miércoles, 22 de junio de 2011

UN CUENTO CHINO (2011), de Sebastian Borezstein

Un chino pierde el rumbo de su vida por culpa de una vaca. Un hombre encuentra el suyo por culpa de un chino. Y así nos encontramos con la fatalidad del destino y con la cita casual de lo inevitable que, sin embargo, nos esforzamos con denuedo en ignorar. La búsqueda de la felicidad no está en la confortable soledad, ni en el conformismo del terrible absurdo que es la vida. La felicidad está en ir a por la vaca.
Con una historia que es más fácil que contar clavos, encontramos algo que nos hace reír y nos picotea con la tristeza, que amarga y tensa la mirada y que nos hace simpatizar con el hombre bueno, noble, huraño, sin ilusión y con tibieza para mirar las cosas pero que, en algún lugar de su interior, conserva un punto de dignidad que no deja que pisotee nadie. Y andando el camino, resulta que una vaca caída del cielo tendrá su lugar, un chino perdido que no sabe hablar ni papa de español, le enseñará a mirar y todo lo que es absurdo, cobra sentido y, de repente, la vida no es sólo una tensa, aburrida y despreciable espera. También es una caja con más magia de la que pedimos.
No debería ser un secreto para los ojos de nadie intuir que Ricardo Darín es todo en esta película al otorgar a su triste ferretero tantos matices que no importa de qué lado se aborde porque seguro que se dejan muchos sin tocar. Él es melancolía, es excentricidad, es resentimiento, es cobardía, es bravura, es soledad, es despecho, es ira, es gracia, es risa, es espectáculo, es intimidad, es cariño, es inteligencia, es gesto, es onomatopeya, es fragancia, es hora, es luz, es penumbra, es cielo, es espanto, es crueldad, es egoísmo, es generosidad, es dulzura, es exabrupto, es sinceridad. Y algo más. Ricardo Darín es actor con mayúsculas.
Y es que la historia que nos quiere contar el director y guionista Sebastián Borezstein está orlada con los límites de la sencillez pero que, con la enorme colaboración de ese intérprete que tanto da a entender, todo se convierte en un complejo enhebrado de sentimientos y de reacciones que otorgan aires de ensoñación, de sonrisa permanente y de una cierta seguridad de que nada ocurre porque sí y que obedece a una razón empeñada en ocultarse. A lo mejor es que una vaca caída del cielo no sólo viene para destrozar una vida sino también para arreglar un corazón que se paró por miedo a sufrir.
La realización, por otro lado, es de una sobriedad que se agradece, que no se deja llevar por estúpidas modas y que se convierte en un ejercicio de precisión en el que siempre se nota la mirada de Darín, que nos embarga y nos guía y que hace nacer la esperanza de que, incluso en el más aislado de los hombres, aún hay algo que merece mucho la pena. La manía y el sillón mullido de una vida solitaria son sólo disfraces con apariencia de resistentes. Y un muro blanco puede retener un mensaje que sólo necesitaba la confirmación de una voz humana que no se descifra pero que, en cambio, sabe expresarse con la sabiduría del que ha sentido el dolor y es arrojado al abismo donde todo parece desencajado.
Así que estamos ante el hechizo de las calles de Buenos Aires, de la noticia en las páginas de un periódico, del recordatorio encuadernado en hojas de álbum, de la traducción implícita de quien sabe amar, del desamparo si el extravío aparece de improviso, de la comida china para poner los acentos en los caracteres, de una película que parece que está suplicando un sitio pequeño en un rincón levemente desordenado del alma. Y es Darín, siempre con la palabra justa, con el gesto contenido y a punto de rozar la herida, con la experiencia de quien sabe cómo dar con el tono apropiado después de cada escena. Y sin dejar de ser cuento, es un trozo de vida que habla de una vaca que forjó dos destinos.

14 comentarios:

Carpet dijo...

Mmmm...un tipo solitario y algo huraño que ve como cambia su vida por el contacto con un chino....Mmmmm, ¿No tendrá un coche Gran Torino, verdad?

