jueves, 7 de julio de 2011

WIN WIN (2011), de Tom McCarthy

El miedo a la incertidumbre es el motor de nuestras actuaciones, especialmente si nos hallamos en una época de crisis en la que nuestro negocio, nuestro trabajo o aquello que sabemos realmente hacer se encuentra pendiente de un hilo que está mal enhebrado, mal cosido a la honestidad y mal enganchado a lo que nos convierte en hombres.
Y así es posible que un abogado que sea una buena persona, que se dedica a defender a los más débiles, que suelen ser ancianos, cuele una mentira en un tribunal con tal de asegurarse un pago mensual. O que un joven, apenas un niño, que sale del infierno con la intención de no regresar, tenga que concentrarse en un campeonato de lucha libre escolar con tal de dar rienda suelta a su agresividad. Todo tiene un límite. En la lucha, no se puede dar un empujón a traición, o ejecutar una llave que va más allá del reglamento. En la vida, tampoco. Y, a veces, la victoria reside en ser un poco menos para que la armonía sea algo más.
Paul Giamatti es uno de esos actores que se han especializado en acudir al drama sin dejar de hacer comedia y hay que reconocer que lo hace muy bien. Detrás de su expresión hay miedos, sinsabores, motivaciones, humores, amores, sentimientos y búsquedas. Desde que fue un descubrimiento en la ya lejana Entre copas (¿quién se acuerda de él en Salvar al soldado Ryan?), Giamatti no ha dejado de interpretar a hombres entrampados en encrucijadas morales que delatan su debilidad, pero que también son trampolines para su grandeza. Y, entre medias, nos pone una sonrisa congelada y un rictus serio deseando desbordarse por las comisuras. En esta ocasión, Giamatti borda un papel hecho a su medida, pleno de ansiedad por triunfar en algo y del deseo de salir de la mediocridad. Entre sus vísceras, hay ya suficiente victoria como para corromper sus movimientos de vida, sus bonhomías impulsivas, sus defectos y sus pánicos. Y aquí hay un poco de lección y un tanto más de sabiduría.
Lo que sí es cierto es que a la película le falta un peldaño para ser buena y le sobra un escalón para ser una más. Hay cierta originalidad en sus planteamientos y en sus inteligentes paralelismos pero también bascula una incomodidad demasiado cercana como para no herir y puede que eso sea molesto para los que día a día intentan conservar lo que han conseguido sin pararse a pensar si, con ello, están vendiendo su alma a la iniquidad y a la razón perdida. Y me temo que eso es algo que todos tendríamos que reflexionar aunque la apetencia sea forzada y con tintes de malignidad.
Así pues estamos ante una historia cargada de buenas intenciones, dirigida con sobriedad y que utiliza el deporte como recurso y no como excusa. Al fondo, también hay un poco de crítica hacia esas personas que colocan sus ambiciones a un nivel muy superior al de su condición de seres humanos. Y perder no siempre es perder. Puede que sea sólo un punto a favor del contrario.
A menudo, un viejo de débil razonamiento, puede dar una lección de lucidez; una persona buena puede hacer algo malo; un chico que va en dirección contraria puede dar la vuelta. Sólo hace falta tener un rincón intacto en el interior. Sólo los que se revuelcan en la fealdad y en el camino más corto merecen mantenerse al margen de lo que realmente significa el cariño. Incluso alguien que tiene algunos rasgos de desquiciamiento puede volver a encontrar la serenidad que impida su fractura. Todo el mundo pierde. Todo el mundo gana. Y no es necesario el engaño y la mentira. No es tiempo para eso. No hagamos como los que nos hunden poco a poco en el fango y nos dejan abandonados en un asilo sin esperanza. Eso precisamente es lo que nos convierte en derrotados. Y salir del hoyo es tarea reservada para vencedores. 

10 comentarios:

dexter dijo...

