lunes, 28 de marzo de 2011

SENDEROS DE GLORIA (1957), de Stanley Kubrick



                 "Los senderos de gloria no conducen sino a la tumba"
                       Thomas Gray. Elegía en un cementerio campestre.
A veces, la gloria es un proyectil caído en la tierra de nadie. Es una bala estrellada contra un saco terrero de las trincheras. Es el estiércol del honor. Jugar a la guerra desde un palacio sólo lleva a distanciarse de la realidad ensangrentada. La victoria es la supervivencia y hacer lo imposible por tomar una colina no siempre justifica la pérdida de cientos de vidas.
Sólo una voz perdida de una muchacha sin nombre puede hacer que las lágrimas del hogar y de los hombres que un día lo fueron se conviertan en ráfagas certeras contra el alma, de barridos acribilladores del tiempo perdido en odiar y en sobrevivir cuando cada vez que se hunde la cara en el barro, la piel mojada desea estar empapada de vida. Combatir no es cosa de héroes, es asunto de balas y cañones, de despachos y mapas, de tácticas y carne. La guerra no es noble. Y fusilar a tres hombres para dar ejemplo es crueldad como excusa de la ambición. Así es como se escriben los senderos de gloria.
La desesperación es la espita de la cobardía, es el reguero del descreimiento, es la arena que apaga el fuego de la dignidad. Morir. Vivir. Qué más da cuando el destino se empeña en que te arrastres por las ondulaciones de los cráteres de los obuses. Quizá tus deseos se queden enganchados en el enjambre de espinos de una alambrada en espiral o la noche se encargue de exterminar no sólo lo que eres, sino todo lo que hubieras podido llegar a ser. Juego sucio de reglas de cloaca.
La farsa de un juicio con apariencia de legal para tranquilizar al honor perdido de generales de muerte es sólo una muestra más de que el mundo no es un lugar agradable para vivir...Stanley Kubrick nos lo mostró en todas y cada una de sus películas. También con esta, convirtiéndose, probablemente, en la película definitiva sobre la Primera Guerra Mundial y sobre el desperdicio de la existencia cuando una generación entera es enviada a una muerte segura por la supremacía de no se sabe muy bien qué.
Los senderos de gloria son siempre caminos abiertos con sangre ajena que no hubiera merecido ver la luz gris mate de un campo de batalla...allí donde todo, incluso la vida, está muerto... 

8 comentarios:

Eme soy dijo...

Sólo una voz perdida de una muchacha sin nombre puede hacer que las lágrimas del hogar y de los hombres que un día lo fueron se conviertan en ráfagas certeras contra el alma, de barridos acribilladores del tiempo perdido en odiar y en sobrevivir cuando cada vez que se hunde la cara en el barro, la piel mojada desea estar empapada de vida.

Me parece una bella reflexión y te sobrecoge el corazón, por tantas injusticias y más en tiempos de Guerra donde un honor mal entendido está por encima de la calidad humana.

Con tú permiso me he permitido trasladar ese párrafo al comentario en mi blog.

Gracias.
María

César Bardés dijo...

Pues claro que sí, Eme Soy. Ya sabes que para mí es un honor y un privilegio. Incluso más que lo traslades a tu blog, que esas palabras te hayan parecido bellas y merecedoras de tu atención.
Gracias a ti, en todo caso.

dexter dijo...

Mientras no le copies los dígitos de la cuenta corriente...

Buen conversacines el que se nos presenta esta semana vive Dios, y de plena y triste actualidad además. Ya sólo falta que el invitado del teléfono sea Claudio Crespo y no el petulante ese de Madrid que llevan de vez en cuando

César Bardés dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, Dex. El petulante ese de Madrid se cree que sabe de cine tres leguas y no tiene ni las botas puestas. Y lo que sí es cierto es que, comparado con Claudio Crespo, es un simple aprendiz.
Los números de mi cuenta corriente son...

Raquel dijo...

Me gusta lo que apuntas, César. Tanto como lo que aporta siempre el "tipo de Madrid" que le suma altura al programa, sentir extremo en el punto de vista y precisión absoluta en cualquier dato escurridizo; y el exquisito trato a todos los compañeros.

César Bardés dijo...

Colorado me pones, Raquel. Muchísimas gracias por un comentario que sirve de forma excepcional como estímulo al "tipo de Madrid", petulante, arrogante y todo lo que termina en "ante", incluso "ignorante". Un beso desde las trincheras.

Carpet dijo...

¿Elegante también?...Lo que faltaba.
Por eso los demás no ligamos.

César Bardés dijo...

Elefante, elefante, que uno tiene ya sus kilos.