Bromas aparte, voy a ver si pillo esta tarde día del espectador para verla, si es así os veo el viernes y comentamos.

Abrazos.

César Bardés dijo...

Pues no, tiene una ferretería. De todas formas, aún teniendo un punto de contacto en el inicio de la historia, tiene otras motivaciones y se dirige hacia otros lugares con especial énfasis en la inevitabilidad del destino y sin tanta mala baba como destilaba Eastwood. Es una historia más amable porque pretende ser más comedia que otra cosa y, sobre todo, es una reflexión sobre lo absurdo de la vida y en el sentido que tienen las cosas. Sin más amargura que una soledad que se ha hecho cómoda.
Abrazos y que la disfrutes. A ver si te dejas seducir por la vaca.

dexter dijo...

Yo también si puedo espero ver esta tarde a la vaca. Espero resarcirme de la relativa decepción del otro día con el Kung Fu Panda - técnicamente brillante, argumentalmente pobretona y poco original y desde luego bastante menos diver que la primera parte. La presencia en el reparto de una peli de Ricardo Darín justifica por si solo el pago de una entrada y el paso por taquilla. Ya nadie sabe mirar en el cine moderno como Darín. Con esa sonrisa "ladeada y socarrona" de la que hablaba Serrat para referirse a Clark Gable . Nadie es capaz de seducir ya tanto a una cámara como él, ni siquiera Clooney fíjate lo que te digo.

Y se me ocurren unos cuantos ejemplos que lo confirman. Por supuesto "El secreto de sus ojos" a la que haces velada referencia en tu artículo. También en "Nueve reinas" en la que está perfecto, mirándose nada menos que en el espejo del Newman de "El golpe". Hay una comedia totalmente intrascendente que vi hace algunos años que se llamaba "Un tipo corriente", una especie de homenaje porteño al cine de Woody Allen con psiquiatra argentino y todo, y que se resuelve gracias al genio de Darín. Recuerdo que salí del cine con la firme convicción de que Ricardito sería uno de esos perfectos "alter ego" que Woody elige para sus últimas pelis. Y no me gustaría olvidar una hermosísima película que me encoge el corazón y que se llama "Kamchatka". La historia es intensa y produce una catarata de emociones diversas, pero creo que sin la presencia de Ricardo Darín y de Cecilia Roth al frente del reparto no hubiese sido lo mismo.

Sospecho que esta de la vaca tampoco hubiese sido lo mismo sin Darín.

Abrazos, boludos.

César Bardés dijo...

Entro un momento para hacer un par de gestiones pendientes, entre otras, mandar un par de artículos al periódico porque hoy es festivo en Madrid y no voy a subir nada. De todas formas, no cabe duda de que la película se sustenta casi sola y exclusivamente en Darín y con razón porque es un lujo tenerle en el reparto de cualquier proyecto. Y efectivamente, nadie mira como él y aquí da un par de lecciones sobre el arte de la mirada. A ver si la película, a pesar de sus pequeños tintes amargos, también te hace salir con una sonrisa de la sala.
Por cierto, te nombraron en el debate de "Blade Runner" sobre el último correo, Dex.

dexter dijo...

Uff, miedo me dais, ale a disfrutar de la fiesta.

dexter dijo...

Vale, Bardés, qué susto me habías dado, creía que Chus y cía se habían dedicado a cargar contra mí por lo de Blade Runner- mi manía de leer deprisa- y resulta que iban por otro lado los tiros. Ya me quedo más tranquilo.

