañamiento que se convirtieron en melodía principal. Además de todo ello, hay que destacar la precisa y conmovedora banda sonora de Alexandre Desplat y a los ojos de los espectadores que ríen, se conmueven, sufren con esas letras que no quieren salir de la garganta real y se dan cuenta de que una vez incluso hubo algunos dirigentes que quisieron salir en defensa de sus conciudadanos para preservar cosas tan elementales como la libertad, la paz, el bien, el trabajo, las inquietudes de las personas y el derecho a poder expresar en voz alta y sin interrupciones todo lo que se siente. Y en esta película se siente que hay momentos de obra maestra que deja a las palabras mudas así que es mejor poner el punto final y dejar sitio a quien realmente sabe hablar.

13 comentarios:

dexter dijo...

Pues vaya forma de cerrar el año, con una película formidable y con un comentario a la altura ciertamente. Me encantan estas películas en las que partiendo de una anécdota se recrea todo una época, un país, unas gentes,... Sin embargo, aquí la anécdota se convierte en metáfora de manera magistral y así lo has sabido expresar en tu comentario. Es una película que te va enganchando poco a poco y que te acaba atrapando con un final portentoso que a mí personalmente me dejó la carne de gallina. El reparto es sensacional y si hay que poner algún pero habría que subrayar el error de casting que supone situar a Guy Pearce como el hermano mayor del rey, cuando Pearce es mucho más joven que Colin Firth -está más que justificado el Oscar que le darán en febrero. En fin, peccata minuta.
Y hablando de Oscars, pues aunque Fincher y su red social están arrasando de momento en los premios de la crítica, habría que decir que si en el mundo hubiese justicia, la ganadora de este año sólo podría ser una.
Y hasta aquí hemos llegado en 201. Un abrazo a todos los que seguis este formidable blog y en especial a ti, Bardés, por dejarnos semana a semana ímborrables imágenes en nuestras almas.

César Bardés dijo...

La forma ideal de cerrar el año es con un comentario tan excepcional como el tuyo, que da ánimos, que aporta y que, desde luego, es certero. La verdad essque quedé muy sorprendido de la que, creo, es la mejor película en varios años. Ha sido una estupenda sorpresa y mi quiniela de los Oscars se inclina hacia ésta con verdadero entusiasmo. Luego los académicos harán lo que les dé la gana aunque yo creo que los premios para Firth y Rish son fijos.
Gracias por tus ojos, Dex, por tu paciencia, por tus apoyos y por ser parte, tú también, de todas estas imágenes en el alma. Un abrazo y feliz salida y entrada de año.

Carpet dijo...

Me uno, me sumo, me añado.
A los elogios para el blog y su dueño, a los piropos al post, al reconocimiento y loa al maño. Y me sumaré también con agrado a la loa a la película una vez que la vea y por lo leís¡do y comentado y teniendoos la fe que os profeso será de obligado cumplimiento, aunque sea en el 2011.

Feliz año a ambos y al resto de los lectores de tan magnifico punto de encuentro.

Gracias maestro y gracias discípulo aventajado, de corazón. Un seguidor avejentado.

Carpet dijo...

Se me olvido decir....Collin Firth es un magnífico actor, de eso no hay duda, pero....¿no reulta siempre pelín soso haga el papel que haga?

Eme soy dijo...

Feliz año a todos !!!

César Bardés dijo...

Feliz año a ambos y muchas gracias por estar siempre por aquí, por vuestras palabras, por vuestro saber estar y por vuestro amor al cine.
En cuanto a la duda que entra por Colin Firth, Carpet. Ve a ver ésta película y luego me dices si te parece soso. Ya estaba muy, pero que muy bien en "Un hombre soltero" de Tom Ford, componiendo un personaje que se acercaba mucho a Cary Grant sólo que homosexual. Derrochando elegancia. Fantástico en su interpretación. La película es un rollo macabeo, pero su trabajo era, con mucho, lo mejor. E incluso hay un momento de verdadera magia junto a Julianne Moore. El caso es que aquí tenemos a un actor que está mayúsculo que, al no poder hablar con normalidad, lo dice todo con los ojos, con unas expresiones elocuentes. Yo no puedo ponerle ningún pero a esta interpretación, creo que está insuperable y que difícilmente se va a poder encontrar otra mejor este año y en años venideros.
En cuanto al defecto de casting que dice Dex, estoy de acuerdo puesto que Guy Pearce aparece como el hermano mayor y tiene siete años menos que Firth. Quizá ahí pudo el físico al ser muy conocido ese Eduardo de Windsor frívolo y un poco nazi que prefirió renunciar al trono para casarse con una señora que no quería casarse, sino ser reina en la sombra.
En todo caso, Feliz año nuevo con películas como ésta. De verdad, con este tipo de cine, merecen 365 días al año.

