jueves, 9 de junio de 2011

¡QUÉ DILEMA! (2011), de Ron Howard

No deja de ser sorprendente que un director como Ron Howard vuelva a la comedia muchísimos años después de aquella Splash, con Tom Hanks y Daryl Hannah y que, tras un Oscar, el sabor del éxito y algún que otro fracaso, lo haga a través de una trama de abrumadora simpleza, sin más pretensiones que la de entretener, sin caer en estúpidos modismos y apelando más a la media sonrisa que a la carcajada sin faltar ninguna de las dos.
El caso es que basándose en una cómoda y fácil situación de partida, Howard elige un camino algo más difícil del habitual y se centra en una comedia de personajes que es resultona, con alguna que otra escena brillante (el discurso sobre la sinceridad de Vince Vaughn es el punto álgido de la película), con errores que rozan la torpeza pero que no evita la sensación sempiterna de que, si lo consideramos aisladamente, es un director que hace historias que no están mal del todo, pero que si lo comparamos, tiene menos talento que una sandía sin pepitas.
Y es que da miedo pensar lo que sería el argumento de esta comedieta, propensa a la acidez como un largo vaso de whisky, en manos de un genio como Billy Wilder. Y escalofríos de pánico recorren el espinazo si la imaginación nos lleva a sustituir a Vince Vaughn por Jack Lemmon, a Wynona Ryder por Shirley McLaine y a Jennifer Connelly por Audrey Hepburn. Pero, claro, eso es viajar en las nubes y no centrarnos en lo que verdaderamente importa. Si quitamos todas las comparaciones interiores, la película funciona a tres cuartos de gas, con trabajos aceptables de todos sus protagonistas y una dosis de moralina que le quita fuerza a todo el conjunto más que nada porque defiende unos valores que están más que superados a los cuarenta. La amistad es lo máximo, el matrimonio que no es sincero está condenado y bliblablu..
Por lo demás, ahí está la demostración de que hay verdaderos genios que trabajan mejor bajo presión, que el rugido del motor que mueve nuestras vidas a veces es tan atractivo que perder el enfoque puede tener un alto precio. Y es que la existencia es tan ingrata que, cuando todo tiene un equilibrio perfecto al que ha costado muchísimo llegar y que raramente avisa de su presencia, se puede perder por un par de actitudes equivocadas, unas cuantas frases nunca dichas y el pecado, ese gran pecado que siempre asedia a la normalidad, es el silencio. Cuando una pareja calla, el fracaso es quien completa el triángulo.
Así que se pasa un ratito que está bien pero que no mata, que te deja un regusto optimista no exento de un toque irritante, con algunos acentos en forma de risa desbocada y algún que otro punto y aparte con hilaridad contenida en la garganta. El resto son situaciones que vienen dictadas por la personalidad de los protagonistas que buscan esa felicidad que es tan deseada y tan huidiza. El amor no tiene ley y las cosas que suelen preocuparnos en relación con la pareja no tienen mucha importancia si hay algo tan raro y tan en trance de desaparición como es la confianza.
Con ese dichoso y escaso elemento, se pueden formar equipos complementarios, que combinen la  genialidad y el escaparate, que encajen como las piezas de ese motor que ansía rugir para volver a unos tiempos que seguramente fueron mejores. Todo ello, eso sí, salpicado con una banda sonora brillante, tan llena de ritmo como la mayor virtud que tiene la película: la agilidad narrativa. Todo el rato están pasando cosas. Buenas, malas, regulares, reprochables y rechazables. Es el dilema al que nos condenan las decisiones. Se puede acertar. Se puede errar. Se puede callar. Y de todas las posibilidades, la peor es la última. Estamos en la era de la comunicación y, cada vez más, el ser humano es una auténtica isla. Paradójico y mortal. ¿Es mentira?

9 comentarios:

dexter dijo...

Yo siempre he tenido a Ron Howard por un tipo mediocre, de un tipo que ha ganado un Oscar por “Una mente maravillosa” es el único calificativo que se me ocurre. Creo que su mejor peli hasta la fecha es la anterior “El desafío: Frost/Nixon” que no parece ni de él; es más pienso, como diría Pumares en su programa, que se la hizo un primo o un cuñado. Y “Cinderella man” podría haber sido para mí una peli redonda si en ocasiones Ron Howard no hubiese hecho de Ron Howard.