Yo es que ahora tengo que elegir más mis pelis porque en verano tengo más difícil lo de ir al cine. Y ayer me decanté por "Blackthorn" que creía además que ibas a desenfundar primero y sería tu apuesta. Antes de la proyección vi el trailer de ésta que comentas que comentas que la venden como una comedia cuando en realidad tiene más de drama. Giamatti, sí, es muy grande y me gusta mucho. Si tuviera que destacar alguna de sus interpretaciones me quedaría con la de "El ilusionista".

César Bardés dijo...

Pues si te digo la verdad, vi "Blackthorn"...y no me convenció ni un pelo. Claro que puede ser que tenga un problema con Mateo Gil porque tampoco me gustó la tan cacareada "Nadie conoce a nadie". En todo caso, me gusta Giamatti porque suele encarnar al hombre normal, con todos sus defectos y todas sus virtudes. Estupendo en "El ilusionista", en efecto. Y aunque la película no me gustara demasiado, está maravilloso en "Cinderella man".

dexter dijo...

Vaya, pues a mí sí me gustó "Blackthorn" sobre todo la parte final. Sam Shepard está asombroso. Y no me gustó pero ni un tanto así la tan cacareada "Nadie conoce a nadie".

Abrazos, que a ti sí que te conozco.

César Bardés dijo...

Hombre, sí, he dicho que no me ha gustado de forma genérica, pero hay que reconocer que Sam Shepard es muy bueno. Y no sólo en esta película sino en otras en las que tuve el placer de verle como casi lo mejor de aquella "Elegidos para la gloria" o la muy desconocida "Voyager", de Volker Schlöndorff, adaptación del "Homo Faber" de Max Frisch y al lado de Julie Delpy.
Abrazos conocidos, pues.

Carpet dijo...

Pues a mi tampoco me gustó demasiado "Nadie conoce a nadie", película que se va perdiendo a medida que avanza por aquello de voy a tener al espectador muy intrigado todo el tiempo hasta resolverse de manera casi infantil. Sin embargo, hay algunas escenas que me parecen de bastante interés y aprovechando que he leido por ahí una referncia al "Noche y dia" de Cruise y Cameron Diaz, creo que Sevilla está muy bien filmada en la peli de Mateo Gil.

Yo si tenía muchas ganas de ver ese "Blackthorn" que ,como sé ue sois casi fans de Boyero (jejeje), algún crítico ha venerado como una vuelta al western de Peckimpah, con personaje perdedor y currado pero con un código del honor particular y muy marcado.

A mi también me gusta mucho el Giamatti de "El ilusionista", una especie de inspector Lestrade que despierta simpatias, al que no soporto es a Edward Norton, tan afectado y serio, tan concentrado en si mismo, un ilusionista muy poco ilusionante.


Abrazos por conocer.

César Bardés dijo...

Cierto es que las callejas de Sevilla están bien retratadas en "Nadie conoce a nadie" pero lo de las pistolitas es de juzgado de guardia bien retratado, eso hay que reconocerlo. En cuanto a "Blackthorn"...yo sé que he tenido un problema con esta película y es la sombra de Paul Newman, por supuesto. "Dos hombres y un destino" es demasiado buena, demasiado lírica, demasiado auténtica como para que ahora me venga Mateo Gil diciendo que no, que Butch Cassidy no murió y que siguió haciendo de las suyas. Y eso aún reconociendo que Shepard hace un trabajo muy grande. Lo difícil es que este tipo haga un trabajo malo y lo lamentable es que se prodigue tan poco. En cuanto a lo de Peckinpah...bueno, pues sí, pero eso ya se sabe desde antes de entrar al cine, creo yo.
En cuanto a Giamatti, siempre es una garantía, aunque no siempre sepa elegir las películas en las que interviene.
Abrazos conos.

dexter dijo...