Carpet dijo...

Pues no estaba soso, no,no, que estaba de parranda...

En realidad, a Collin puede calificarsele de muchas cosas pero no de soso en esta maravillosa película. No deja de ser, efectivamente, el papel de Firth (el habitual) levado al cubo, el tipo algo pusilánime, entre timido y timorato, asustadizo y sometido a rigideces protocolarias que se encuentra con una realidad más humana, más libre y que termina contagiandose y llega a ser capaz de enfrentarse a sus miedos y dar la vuelta a su temerosa personalidad. Lo hizo en "Love actually", en "Bridget Jones" e incluso en "Mamma Mia".
Aquí, sin embargo, sus ojos, como dices Wolf, nos muestran sus angustias, sus agobios, sus complejos,...Y la poca fuerza que en algunos momentos nos muestra su personaje es tan creible como sus accesos de ira, como su capacidad para sobreponerse, para luchar.
En cuanto a Geofrey Rush, es un fenómeno, un actor mayusculo, tanto que es capaz de eclipsar en algunos momentos a Jack Sparrow, porque su Capitan Barbosa es tan espectacular como la magnífica caracterización de Johnny Depp. Aquí, se muestra fascinante, un tipo tan seguro de si mismo como para llamar Bertie al Rey, pero asustado ante la posibilidad de que su mujer descubra lo que le ha estado manteniendo en secreto. Y esas asi rdiculas caracterizaciones de su pasión Shakesperiana son mágicas y deliciosas.
Sin duda, para mi la sorpresa es Helena Bonham Carter, actriz que me irrita y me repele de forma habitual y que aquí me parece que compone un personaje perfecto, fuerte y voluntariosa, terca y decidida, sensible y entrañable, cariñosa y dulce. Un personaje que modula con mucha precisión, capaz de hacernos entender cada una de sus escenas con una sonrisa, con una mueca de enfado o alzando la cabeza para pasar "por encima" de una advenediza y ambiciosa plebeya que ignora las más mínimas normas protocolarias.
En una pelicula excelente y muy británica en lo que significa no sólo en cuanto a rigor de ambientación y prodigio de austeridad, no creo que haya ninguna escena que suponga excesivo coste ni niguna muetra de espectacularidad que distraiga la atención.

Pero, y ahora viene la parte de los peros, la calificas como la mejor película de los últimos años. Y tal vez lo sea, miras las películas de los últimos años y tampoco hay mucha batalla, pero aun así hay un dos o tres titulos que a mi me llegaron más y mejor (no sé si calificarlas de mejores películas)...No diré cuales para no entrar en comparativas algo ridículas y claramente subjetivas.

Porque hay una cosa que a mi me flaquea de la película y que me rebajó las sensaciones una vez que acabó y la reposé. En seguida, me vino la idea de que esa transposición de el protocolo regio y la teórica libertad del pueblo, esa lucha constante entre el posible hipçócrita tratamiento entre iguales y lo sincera y agradable que es el trato entre diferentes, es tan dominante en la película que parece que alguien que vive uno de los momentos más tensos y graves de una determinada época basa no pocas de sus actuaciones en virtud de la relación que mantiene con su foniatra, y eso aunque evidentemente no es así, es lo que nos queda de poso en algunos momentos. Que su valor o su decisión esté determinada por la proximidad del tipo que le trata como a un igual sin serlo.

Ese pero, no es algo de excesiva importancia sin embargo, es fundamentalmente un reflexión post-proyección que no interfiere mientras disfrutas de las reconfortantes dos horas de buen gusto.

Abrazos.

César Bardés dijo...