Jo, y me has fastidiao el transversal de esta semana. Yo es que creía que ibas a hablar del Magento ese, y como yo no la he visto y el Carpeto sí, supuse que a mí hoy me tocaba el transversal que ya lo tenía medio preparado y todo. ¿De superhéroes? No, no, demasiado evidente. Iba a hablar de amistades peligrosas, traicionadas, enfrentadas o llamadlo como queráis que de eso creo que iba la peli. Y bueno, como esta otra va de dos amigos que tienen sus más y sus menos pues aunque sea un poco pillado por los pelos, aquí os lo traigo. A fin de cuentas, el de la amistad traicionada es un tópico tan viejo como el mismo cine. Y es típico de las grandes tragedias ver a grandes amigos a los que el tiempo enfrenta y obliga a posicionarse uno contra el otro, la eterna lucha entre el bien y el mal. Lo vemos en el western (“Pat Garret y Billy the Kid” podría ser un ejemplo paradigmático pero los hay claro a patadas, porque la venganza y la traición ingredientes que nunca deben faltar en las pelis del oeste) o en el cine negro, recordemos sin ir más lejos esa gran obra maestra llamada “Ángeles con caras sucias” donde la relación entre James Cagney y Pat O´Brien nos muestra cómo a veces el destino juega incluso en contra de nuestros propios deseos y sentimientos. No les ocurría lo mismo a Depardieu y De Niro en esa otra historia de amistad “Novecento” en la que al final pasaba más bien lo que tenía que pasar. Y qué me decís de esa mirada entre Kevin Bacon y Sean Penn al final de “Mystic River”.

Pero si las historias de amigos se las traen, las de amigas ni te cuento. La Bergen y la Bisset se decían de todo menos bonitas casi al final de “Ricas y famosas” del maestro Cukor, uno de los testamentos cinematográficos más justos de la historia. Menos mal, que al final las aguas volvían a su cauce. Y el tiempo también se encargaba de distanciar, que no de enfrentar, a las dos protagonistas de esa película tan especial que es “Julia” de Zinemann. Y mira tú por donde, en una película de este mismo señor a Gary Cooper también sus amigos de toda la vida le volvían la espalda y le dejaban solo ante el peligro. Y bueno, no me gustaría terminar este acelerado transversal sin recordar al amigo probablemente más traidor y más maloso de la Historia del Cine, el Harry Lime de “El Tercer hombre”. Por cierto, estupendo conversacines el del otro día.

Carpet dijo...

Que buen transversal, Dex...(y no el que proponen otros sobre guerras sin guerra).

Veamos, que me sumo como si fuera un deporte.
Tienes razón, eso de los amigos que al final te dan la espalda es un tema muy recurrente, que puede ocurrir durante la narración o encontrartelo ya servido como lo que nos mostró Sam Peckimpah en "Grupo Salvaje" con el ex-amigo Robert Ryan echando un cable a los que perseguian al viejo Pike y compañia.
Pero la mayoria suceden durante la trama, incluso son el desencadenante, como en "Ghost".
Hay amigos que tienen que enfrentarse a pesar de los pesares, pues el destino les ha empujado a ello, como en "El último tren de Gun Hill" que nos contaba Bardés hace poco.

Y si hablabas de superheroes y amigos que dejaron de serlo, Peter Parker y Harry Osborne Jr. lo eran hasta que Spiderman mató ( o casi) a papá Osborne, enfundado en las mallas del duendecillo verde y claro, el hijo sucedió a su padre en el curro de villano.

Voy a darle más vueltas, amigos...veremos si cuando os de la espalda no la usais de diana de dardos.

César Bardés dijo...

Es verdad que una de las mejores películas de Ron Howard es "Frost contra Nixon". Personalmente, Howard tiene dos películas más que me gustan y que creo que se elevan por encima de su trabajo habitual. Una es "Llamaradas", donde no sólo consigue que el fuego sea un trabajo más sino que incluye esa impresionante escena entre Robert de Niro y Donald Sutherland que, por sí sola, ya vale por toda la película. La otra es "Detrás de la noticia", donde me gustan mucho tanto Michael Keaton, como Glenn Close, como Marisa Tomei y la maravillosa banda sonora de Randy Newman.
En cuanto a las traiciones, bueno, pues mismamente "Sed demal" tiene una traición de tomo y lomo con Joseph Calleia entregando a su amigo en bandeja de plata. La traición es el "leit-motiv" de "Winchester 73" sólo que entre hermanos. Los dos inútiles facinerosos que aparecen en "Fargo" e interpretados por Steve Buscemi y Peter Stormare no dudan en enfrentarse cuando ya está el dinero en la buchaca. La traición está planeando durante toda la película en la divertida "Ataque al carro blindado" con un equívoco Kirk Douglas que se lleva a las mil maravillas con John Wayne. También ocurre los mismo con "Horizontes de grandeza" y Arthur Kennedy dando su amistad a James Stewart para, luego, dejarle más tirado que una colilla. Y uno de los mejores amigos de mi hijo en clase se chivó el otro día a la profesora de Inglés que estaba haciendo los deberes de Conocimiento del Medio en la hora de Inglés y mi hijo no ha dudado en retirarle la palabra. La traición a los nueve años. Cuánto duele.

César Bardés dijo...

