miércoles, 21 de diciembre de 2011

THE ARTIST (2011), de Michel Hazanavicius

Cuando las luces de neón se apagan y los nombres comienzan a ser un recuerdo olvidado, hace su aparición el fantasma del fracaso. Sólo el nombre de ese espectro inspira el pavor del anonimato, el terror de la indiferencia y la condena eterna de la mediocridad sumida en un silencio que está pero que no se siente. Y el peor de los castigos es darse cuenta de que se es uno más en medio de la multitud compadecida.
El oropel del lujo, del éxito y de la fama es tan fugaz que apenas da tiempo para saborearlo. La línea que separa el todo de la nada es tan fina que el oro se confunde con el barro. La niebla se apodera del corazón y no se puede distinguir lo verdadero de lo fingido. Somos actores de la vida. Somos personas del cine.
En el silencio del blanco y negro, hacemos visitas a Cantando bajo la lluvia, de Gene Kelly y Stanley Donen; a la maravillosa El retrato de Dorian Gray, de Albert Lewin; a La marca del Zorro, de Fred Niblo; a Ha nacido una estrella, de William Wellman; a la historia que acabó con la carrera de John Gilbert, el galán mudo de Greta Garbo; a los suelos encerados y los pies con alas de Fred Astaire y Ginger Rogers; a las locas carreras de los Keystone Cops; al traspaso de un traje de etiqueta de mano en mano de Seis destinos, de Julien Duvivier; o a un homenaje clarísimo y acertado al estilo y maneras de Alfred Hitchcock. Tal vez porque el cine llegó a ser arte porque hubo unos cuantos que se encargaron de servir al público algo más que un simple vehículo de diversión cegado por las luces de los focos. Y es que Hollywood fue una fábrica de sueños que, primero, aprendió a expresarse y, más tarde, supo hablar.
Más allá del argumento folletinesco que no se oye pero que está acompañado de una música tan excepcional que llega a poblarse con las notas del gran Bernard Herrman, estamos ante una película valiente, de grandes ideas visuales, tan innovadoras como las de Murnau, tan exageradas como las propias de los actores del cine silente, que ponían tanto entusiasmo como error en sus interpretaciones y que se vendían como un producto atrayente a unas masas que oscilaban entre la opulencia y la sombra de un fracaso que se niega a seguir proyectándose a su paso. Hollywood encumbró a tantos como dejó caer. Quizás porque la fábrica de sueños, el Camelot de la fantasía, no sabía vivir bajo el objetivo durísimo de una realidad que, hoy, se nos vuelve a presentar con disfraces demasiado sofisticados.
Michel Hazanavicius no duda en sabotear la historia del cine para que el guión cuadre con sus deseos y dirige con cierta maestría a Jean Dujardin, a Berenice Bejo, a ese productor listo y manipulable encarnado por John Goodman y a ese mayordomo y chófer, fiel confidente de secretos al oído al que da vida James Cromwell. En todo caso, aún con sus defectos, Hazanavicius se sobrepone a ellos con una dirección ágil, encuadrada en todo momento en los simples parámetros que imperaban en la época del cine mudo, con ideas visuales sorprendentes y con ideas de guión excepcionales utilizando los mismos recursos que aquellos pioneros que enseñaron al mundo a soñar.
La mímica es el lenguaje, los ojos son las bocas, las manos son las lenguas desatadas y el brillo de los estrenos se refleja en los vestidos de lentejuelas y en los impecables fracs que destacaban el blanco sobre el negro en una era de locura y de evasión. La dirección de arte es excepcional, la ambientación es un puro cuidado y el público, ese gran actor del silencio, no pudo evitar romper en tímidos aplausos al terminar la proyección. El fracaso, en esta ocasión, tuvo un éxito. El orgullo, tan salvador como implacable, comenzó a hablar para espantar al silencio. Y las letras de este artículo, como los rótulos del cine mudo, ya empiezan a sobrar. 

18 comentarios:

dexter dijo...