Yo ya me dejé seducir por la vaca. Es una peli muy simpática y muy agradable de ver. Supongo que a lo mejor esta historia amable se hubiera visto igual de bien sin Darín, pero claro, con él dentro gana muchos puntos. Al principio tienes la sensación de que al protagonista se le va a quedar pequñeña la peli o es a la peli a quien le viene grande el protagonista. Pero, esa sensación desaparece enseguida; Darín es tan recontrabueno que te lo puedes creer de cualquier cosa. Yo también recordé "Gran Torino" al hilo del comentario de Carpet, y sí que hay elementos de concomitancia, pero los palos van por otro lado. También he leido por ahí una comparación entre Darín y el Nicholson de "Mejor imposible", película que, por cierto, sí me parece una pavada. Darín es un tío que se recrea en lo absurdo porque un absurdo partió su vida en dos - como al chino, como a la barca-, pero las motivaciones de Nicholson no las entiendo francamente.
Te puedo decir que salí del cine tremendamente satisfecho y con una gran sonrisa en la boca, qué más se le puede pedir a una película cuyo objetivo principal es ése. Ah, y me ha gustado mucho más tu artículo ahora cuando he llegado y lo he abierto. Uy, si son y 59, disculpa, tengo que apagar.

César Bardés dijo...

Bueno, pues me alegro, Dex, porque parece ser que hemos tenido sensaciones muy parecidas al ver el cuento chino contado por el hilo conductor de ese ferretero que domina las miradas como nadie. Fantástica esa que le dirige al que parece que es el hermano de la chica cuando le dice que "tú deberías..." y ni siquiera termina la frase en la ferretería.
Gracias por tus palabras acerca del artículo. Es una pena que no consiga llegar demasiado a veces sin ver la película. Soy muy consciente de ello y eso hace que el objetivo de muchos artículos se diluya. Algo así le pasa a mucha gente que me lo dice. Leen los artículos y sí, están bien, muy retóricos y tal. Ven la película y luego leen el artículo y entonces sí, todo cuadra y el artículo pasa a ser de algo que "está bien" a algo "fantástico". En fin...¿qué puedo hacer si no es intentar pulirlos lo más posible y ser honesto sin contar prácticamente nada de las películas que comento? Pues eso, trabajar más duro.

dexter dijo...

Desde luego, es una actuación extrarodinaria. Fíjate que se nos priva de algo tan especial en Darín como es su sonrisa. Solo le conté reír una vez leyendo un artículo del periódico (por cierto que a mí me da la impresión de que todas las noticias que lee son reales, no sólo la de la vaca). Y aún así te sigue pareciendo un personaje profundamente humano.

Y con respecto a tus artículos, hombre, hasta ahora tampoco te ha ido tan mal. Lo que pasa es que leyendo el post y teniendo la peli tan fresca descubres todo el esqueleto y todos los trucos. El truco es contarlo todos los malabarismos. Qué arte para contarlo todo sin contar absolutanmente nada.

Siempre nos quedará Shutter Island.

Carpet dijo...

