miércoles, 18 de mayo de 2011

THELMA Y LOUISE (1993), de Ridley Scott

Son dos mujeres que deciden que el camino del vacío es más llevadero que un mundo en el que sólo hay hombres dispuestos a hacerles daño. Es un coche que salta sin suelo hacia la libertad más infinita porque en medio del desierto hay una luz que les permite saber lo que es vivir. Es un hombre con los vaqueros bien puestos que hace sentir a una mujer lo que muchas nunca han sentido aunque él sea un sinvergüenza simpático. Es huir por la sencilla razón de que es la única salida a una vida sin motivación. Es alejarse del mundanal ruido de una voz ronca y desagradable que sólo sabe exigir. Es un policía que no quiere que el ambiente se caldee porque sabe y tiene plena conciencia de que al final son los inocentes los que siempre pagan. Es una mano gritando que esperen en la loca carrera que deja una estela de polvo en dirección a la nada. Es una bala bien metida entre los ojos de un inmenso hijo de puta que es tan simple que no sabe que hay cosas que duelen mucho a una mujer. Es seguir la línea sin mirar atrás porque si lo hacen verán las cosas que las atan. Y las hebras de la cuerda que las mantiene presas están hechas de sudor, de soledad, de humillación, de la nada, de sobrevolar lo más importante y detenerse en lo más fútil. Es Thelma, que en su ingenuidad, no ha visto lo que hay más allá de la línea que separa su tan limitada frontera. Es Louise, que en su experiencia, sabe que más allá de esa línea fronteriza puede haber otras formas de dolor, otras formas de sufrir, sí…pero también varias formas de disfrutar. Es lanzarse para decir de una vez por todas que no. A veces, es muy hermoso decir que no, expresar la rabia durante tanto tiempo guardada como un cajón repleto de moho, con tus sentimientos anquilosados y llenos de un mal olor que no has sido capaz de ventilar. Es el inmenso corazón de dos mujeres que sólo han pedido unos miligramos de cariño que nunca han venido de la mano del hombre. Diatriba contra la soledad de heroínas sin nombre (hay tantas…) que hacen lo que se les obliga a hacer sin rechistar, sin decir, sin replicar…El silencio es un arma que ellas utilizan con una elocuencia que raya en la quietud. Y ellas dos, Thelma y Louise, deciden hablar, deciden correr, deciden vivir porque es algo que se les ha estado negando sistemáticamente a través de los años. Y antes de volver a la nada, prefieren el vacío de un salto de libertad…lleno de cariño y de dolor, repleto de esperanza hacia algo mejor de lo que han tenido…y casi todas las mujeres…merecen algo mejor de lo que han tenido.
Geena Davis fue Thelma y Susan Sarandon (la gran dama que siempre me hace entornar mis ojos hacia el cariño) fue Louise. Juntos las reunió Ridley Scott con un guión excepcional de Callie Khouri. Luego Ridley…bueno…ya se sabe, no quiso saltar al vacío y prefirió adaptarse a los tiempos.

4 comentarios:

dexter dijo...

La última gran película de Ridley Scott (yo le tengo aprecio a "Los impostores" pero ya como que no es lo mismo). Y sí, resulta paradójico que tras ese final tan valiente y tan lleno de dignidad, Mr Scott haya agachado las orejas ante la industria de una forma tan descarada. En este caso, el bello canto del cisne de una carrera que hasta el momento era brillante.

¿Qué tal las crepes? Espero llegar a tiempo. Guardadme un sitio

César Bardés dijo...

Yo también le tengo aprecio a "Los impostores" porque ahí parece que al bueno de Ridley le da por hacer algo de cine con cierta vista e inteligencia pero, claro, "Los impostores" es un fracaso de aúpa así que cualquiera le convence como para que vuelva a hacer cine de calidad. De lo que no cabe duda es que "Thelmay y Louise" ha sido, creo yo, su última gran película y ya es un clásico con todos los merecimientos.
Las crépes cómo las quieres...¿saladas o dulces? Estoy ya batiendo la masa...

Carpet dijo...

Confieso que "Thelma y Louise", que en un principio me encantó, ha paerdido para mi mucho con cada revisión. Una de las causas, quizá la más, es Geena Davis que siempre me ha parecido una actriz bastante discreta y demasiado ocupada en mostrar las emociones de sus personajes a base de tics (ojos, morritos, etc). Lo mismo es mania mía, pero frente a la fuerza de Sarandon me parece que la pareja está más que descompensada, por mucho que efectivamente eso nos sugiera la pareja protagonista, una mujer experimentada, fuerte y decidida y la otra simple, sin personalidad y sin más mundo que el de su casa y su cocina.

El otro problema que me hace rebajar cada vez el nivel de la película es el excesivo hincapié en lo perjudicial de los personajes masculinos, desde el violador, el grosero, el aprovechado, el marido machista, el novio incapaz de comprometerse,....Incluso el único personaje masculino algo positivo, Harvey Keytel, es un hombre que no puede hacer nada por evitar un final en que los inocentes pierden.

La historia es amarga, es una nueva historia de perdedores, son mujeres, pero pudieron ser cowboys, los malos eran hombres pero pudieron ser mejicanos o indios...Luchar contra todo les da nuevas ilusiones, morir les libera.

Es una gran película, si...aunque a mi cada vez me guste menos.

Abrazos.

César Bardés dijo...

Es cierto que Susan Sarandon es una actriz de muchísimos más recursos que la Davis y que también es un ejercicio de cierta crueldad ponerlas a las dos juntas. Tampoco cabe duda de la vocación feminista de la cinta y que los hombres salimos malparados en todos los retratos (aunque se mira con cierta indulgencia tanto a Harvey Keitel como a Brad Pitt que, aunque aprovechado, proporciona un rato de inolvidable placer a la Davis que merece la pena el engaño). Y no deja de ser curioso lo que dices porque, no hace mucho tiempo, alguien me comentó que no le gustaba una película como "La costilla de Adán" porque creía que esos problemas estaban superados desde hace tiempo. Y quizá tengáis razón y todo esto no son más que maniqueísmos estúpidos y ya un poco ajados pero yo sigo asombrándome con ciertas secuencias de esta película, empezando por el final y terminando por esa venganza que se toman las dos ante el camionero, o la Sarandon explicando al cerdo que intenta violar a la Davis que "eso duele" y a ver si a algunos hombres les entra en la cabeza, o la secuencia con el coche atravesando el desierto de noche...tampoco es nada improbable tu apreciación de que, perfectamente podría haber sido un western, estoy totalmente de acuerdo. La historia es amarga pero, no sé, creo que hay algo de magia en ella, de valor de mujer que es muy difícil describir en la pantalla y al que tanto hay que admirar. De un sueño que, para ellas, aún está ahí, suspendido en el aire, con sus manos juntas y sus ansias de ser libres. Ni siquiera a la manera en la que, supuestamente, lo son los hombres, sino a su propia manera. Con independencia. Con personalidad. Con empuje.