Vaya, yo que estaba ya preparado para debatir contigo sobre Tom Cruise y "Misión imposible 4" y vas, y me sales con esta antigualla. De todas formas, ésta también la he visto así que opinaré un poco.
Leí el otro día a un crítico aguafiestas que no le debía gustar nada la Navidad, y que decía que esta peli era correcta pero argumentalmente era una colección de topicazos. Y qué esperaba, leñe. Yo desde luego ya sabía que iba a ver eso. Para ver algo "novedoso" te vas a ver la de Von Trier o te metes en una de Julio Medem. He de decir que a mí la peli no me decepcionó, porque me encontré más o menos lo que esperaba (quizá esperaba que me deslumbrase algo más de lo que lo hizo, pero tampoco puedo hablar de de decepción). Lo mejor es que esa colección de tópicos está maravillosamente bien llevada con momentos que incluso llegan a emocionar bastante. A ver qué opina el amigo Carpet que esta creo que la ha visto - que alivio, hoy sin comrse el tarro con transversales.

Abrazos (uf, menudo topicazo)

César Bardés dijo...

Hay cada crítico por ahí que más valdría que se dedicase a jugar al Monopoly. Pero si es una película que ya se anuncia como un homenaje al Hollywood de los años veinte...joder, es que hasta me pongo de mala leche...y es que cualquier cosa vale para posicionarse en contra de lo que es evidente que es bueno. Yo creo que el acabado formal de la película es impecable, que el argumento no es nada nuevo pero que, visualmente y narrativamente, contiene hallazgos y verdaderos homenajes llenos de maestría (el comentado sobre HItchcock me pareció un pedazo de cine enorme). Me parece digna de mención, no sé si por allí habrá sido igual, el limitadísimo estreno que ha tenido en Madrid ajustándose tan solo a salas en versión original y a un par de cines "de los antiguos", propios de la Gran Vía. ¿Casualidad o estrategia publicitaria? Es que también he leído por ahí que "The artist" sólo llegaba al décimo lugar en las taquillas mientras que, por supuesto, Tom Cruise las lideraba y en un tono de "joderos, joderos, que lo intelectual se va a la mierda".
En todo caso, me parece una película muy buena, que ganará un puñadito de Oscars sin irse a una multitud de calvos dorados.

dexter dijo...

Sí, porque el homenaje no sólo se limita al periodo mudo como sospechaba yo, sino que se extiende a todoas las épocas. Lo de Hitch es muy chulo por no hablar del "plagio" a Bernard Hemann. Veo mucho de "Cantando bajo la lluvia" por supuesto, pero también ecos del Von Stemberg de "Sunset Boulevard" en el mayordomo fiel que interpeta John Cromwell. Y hallazgos evidentes como el archicomentado gag del vaso, o el recurso de utilizar los títulos de crédito de las películas para subrayar el ascenso de la carrera de Peppy.

Por cierto, que espoleado por la canción que suena en la peli ayer me vi "Pennies from heaven" del gran (e infravalorado) Herbert Ross.

Abrazos "cheeck to cheeck"

dexter dijo...

donde dice Von Stemberg póngase Von Stroheim, tierra trágame

César Bardés dijo...

No hay problema que los dos son Von. Muy acertada tu visión del Cromwell, por cierto. Me encanta también las sucesivas tomas de la película en la que coinciden los dos (creo que ahí, y precisamente ahí, es donde Dujardin está más brillante). También es muy evidente el paralelismo del uso del perro con la serie de William Powell y Myrna Loy de "El hombre delgado", además el perro es un calco del famoso "Asta". Y "Pennies from heaven" es una estupenda película, un musical triste donde Steve Martin está maravilloso y Bernadette Peters demuestra lo grande que es y por qué es una de las grandes damas del teatro. La verdad es que Ross tiene películas muy desconocidas y que son maravillosas, desde "Elemental Dr. Freud", con Nicol Williamson como Holmes y Robert Duvall como Watson yendo al psiquiatra encarnado por Alan Arkin hasta "El fin de Sheila", una rarísima película que me parece a rescatar con un reparto que incluye a James Mason, James Coburn, Raquel Welch, Richard Benjamin o Dyan Cannon e Ian McShane y con un delirante guión obra de ¡Anthony Perkins y Stephen Sondheim!. Me gustan mucho sus incursiones en Neil Simon como "La chica del adiós", "Hola, míster Dugan" o "La pareja chiflada" y "California Suite" me parece una joya del cine de episodios.
Hay que valorarlo en su lugar, algo haremos.
Abrazos "Night and day".