Claro ese "pero" que pones es tan subjetivo como mi posible rebate. Para empezar, totalmente de acuerdo en tus apreciaciones sobre Colin Firth, sobre Geoffrey Rush (acabo de ver a Christian Bale en "The fighter" y, lo siento, sigue siendo mucho mejor Rush) y sobre Helena Bonham-Carter hacia la que comparto la misma aversión que tú la hayas podido tener pero en la que hay que reconocer que en esta película está sorprendente (ojo, ahí sí que voy a decir que Amy Adams está mejor en "The fighter" y eso que la película me gusta bastante menos).
Ya te digo que mi mirada parece diferente porque yo no interpreto lo agradable que puede ser la relación entre un plebeyo y un personaje regio, sino que, cuando las circunstancias lo demandan, no es que sea agradable, es que es necesario. No olvidemos que la necesidad del Rey (increíble pero cierto, he visto una crítica que machaca a la película porque dice, con dos cojones bien puestos, que se basa todo en un "qué dirán", olé) no está en su evidente capacidad para dirigir los destinos de un país junto con su primer ministro, sino en ofrecer una imagen de fortaleza al pueblo en unos momentos extraordinariamente difíciles y, si para llegar a ese fin hay que bajar peldaños y tratar de igual, pues se bajan y no pasa nada. Eso debió de ser bastante cercano a la realidad porque recordemos que en más de una ocasión la llamada "Reina Madre", interpretada por la Bonham-Carter, puso en más de un aprieto a la seguridad real al salirse de los protocolos y estrechar la mano de los ciudadanos que andaban por allí sin previo aviso. ¿No lo recuerdas? Los guardaespaldas corrían como posesos y presas del pánico porque la señora, además de tener una cierta inclinación al soplen y marchen, dejaba salir su espontánea personalidad. ¿Reprochable? Tal vez, pero en todo caso, eso hizo de ella un personaje cercano para el pueblo y muy apreciado popularmente.
Y no es ese hecho lo que yo aprecio como dominante en la película. No olvidemos que el problema es de tartamudez y eso obliga a realizar una serie de ejercicios que son, cara a los demás, todo un compendio de ridiculeces (ridiculeces necesarias) y cómo ese foniatra decide saltarse todos los protocolos para que el Rey sepa saltarse ese sentido del ridículo tan altamente instalado en él. Cuando consigue estremecer al pueblo, es vitoreado porque saben que tienen que luchar pero que, detrás de ellos, tienen un monarca que, no sólo tiene fuerza, sino que sabe expresarla.
Sigo diciendo que es una película excepcional, llena de detalles y, para mí, la mejor película del año por encima de redes sociales y demás leches vistas hasta ahora. Nunca se había enfocado la condición regia de esta manera y la película tiene profundidad y buen gusto que proviene, fundamentalmente, de un guión estupendo y de unos intérpretes capaces de hacer que esta película, ésta sí, pueda perdurar.

Carpet dijo...

Si, por supuesto es un "pero" subjetivo, en realidad los halagos también lo son, y además ya digo que es casi anecdótico y que sucedio en el post y no en el durante.
Lo de que es la mejor película del año no lo dudo, aunque haya visto tan pocas y no tenga "Red Social" para comparar (no me atrae en demasia, tampoco), tu comentario decia de los "ultimos" años y ahí si hay alguna que me gusta más.
Y claro que hay base real en el asunto, parace que muchas cosas están basadas en la correspondencia mantenida entre Logue y Jorge VI a lo largo de muchos años y que el nieto del foniatra encontro hace unos años. De hecho una de las cartas era de la reina madre tiempo despues de la muerte de Bertie en la que le dice : "Creo que se, tal vez mejor que nadie, cuánto ayudó al rey, no sólo con su modo de hablar, sino que a lo largo de toda su vida y de su modo de ver la vida".

Yo no diré que la película se basa en un "que dirán", durante un rato no comprendía la relación que yo soy muy cortito....pero tampoco creo que explique lo decidido que era el Rey que se rebajaba a cumplir las exigencias de un plebeyo y sus ridículos metodos porque su país lo necesitaba, a lo mejor es cierto, pero yo no lo termino de ver...Creo que habla más de esfuerzo, de compromiso, de superación, de aprendizaje desde el punto de vista humano, de tener amigos...
En las cartas que el nieto encontró comenta lo increiblemente amigables que eran las cartas, aunque, y aquí si parace una licencia de la película, hay cierta etiqueta bajo la que Lionel se rige, nombrandolo en todo momento como Su Alteza real.

Bueno, un disfrute en todo caso y un gusto compartirlo con vosotros.

dexter dijo...