En este punto, amigo Bardés, me veo obligado a discrepar un poquitín. Porque si Butch Cassidy no murió en el tiroteo de Bolivia y siguió haciendo de las suyas como todo parece indicar y se nos anuncia al comienzo de la peli, no me parece nada desacertado que se nos cuente su historia posterior. No sé, a mí me ha sonado un poco como a decir que después del Robin Hood de Errol Flyn lo de "Robin y Marian" no tiene mucho sentido. Yo de hecho, aún teniéndola presente, me olvidé durante la proyección de "Dos hombres y un destino", incluso en los pasajes en los que se recrea la juventud de Butch, Eta y Sundance.
Y me sorprende sobremanera que un tipo como Gil que no se ha puesto detrás de una cámara en 12 años diga señores yo voy a hacerlo. Yo particularmente le digo olé tus c... Arriesgado y valiente porque nada hacía presagiar que un chico como ése abordase un proyecto de esas características. Luego te puede gustar más o menos. Se nota muchas veces el peso de Peckinpah (y también de Leone) y el respeto casi reverencial hacia ellos que a veces es un lastre. Pero en general, el tono no me parece desacertado. Lo que sí puede ser desacertada puede ser mi opinión, claro.

Carpet dijo...

Pues en eso te voy a dar la razón Dex. Yo no he visto la peli y no puedo hablar de su calidad ni de su calidez, pero que un chavalillo (los 40 son mu pocos años) español le eche huevos para marcarse un western de los de antes (o casi) y encima tirar de un mito (tanto en el sentido cinematográfico como en el histórico) y apechugar con la comparación me parece algo muy notable.


Como ya he dicho alguna vez, no es que estemos para tirar cohetes pero tampoco somos tan malos como nos empeñamos en decir...Tal vez Mateo Gil lo haya hecho bastante mejor que lo que cualquier americanito de pim, pam, pum y traca nos hubiera ofrecido.

Abrazos cónicos.

Carpet dijo...

Pues en eso te voy a dar la razón Dex. Yo no he visto la peli y no puedo hablar de su calidad ni de su calidez, pero que un chavalillo (los 40 son mu pocos años) español le eche huevos para marcarse un western de los de antes (o casi) y encima tirar de un mito (tanto en el sentido cinematográfico como en el histórico) y apechugar con la comparación me parece algo muy notable.


Como ya he dicho alguna vez, no es que estemos para tirar cohetes pero tampoco somos tan malos como nos empeñamos en decir...Tal vez Mateo Gil lo haya hecho bastante mejor que lo que cualquier americanito de pim, pam, pum y traca nos hubiera ofrecido.

Abrazos cónicos.

César Bardés dijo...

Discrepa, discrepa, que es muy sano. Sin embargo, yo discreparé sobre la discrepancia y en modo alguno de forma crispada. No me parece acertada tu comparación "Robin y Marian" porque, al fin y al cabo, en la película de Errol Flynn no muere y en múltiples versiones se hacen eco de la marcha a las cruzadas de Robin, con lo cual me parece lícito especular con lo que deparó veinte años después al bueno de Robin uniendo historia y leyenda (ya digo que es verdad lo de la flecha).
En este caso, Butch estaba muerto y bien muerto en un final que, yo creo, ponía un punto y final también muy de Peckinpah a las andanzas del legendario ladrón. ¿Que Mateo Gil ha tenido unos coj... extraordinarios? Sí. Hay que tenerlos para coger una leyenda americana y especular con su futuro inexistente aunque se apoya, claro, en que nunca se encontró el cuerpo identificado de Butch. ¿Que la película tiene virtudes? Sin duda. ¿Que no me convence? No, no lo hace. A Carpet tampoco le convenció "Alatriste" y yo, en su momento, defendí la envergadura del proyecto aunque tampoco fuera redondo y adoleciera de cabos sueltos como la famosa ida a galeras de Íñigo. Por cierto, muy Peckinpah también. No sé, dándole méritos a la película que, repito, los tiene, no me parece que Gil arriesgue tanto sobre todo con ese tono tan cantadamente crepuscular y, como bien dice Carpet, lo ha hecho mejor que cualquier americanito que pudiera haberlo hecho. Lo de Noriega ya...lo vamos a dejar para luego.