Carpet dijo...

Ale, que si que esta la he visto y por fin puedo hablar de algo que conozco...

Intenté empezar a escribir hace rato, pero me interrumpieron, a ver si ahora tengo más suerte.

Lo primero lo anecdotico y secundario, Ross y "Califonia suite", que a mi me parece una gran película, aunque alguno de los episodios haya envejecido mal por ser un producto muy de la época (¿finales de los 70?). En cuanto a "El fin de Sheila" que pillé de suerte hace muchos años en un pase televisivo y que me pareció de lo más interesante e inquietante, muy a lo Agatha Christie pero con una tensión bien mantenida.

Vale y ahora hablemos de los muditos en blanco y negro. Como bien dices, Wolf, uno se pregunta si la distribución es estratégica o no. En mi caso, Majadahonda, sólo se estrenó en los cine Renoir compartiendo cartel con "La fuente de las mujeres" y con "Un metodo peligroso". 3 de 3, Bardés, eres un snob. eso si un exitazo, 8 personas uincluidas mi hija y yo, un lunes a las 5:30. A veces me pregunto si algunos cines no son en realidad tapaderas de algún filantropo.

A mi me gustó, mucho. Los homenajes al cine, Donen, Hitch, Astaire, Kelly, Flynn, Fairbanks, Paullette Goddard, Hermann. El uso del silencio y el sonido, La música envolvente, el cine dentro del cine...
Me pareció que Dujardin está espectacular y coincido con Wolf que el momento de las sucesivas tomas es especialmente brillante.

Sin embargo, creo que la película tiene un sólo pero, un pero bastante grande en realidad. Es una película que disfrutamos sobremanera los cinéfilos, yo aun diría que nos relamemos en alguna ocasión (ese "bang" es maravilloso), es una película que nos atrapa desde sus iniciales títulos de crédito, que nos enamora con un lunar y una sonrisa, que nos atrapa con un silbido algo estridente, que nos marca el ritmo con zapatos de claqué, que nos hunde en la tristeza de unas arenas movedizas y nos obliga a hablar bien de una película de las que se disfrutan tantas bondades...

¿Y el no cinéfilo?...Creo que el no cinéfilo dificilmente se verá atrapado por una película cuyas virtudes son más nostalgicas que novedosas, lo que cuenta es en realidad tópico, lo atípico es la forma de hacerlo y esa es su gran baza, pero tal vez también su gran pega.

Como cometaba el otro día Dexter, yo también salí más emocionado con Woody en París.

Abrazos sonoros

César Bardés dijo...

Totalmente de acuerdo con esa apreciación de que los "no cinéfilos" encontrarán que la película no sólo es un cúmulo de topicazos, sino que ya es difícil de ver por el mero hecho de ser en blanco y negro y muda. De hecho, ya me he encontrado con personas que les he comentado la película y se cierran en banda diciendo que "de ninguna manera van a ver eso". En cuanto a la distribución, en mi caso me fui al Palacio de la Prensa, cine de mis juventudes donde vi, por ejemplo "Gorky Park" y el cine estaba a medio llenar a la sesión de las 18,30 pero la cola para entrar a la sesión de las 20,30 recordaba a los antiguos tiempos de la Gran Vía. Es verdad que Woody es más "nostálgicamente universal" y puede que llegue más, aunque estoy seguro de que es el primero en aplaudir esta película, pero, como bien dices, es una gozada para los ojos avezados que están acostumbrados a ver cine. Por cierto, los comentarios que pude pillar a la salida eran todos muy, pero muy positivos.
Abrazos con metal en las puntas.

Carpet dijo...

Por cierto, Oscares...dificil que Duajrdin no se lo lleve, es un papel muy destacable y él está especialemente convincente...No tanto la deliciosa Berenice, su papel no luce tanto ni necesita tanto recursos ( si los tiene).

Y curiosidad, en los títulos de crédito aparece en los primeros lugares Malcom Mcdowell que sale apenas 15 segundos ¿Donde se quedó su papel?...pensé que iba a jugar de enlace entre las dos historias divergentes de la nada a la gloria y viceversa, pero apareció y desapareció como un vulgar cameo...¿Los cameos no se anuncian, no?

Abrazos sin ladridos

César Bardés dijo...