Ah, es que la traición es tan cotidiana. Te la encuentras a la vuelta de la esquina o, en los peores casos, en tu propia casa. "Otelo" es traicionado por Yago repetidamente en un ejercicio de sadomasoquismo recalcitrante. La traición conspirativa es el giro de tuerca final de "El protegido", de Shyamalan, que hace el trayecto inverso y deriva en una amistad aunque todo esté escondido. La traición casi homosexual es la que frustra el atraco de "Reservoir dogs" y traicionado se siente el protagonista de "Al final de la escapada" "remakeado" muchos años después por un inaguantable Richard Gere en "Vivir sin aliento". La traición continua es una de las constantes de "Indiana Jones y la última cruzada" e, incluso podríamos decir que la traición es precisamente lo que atrae a Sam Spade sobre la malvada Brigid O´Shaughnessy en "El halcón maltés", de John Huston.
Voy a traicionarme a mí mismo durante un rato y volveré con más.

Carpet dijo...

Salto de un transversal a otro como Edwin Moses en Los Angeles.
Amigos traicinados o enfrentados los hay también en "Silverado" de Kasdam, con Brian Denehey y Kevin Kline con un pasado comun y un futuro imposible.
En "Alien" un supuesto amigo es el que mete a todos en la boca del lobo, auqneu en este caso al ser un androide no podriamos considerarlo una traicion clásica.

Amigos enfrentados son muy señalados los casos de "Ben-Hur" y Mesala, una amistad que termina arrastrada por los suelos.
Y con amigos como estos quien necesita enemigos se diría a si mismo, Tom Hanks/ Michael Sullivan en "Camino a perdición", que el bueno de Daniel Craig se carga hasta a su familia en vez de decirle tu hijo es un cotilla.

Seguimos en la carrera.

César Bardés dijo...

Pues es cierto que saltamos de transversal a transversal y tiro porque no lo hago mal. Me acuerdo de Joe Mankiewicz y de que en "Eva al desnudo", la traición es la motivación principal y,por supuesto, llegamos a dar una vuelta de tuerca más con el traicionador traicionado de "Operación Cicerón". Y un auténtico tratado sobre la traición es lo que hizo Scorsese con "Infiltrados", digan lo que digan los frikis de turno, mucho mejor versión que la hongkonguesa "Infernal affairs". Y la traición, uff, es excitante en "Duplicity" que ahí hay mucho juego doble y triple.

Carpet dijo...

Yo también creo que lo Scorsese en "Infiltrados" es superlativo y no creo que la jonconesa, que no he visto sea mejor, pero así algunos se las dan de ver pelis chinas y suben el caché.

Y traicionado por su mejor amigo y por su esposa (otro clásico) era Lee marvin en esa maravilla llamada "A quemarropa", con un estúpido y malogrado remake con Mel Gibson en "Payback".

En "Veracruz", Lancaster y Cooper son dos amigos por interés que terminan enfrentados.

Y amigos y compañeros eran hasta que la codicia les llevó a enfrentarse y matarse Humphrey Bogart, Walter Huston y Tim Holt en "El tesoro de Sierra Madre".

Amigos que se dan puñaladas traperas también hay en castellano, el debut de Alex de la Iglesia con "Acción mutante" abunda en ellos, aunque destaque más visualmente que sus subtramas. No cabría tanto la traiccion sin embargo en "Muertos de risa" por cuanto son dos personajes que se odian desde el principio. Y no he visto aun "Balada triste..." pero me temo que abunda en lo mismo.

Si hay traición y amistades que terminan enfrentadas en "La caza" de Saura.

Pon un amigo y lo mismo ves venir la puñalada trapera...que poco debía gustarle eso a Howrd Hawks.

dexter dijo...

Bueno, yo la verdad que vi al final "Infernal affairs" no para aumentar el caché, sino porque me picaba el gusanillo y la curiosidad. Lo cierto es que no me disgustó, y eso que a mí el cine oriental moderno pos qué quieres que te diga, oye. Siento mucho placer ante la puesta en escena minimalista de Ozu o Mizoguchi, pero el minimalismo este friki de las nuevas generaciones me irrita a veces bastante.

Y desde luego DiCaprio está mucho más bueno que el hongkonés.

Lo que es también un verdadero placer, chicos, es estar aquí con vosotros charlando de pelis. Ojalá no traicionemos esto nunca.

César Bardés dijo...

A ver, que no llego. Tantas cosas se me amontonan que, al final, no puedo contestar a quien quiero. Yo dije que "Infiltrados" me parece "mejor" no que "Infernal affairs" sea "mala". No es mala y el material de partida, sin duda, es buenísimo sólo que me gusta mucho más la película de Scorsese porque hay talento para aburrir y espléndidas interpretaciones. Scorsese cuando se pone a dirigir actores es un tío con toda la ceja.
Yo también espero seguir manteniendo este rincón para que, simplemente, digamos lo que pensamos y lo que se nos ocurre acerca de este veneno llamado cine. Y sí, Carpet, Howard Hawks era muy contrario a las traiciones porque creía que la amistad era un valor máximo. Ya sabes, cuando Hawks vino como jurado al Festival de San Sebastián le preguntaron cuál era su mejor película y, él sin dudar, respondió: "Dos cabalgan juntos". El periodisto le dijo: "¡Pero si es de John Ford!" y Hawks contestó: "Ah...¿es de Jack?...Bueno, no importa, es la mejor".
Hawks sabía lo que decía.