Bueno, yo no cumplí con mi esperanza y no fui al cine así que sigo virgen (en el sentido chino del término). Por ello puedo decir algo sobre tu forma de escribir los artículos, aunque solo sea mi forma de pensar.
Hay una diferencia clara entre los artículos de cine clásico y los de cine de estreno. Basándose ambos en un regusto placentero por encontrar las mejores palabras, para que las metáforas adornen los escritos, para que los lectores tengan un bello decir del que disfrutar, cuando acudes a algún clásico (salvo alguno muy poco conocido que es casi como hablar de un estreno) te dejas llevar por las sensaciones y las emociones que transmite la película y eso hace que, a veces, la lectura sea más misteriosa, escondida, pero a la vez más apasionante. Si el lector conoce la obra y ha disfrutado de emociones semejantes, las claves se le aparecen nítidas y no sólo disfruta de un bello texto sino que se identifica con lo dicho y se redescubre en tus palabras.
Cuando hablas de estrenos, sin embargo, se ve que buscas llegar a lectores no avezados, ignorantes puros (me refiero a desconocimiento de la película) y la lectura es más clara, se nota bien cuál es el discurrir, cuales son los parabienes que le dedicas o los defectos que le imputas, siempre dejas algo de buen sabor y algo que no te encaja, de forma que el lector (si aprecia tu gusto) sabe a qué atenerse: "A Wolf le gustó pese a este pero" o "Wolf dice que es una mierda salvo este acierto".
Aun hay una tercera cosa, y es que hay películas que aun tratándose de estreno han llegado a ti de una forma especial y, aunque pretendas tratarlas como al resto de los estrenos, te dejas llevar por las sensaciones y tu artículo contiene algunos elementos de los que rigen en los del cine clásico, pequeños guiños que te haces a ti mismo y a los gustos de tu memoria de espectador. Cuando eso ocurre los textos se elevan por encima de lo habitual, uno sigue teniendo una idea clara de cuál es tu calificación pero quizá termina vencido por lo leído, aprecia lo escrito como un bien en sí mismo, ya no ve cine sino algo más cercano a la literatura, el texto le ganó a la imagen. Esto, amigo mío, es una virtud que te encumbra, a veces uno prefiere releer tu artículo a empezar una novela. Las ganas de ver el film que dio pie a tu excelencia se acrecientan porque uno desea disfrutar de aquello que transmites, si lo hacemos y releemos ahora descubrimos los guiños participamos en el secreto y lo que nos pareció grande se nos muestra mágico.
Creo que este cuento chino te ha tocado algo más de lo que acertamos a entrever y añade ganas de ver la película y encontrar los símbolos que se esconden entre las líneas y que nos abrirán las puertas a una nueva visión del artículo y la película.

Así al menos lo veo yo, que sólo tengo dos ojos y según dice algún médico ya empiezan a estar algo cansados. No sé si necesitan más trabajo tus artículos a mí me gustan más cuando se derraman sensaciones. Y eso sucede a menudo.
Abrazos.

César Bardés dijo...

Es que ese tipo de personaje, Dex, existe. Lo tenemos en las tiendas, en las calles, en muchos lugares. Conozco personas del día a día que no sonríen nunca al igual que conozco también a muchos tocapelotas profesionales como el cliente que entra en la tienda y le pregunta. Si la gente supiera la de vueltas que se dan a sus preguntas insolentes o tontas o desconfiadas, quizá no las harían. Por supuesto, una cosa es la costumbre y otra, la pregunta con sentido y bien construida que también debe haberlas.
Siempre nos quedará "Shutter Island". Sí, ahí está todo un poco resumido.
Bueno, Carpet, tu análisis sobre mis artículos sería un prólogo estupendo para cualquiera de mis libros. Estoy sonrojado, halagado, atemorizado (no soy consciente de hacerlo tan bien) y no cabe duda de que eres muy certero en cuanto a mis intenciones. Es totalmente cierto cuál es la vertiente que quiero dar a las críticas de estreno porque vuelvo a decir que un periódico puede caer en manos de cualquiera y lo que la gente normal quiere es que le digan si la película ha gustado o no. En cuanto a los de clásico, todo se salpica con una cierta experiencia personal y, si se quiere, algo intrasensorial sobre las motivaciones que me ha desperatado la película en cuestión. También es cierto todo lo que dices sobre esa tercera calificación cuando hay películas de estreno (cada vez menos) que me tocan algo muy sensible de mi interior y me hacen buscar letras un poco más "elevadas" que hacen que el artículo merezca la pena, no sólo en un mero análisis cinematográfico, sino también en una modesta y algo placentera elucubración literaria. Sé en qué artículos ocurre eso y me gustaría, me encantaría que todos los artículos fueran así pero depende mucho del estado de ánimo, del cansancio, de lo que la película me haya dicho y de lo que yo haya entendido que no tiene por qué ser lo mismo que han entendido los demás.
De todas formas, tengo la certeza de que, cuanto más os leo, más me parece que merece la pena mi tarea, cosa que, a veces, no consigo ver al no tener contacto directo con la gente que me sigue.
Gracias por ello. Ya sé que esto suena muy bonito y que blabla, pero vosotros hacéis que cada día tenga ganas de mejorar y hacerlo un poquito mejor, me váis guiando, aunque seguro que no tenéis demasiada conciencia de ello.
Gracias, de nuevo.

dexter dijo...