Dujardin, sin duda, nominado, pero lo va a tener muy crudo con dos contrincantes de la catgoría de Clooney, en estas fechas, máximo favorito, y di Caprio (que, haciendo verdad lo que ya dije en su momento, nunca se lo darán salvo cuando se den cuenta del irremediable error, cuando ya tenga 70 años). Berenice, sin duda, nominada a la secundaria pero hay nombres que suenan mucho, entre otros el de Viola Davis en "Criadas y señoras" que puede compensar el atraco a mano armado perpetrado por nuestra amiga Pe. Yo creo que "The artist" puede estar muy bien en lo más alto en película, director, dirección artística, vestuario y, tal vez, guión original.
Lo de Malcolm McDowell fíjate si es extraño que, por un momento, creía que estaba interpretando a Chaplin en un descanso o algo así y tuve que investigar si ésa era la intención. Es un cameo, pero cobrado puesto que está acreditado, otra cosa es que él con el dinero haya hecho cualquier donación benéfica o algo parecido.
Abrazos vestidos de etiqueta (diablos, qué bien sientan esos trajes cuando los ves en pantalla y qué ridículo te ves cuando tú llevas uno).

dexter dijo...

Siento discrepar con vosotros en cuanto a la apreciación del film. Yo creo que aquí sí hay hueco para el "no cinéfilo", a no ser que tenga muchos, muchos prejuicios y sea muy, muy cerrado. Es más creo que los palos que se está llevando la película van por ahí. Como el crítico aguafiestas del que hablaba, porque en efecto parece que está muy "in" posicionarse en contra de lo que es evidente que es bueno. Pienso que la peli está planteada para llegar al gran público (algo que en absoluto cumplía por ejemplo "El buen alemán" en la que no funcionaba casi nada). No apela a Murnau, ni a Griffith, ni a cosas más "eruditas"- aunque haya referenciuas; va más por la vía de Chaplin, a Max Sennet, al star system, a "Cantando bajo la lluvia" y encima se apoya en un argumento universal de ascensos y caídas, una historia "tópica" del sueño americano. Que es muda y en blanco y negro, vale, de acuerdo, pero si hay una película ideal para vencer prejuicios, no dudéis que es ésta. Quizá me atrevería a decir que el "Midnight" de Woody es incluso más intelectualizado al contener referencias a Hemingway, Gertrud Stein o a Buñuel. Probablemente, un "no cinéfilo" no pille el gag de Buñuel en "Midnight", pero la magia que le pone Woody - y Hazanavicius- hace que incluso la peli sea disfrutable aún a falta de referencias.
Dujardin está inmenso, sí, pero también Cromwell, y en general el resto del reparto. Con respecto al Oscar, Jean lo tiene crudo porque este año parece que la cosa va a estar entre George y Brad (más incluso que Leo). Yo también la veo fuerte en todos esos aspectos que destacas (incluiría la mimética banda sonora por mucho que se tenga que batir el cobre con los Williams, Shores y los de siempre), aunque quizá no tanto en lo de guión original, en el que yo, quizá por el tema que hemos hablado de los tópicos, me decantaría más por Woody.

Abrazos millonarios... de ilusiones.

César Bardés dijo...

Hay referencia clarísima a Murnau en la escena de la escalera, con una composición geométrica que parece sacada de "El último". En todo caso, creo que el "no cinéfilo" no hallará tanto gozo, sencillamente, porque no encontrará tantas referencias gozosas, y a eso creo que se refería Carpet.
En cuanto a los Oscars, es verdad que Brad Pitt también suena aunque habrá que ver qué tal es una película sobre béisbol y si le alcanza para lucir dotes dramáticas. En cuanto a lo demás, totalmente de acuerdo, salvo que sería toda una sorpresa (muy grata, no cabe duda) que la Academia se decantara por Woody pero me da a mí que ya le han dado todo lo que le tenían que dar.
Abrazos celuloidíticos.

Carpet dijo...

Ah, creí que Pitt estaría nominado por la de Mallick no por "Moneyball".