Bueno, yo como siempre digo cuando veo una peli "basada en hechos reales (que no Reales)" siempre termino preguntándome dónde acaba la realidad y acaba la ficción. También como dije allá cuando Bardés publicó su artículo, la película trasciende la anécdota para convertirse en metáfora. Si la película parte de un hecho histórico y termina hablándonos de esfuerzo, de compromiso, de superación, de aprendizaje desde el punto de vista humano, de tener amigos... pues oye al carajo con la Historia (¿o es que sólo le vamos a permitir esas licencias a Tarantino porque es muy cachondo y eso?). De todas formas, a mí, ese "pero" subjetivo del que habla Carpet me da una de las escenas más emotivas de la peli y una de las que más me pone la piel en punta. Y es el momento en el que nada más morir el Rey a Colin no se le ocurre otra cosa que ... acudir a casa de su foniatra. Es el primer consuelo que busca, el momento en el que por fin se sincera, un sentido de la camaradería casi fordiano. ¿Que más da que eso ocurriera o no en realidad? Es maravilloso. A mí me gusta pensar que realmente sucedió así, esa es la magia del cine.

César Bardés dijo...

Por supuesto que todo ello es subjetivo, Carpeto y no lo he dicho con un tono menospreciativo ni nada de eso. Quiero decir que es rebatible desde el mismo punto de vista, pero no desde el punto de vista objetivo porque es evidente que tienes tu puntito de razón.
Creo que en la película se da un poco de todo. Una necesidad para superar un problema y también una necesidad de compartir momentos íntimos (tan íntimos como el aprendizaje de hablar) con alguien que se convierte en un amigo. También es evidente que estoy más cerca del punto de vista de Dex en cuanto a la inclusión de esa escena claramente Fordiana que, además y en contra del o que pudiera parecer, no está dominada por Firth , sino por Rush otorgándole una profundidad y una ternura poco comunes.
Y es precisamente esa ternura y esa profundidad la que hace que esta película yo la pueda ver como una de las más buenas de los últimos años. Estaría en clara competencia con "Toy story 3" pero "El discurso del rey" no sólo es una película sobre el aprendizaje de algo tan básico para un rey como es hablar, sino que, y para mí es algo de lo que adolece el cine en su conjunto, es una película capaz de emocionar con elementos que no son muy corrientes en el cine. Ya digo que la escena cumbre, no voy a desvelar cuál, está dirigida con una sobriedad y un buen gusto que me deja boquiabierto y más con el tremendísimo acierto de la inclusión de ese Segundo Movimiento de la Séptima de Beethoven porque es un instante en el que la imagen, el sonido, el momento y el significado toman cuerpo y forman una unidad muy pocas veces vista. Por supuesto, no sólo valoro la película a través de esa impresionante escena. La valoro también porque en ella, también subyace la idea de que, en momentos de decisiones, tiene que haber el hombre adecuado en el momento preciso y aquí hay dos hombres adecuados para un momento preciso y eso es deseable para un país que se halla al borde del abismo. Me da igual si la historia se hubiese adaptado con un presidente en lugar de con un rey, creo que eso no tiene demasiada importancia, porque el rey débil deja el trono, al igual que debería hacerlo un político débil que siempre mira hacia otra parte (y no me estoy refiriendo a nadie en concreto). El caso es que yo creo que la película es capaz de llegar, de emocionar y de hacer sentir el lugar que hasta el más insignificante de los ciudadanos puede ocupar en el rumbo de un país.

Carpet dijo...

Vale, vale...esa escena, ¿fordiana decís?, es suficientemenete emotiva como para revisar mis reparos...También me encanta la escena del enfado de Collin y el menosprecio a Rush...Y el coche de la Bohnam-Carter guiado entre la niebla por un guardaespaldas a pie...Y la familia viendo la granbación de la coronocación...y el espectacular momento inicial con la gente bajando la mirada apesadumbrados por la vergüenza ajena.
Ufff.."Toy Story 3" sin duda es muy destacable, claro.

Mi crítica aclaro, que no era por tergiversación histórica ni mucho menos, si así lo pareció debiose a que no pronuncié bien...me trabo cuando tengo que hablar con gente tan motable.

Si di a Eastwood notable bajo, a este "Discurso..." le doy un sobresaliente (aunque sin mención de honor).

Abrazos.

César Bardés dijo...

Hombre, Fordiana, sí. Hay mucho aprecio subyacente en toda la información y acaba con un cierto toque de humor con Firth cantando (por cierto, recomiendo vivamente la versión original). Por cierto, me encanta que hables con gente tan "motable". Yo podría ser "Pedantón" y Dex, no sé, "Venates", pero eso también es una opinión subjetiva y meramente cómica.
Es broma, chicos, me encantan que las supuestas polémicas sean expresadas desde la seriedad y con parámetros absolutamente normales, aceptables y brillantes. Sigo diciendo que así da gusto.