Claro, yo también creo que las motivaciones y los factores no son los mismos en un caso y en otro. En la mayoría de las ocasiones, el único aspecto reseñable de un estreno es precisamente su carácter de novedad. Son películas que en cualquier otra circunstancia no hubiesen merecido que te detuvieras en ellas y les dedicases una reseña. Por otra parte, su carácter de inmediatez, de objeto de consumo que caducará como mucho en dos semanas no invita a muchas reflexiones ni deja lugar a que se asienten muchas sensaciones. Acabo de releer por gusto tu crítica de "El discurso del rey" - es fácil encontrarla porque es la última del año pasado. Se nota que no es un estreno más, que es un título que ha venido para quedarse, hay una mayor contextualización con respecto a tus críticas de clásicos - más referencia a los actores y a tus impresiones sobre ellos - "Helena Bonham-Carter, que nunca ha sido santo de mi devoción y que aquí está fantástica". Y ya se atisban sensaciones, pero estoy seguro de que si hoy o dentro de un par de meses o años tuvieras que hacer una crítica de la peli seguramente ésta sería muy distinta a la que hiciste.

Abrazos reales.

César Bardés dijo...

Pues tienes razón con toda probabilidad, Dex. Si dentro de un par de años veo "El discurso del rey" y me pongo a escribir sobre ella (ya lo he anotado para hacer el experimento cuando toque), lo más posible es que el texto tenga otro enfoque y, por supuesto, otras intenciones. Y, por supuesto, la inmediatez del momento, manda a la hora de hacer una crítica de estreno que el periódico quiere sí o sí en pocas horas. En todo caso, estáis teniendo mucho ojo con todo lo que quiero expresar y eso no es nada bueno...¿Será que no me quedan sorpresas en la manga?

duermevela dijo...

No me ha gustado este filme.

A ver si me explico. Cuanto mas sencilla, pequeña y realista es una película, menos tiene el espectador que hacer abstracción de la realidad al ponerse frente a la pantalla.

Por ejemplo si ves "El señor de los anillos", para creerte la historia de enanos y demás, tienes que hacer una abstracción de la realidad de dos pares de cojones. Luego entra el factor de lo bien que esta hecha y de que te hayas leído el libro o los libros.

Y claro, cuando te pones delante de esta peli pequeñita, realista y que en teoría debería entrarte super fácil, a mi no me entra porque hay secuencias en las que no me creo al personaje del policía, o al personaje de la chica, por ejemplo. El guión está bien elaborado con la trampa del destino y demás. Los dos actores principales lo hacen estupendamente. Puede que quizás el problema para que no me termine de enganchar también, es que la peli se queda a medio camino entre el drama y la comedia. El final es demasiado previsible.

No se, creo que debería volver a verla porque todas las críticas son muy buenas y a mi no me ha convencido.

César Bardés dijo...

Incides en un punto que me parece interesante, Duerme. Yo creo que la película hace un especial hincapié en lo absurda que es la vida (pensémoslo fríamente, lo es) y en que nada ocurre porque sí, que la inevitabilidad del destino va a ocurrir por muchos factores que, de forma un tanto caótica, puedan darse. Es algo que no hace falta encontrar en el "realismo mágico" sudamericano sino en el mismo Federico García Lorca. Lo peor que se puede decir de esta película es que el final, aunque sea previsible, está poco pensado. Es un final flojo para lo que te esperas. La película está pidiendo a gritos emoción y opta por una fluidez natural muy poco enfática. Yo creo que es más comedia que drama aunque, indudablemente, tiene ese gesto de risa congelada que ya hemos comentado. Las reglas que te impone la película desde el principio no es la de hacer de la realidad una abstracción, sino quizá el proceso inverso, hacer de una abstracción una realidad. Una vaca cae del cielo. ¡Qué absurdo!