A ver, Dex, la peli, a pesar de sus dificultades anacrónicas, muda y en b/n, no es que sea veneno para la taquilla sino una renuncia a priori, está concebida para tener una carrera comercial notable. ¿Cuáles son sus activos?, precisamente su "ir contracorriente", movilizar al espectador que presume de culto, la búsqueda del sensible a través de la nostalgia,...
En Estados Unidos, una ciudadanía educada en el cine, para los que las películas son casi religión y su historia es de celuloide, la película puede tener un cierto éxito comercial y una aprobación bastante importante.
Fuera de los USA y sobre todo en España, donde el cine se entiende mayoritariamente como espectáculo y no como oferta cultural, el recorrido será,(o eso creo) mucho más limitado.

Es evidente, que la trama de la película es universal (dijimos algo tópica incluso), el amor frente a todo, el orgullo, aceptar el fracaso y administrar el éxito...Un intento claro de hacer llegar al gran público una historia que no encontrase más dificultades que su forma de presentarla.

Pero si sólo fuera eso, se quedaría en un atrevido pero poco afortunado experimento, contarnos lo de siempre a principios del XXI pero con los formatos de principios del XX. No estaríamos hablando de que es una muy buena película.

Lo que hace que la película sea muy notable, como decís "es evidente que es buena", son sus guiños cinéfilos, las escaleras de Murnau, sus referencias a Hitch y "Vértigo", el recuerdo al cine cómico y las películas de los años 20 jugando con Peppy conduciendo a duras penas intercalando con la escena de George Valentín (la heroína al rescate),...
No es una reflexión sesuda, no es un discurso intelectual (que si lo hay aunque algo pueril en Woody), no son referencias inteligentes (algunas si lo son en "The artist, también) sino una búsqueda de nuestros recuerdos nostálgicos, una apelación al cine de antes, una llamada a descubrir los placeres que otro tipo de cine nos transmitió, un juego de búsqueda de detalles. Un juego en el que podemos participar plenamente los cinéfilos, pero los "no cinéfilos" sólo ven una película con una bonita historia contada de forma distinta.

El film de Woody contiene para el no cinéfilo otros alicientes. En realidad es comparar a Gil Pender/Owen Wilson con George Valentín/Jena Dujardin.
Uno compone el asombro, el disfrute, el dejarse llevar por la belleza, un ser corriente en un mundo maravilloso, capaz de disfrutarlo pero asombrado de observar a sus ídolos. Los espectadores nos sentimos igual, impactados, inmersos en un mundo delicioso, atentos y gozosos.
El otro es la cara del éxito, la elegancia, la sonrisa del superior pero afable, pero también un tipo que se aferra a unos momentos felices cargado de prejuicios y pertinaz en su error, solo redimible gracias al amor. El espectador siente la elegancia, goza el buen tono, comprende la caída y valora el amor.
Owen Wilson somos cualquiera de nosotros viviendo una fantasía, Dujardín es el protagonista que nosotros observamos, no nos llega tanto como para identificarnos con él y por eso nos tienen que ofrecer otras cosas, esos detalles que apuntalan nuestro placer de observador
Abrazos celulíticos que con tantos ágapes navideños me estoy poniendo tonel.
nuestro placer de observadores

dexter dijo...

Ummm, no me convencen mucho tus argumentos.Hablas de un pueblo como el americano educado en la religión de las películas, pero resulta que lo que van a ver en masa es "Crepúsculo". Me pones el ejemplo de Woody Allen, cuya figura y trayectoria es mucho más apreciada en Europa que en su país. No me quiero quedar con el tópico de que el público europeo es más culto y más selecto, porque como todos los tópicos tienen su parte de falsedad. Yo creo que el espectador "no cinéfilo" puede acudir a ver esta película arrastrado por la curiosidad y la novedad de ver algo diferente. Puse el ejemplo de "El buen alemán" que era otra película hecha con técnicas de otros tiempos pero en la que no había ni un ápice de magia. En su día no me atreví a recomendar a nadie "El buen alemán", algo que sin duda, sí haré con "The artist". Tengo más argumentos para defenderla y de alguna manera creo que mi consejo le puede llegar a alguien no avezado. Es como a mí, que no soy taurino, me proponen ir a ver una corrida de José Tomás, igual me lo pienso más que si me proponen ir a ver a un banderillero de tercera. Por lo demás,coincido contigo en la apreciación de los personajes de Wilson y Dujardin en sus respectivas películas.

Abrazos con guiños.

Carpet dijo...

A ver, los americanos están educados en la religión de las películas, no son espectadores son superespectadores, pero además son espectadores superpocoexigentes (perdonad los "super" algo pijos, pero estoy algo superlativo).

Los USA van al cine en masa, sobre todo a las películas que no les obligan demasiado, pero también a otras de más altos valores cinematográficos y/o culturales, que Eastwood no sólo se mantiene gracias a la taquilla europea.

Lo de que Woody Allen es más apreciado en Europa que en USA es algo que se dice demasiado alegremente. También se cuenta que Hitch era menospreciado hasta que Cahiers du Cinema empezo a ensalzar sus virtudes, pero el bueno de Alfred llevaba haciendo películas exitosas desde hacía un porrón de años. Creo que hay un cierto chauvinismo en ese tipo de afirmaciones, como nos llega tanto cine USA con el que no podemos competir en general, vamos a presumir de descubrir sus bondades que los pobres e incultos yankis no se dan ni cuenta de lo que miran.

En cualquier caso, yo quiero decir que la película puede gustar, de hecho creo que gustaría a cualquier espectador con o sin cultura cinematográfica. Es una buena película, elegante y bella. Sólo digo que lo que la hace especial, de verdad, es algo que está más al alcance de los cinéfilos. Los que no lo son dirán que es una película muy bonita, que les ha gustado, y que está muy bien. Los que lo somos descubrimos un sinfín de motivos que la hacen crecer mucho más.

Cierto es que la magia tiene poco que ver con el como haces las cosas, a veces el acierto está en la chispa que le aportas sin saber ni como, Allen llevaba haciendo muchas películas a las que le faltaba esa chispa, aunque su cine tenga siempre una altura notable, podríamos decir lo mismo de Scorsese, de Eastwood (yo creo que en "Intercambio" no funciona casi nada, por ejemplo) o incluso con el Coppola de los últimos años...

"The artist" tiene magia, para algunos es prestidigitación y para otros es una convención de hadas y hados.

Abrazos con lunar

César Bardés dijo...

Evidentemente estoy de acuerdo con la pareciación de Carpet. Es magia para cinefilos, lo cual no quiere decir que no sea una buena película para otros pero no llegará de la misma manera salvo como cúmulo de "topicazos", lo cual da una idea del nivel del crítico en cuestión que antes citabas, Dex. También sigo creyendo que Allen es más "nostálgicamente universal" porque además lo canaliza a través de su argumento, mientras que "The artist" es una exposición de momentos mágicos. En realidad, yo creo que no distáis mucho el uno del otro sólo que uno cree que la "magia" puede estar en pillar todo el homenaje que hay detrás de cada fotograma, lo cual aumenta el goce (cuántos crees tú que pillarán a Herrman con el tema de "Vértigo" y el montaje que realiza Hazanavicius?) mientras que otros se pueden quedar en que han visto una película más o menos bonita, que se aguanta más o menos y que, en el fondo, tampoco descubre nada nuevo.
Chicos, con discusiones como éstas...Garci tiene los días contados...
Abrazos con un vaso de whisky bien lleno.

dexter dijo...

Sí, es lo que yo dije, que muchos no pillarían el chiste de Buñuel en "Mignight" y no por ello les gustó menos la peli. Evidentemente si pillas el gag, lo disfrutas más. Pero son dos propuestas tan mágicas que pueden disfrutrarse áún sin referencias, cada cual en su medida personal. Yo creo que tampco son tan distantes nuestras posturas. En cuanto a lo del crítico, pues es que es muy snob decir que una cosa no te gusta cuando está en boca de todos y se vuelve "comercial". Seguro que el día del estreno con cuatro gafapastas como él salió flipando, pero ahora , donde dije digo digo diego.

Abrazos (y en esto nunca diré diego cuando dije diego)

César Bardés dijo...

Eso, que los abrazos se mantengan, sobre todo cuando todos estamos de acuerdo en que "The artist", cuando menos es una película especial, una apuesta valiente aunque acuda a fórmulas sobradamente conocidas y ciertamente original en estos tiempos que corren.
Abrazos, pero en plan achuchón esta vez.

Carpet dijo...

Perdonad el inciso, pero Dexter repitió Diego, ¿cuando dijo digo?...

A brazo partido (por poner algo de luchadores)