miércoles, 7 de diciembre de 2011

LA CONSPIRACIÓN (2010), de Robert Redford

Es difícil salir de una guerra y guardar las garantías de libertad que tanta sangre ha derramado. Cortejando a la victoria habrá rebeldes que realicen un crimen execrable, asesinando a la razón, disparando por venganza. También habrá dirigentes que se sientan tentados por la tiranía en aras de un ideal que exhiben como supremo. Habrá otros, quizá los menos, que intentarán poner en pie las verdades como símbolo inequívoco de una ley que nació para proteger a todos, incluso a los que no poseían más motivo que la rabia. Son las sombras que se proyectan tras un triunfo que se adivina gloriosamente justo.
Y es que, tal vez, una Constitución nazca para ser respetada, para ser la letra y el espíritu de un ansia por la justicia que jamás debe caer en el olvido. No importa en qué bando se esté, lo único que es verdaderamente importante es que ese documento, ese trozo de papel que establece una serie de derechos y obligaciones que todos los ciudadanos de un país deben respetar, y con ellos los poderes públicos, es lo que permite que alguien, culpable o inocente, tenga un juicio con un juez, con un jurado y con un abogado que le defienda. Y así es como debe ser. Con ello va, de la misma mano, la libertad, la independencia, el poder decidir, el poder pensar y, lo que es aún más importante, poder decir lo que se piensa.
Todo golpe al poder tiene que responderse con un castigo ejemplar. Para que todo el mundo tema. Para que el odio sea aún más difícil de enterrar. Si para ello hay que colgar a unos cuantos de una soga, merece la pena. Es un precio muy bajo si la moral del país se mantiene con ideales que, en realidad, son imposiciones que coquetean con la razón de la tiranía. Las dudas sobre el sistema no están permitidas porque si lo estuvieran, ya no sería un sistema. Sería una variable en manos de unos cuantos desaprensivos que no es más que un populacho, sediento de sangre y carente de ideas. El olvido no puede ser sepultado más que por el rencor.
Robert Redford ha realizado detrás de las cámaras películas con una claridad de ideas envidiable, como es el caso de Gente corriente, de El dilema o de la impresionante y muy poco apreciada Leones por corderos y aquí sabe perfectamente hacia dónde va pero no sabe qué coger para ir. En algún momento de la narración, todo se vuelve pesado, una mera vuelta sobre lo mismo sin ningún fin a pesar de la impecable puesta en escena, con una ambientación notable y con un reparto en el que sobresale Robin Wright, serena en su tragedia y con ojos que hablan; James McAvoy, impulsivo en sus reacciones y decepcionado en su observación; Danny Huston, agresivamente brillante en registros de conciencia y de marioneta dirigida con precisión; y el siempre acertado Tom Wilkinson, comprometido con una lucha que abandona por política, cinismo de los que se suben al carro de los vencedores. Esto no significa que la película sea despreciable pero sí que comete algunos errores de prolijidad excesiva, de saltos equívocos y de una cierta dejadez a la hora de desarrollar con coherencia toda la conspiración para acabar con el Presidente Abraham Lincoln.
Volver la vista atrás para no tropezar con los errores del presente es la intención de Redford y apuesta por el cumplimiento íntegro y para todos de una legalidad constitucional que se pensó para hacer que la vida fuera algo mejor. El error tiene la obligación de servir como experiencia porque si no seríamos meros cazadores que saquean los cuerpos de nuestros semejantes para alcanzar la supervivencia. Y eso es lo que Redford pretende encender. Que la justicia sea un derecho y no un privilegio, que todos tengan ganas de vivir bajo la protección de una libertad ganada a sangre y fuego y que todos creamos que existe un futuro mejor para nuestros hijos. 

4 comentarios:

dexter dijo...

Me apetece mucho hincarle el diente a esta nueva peli de Redford, un tipo que me ha caido siempre bien tanto en su labor delante y detrás de la cámara. Creo que Redford siempre ha sido considerado más estrella que buen actor, cuando no hay más que verle en "El golpe" o en "Los 3 días del condor"- la vi hace bien poquito y el tío se sale- para ver que es un pedazo de intérprete. Por supuesto me encanta que como productor esté detrás de películas como "Diarios de motocicleta". En cuanto a su labor como director, creo que es un tipo bastante interesante, aunque, y dices que también es el principal defecto de ésta, creo que a veces se vuelve demasiado discursivo y denso. Creo que "Gente corriente" es la que menos acusa este handicap quizá al ser la menos politizada. Me gustan mucho "Quiz Show" y "Leones por corderos" (coincido contigo en que está muy infravalorada y es estupenda; además creo si no me equivoco porque me llamó la atención mucho que fue el primer estreno que colgaste en el blog como tal").Tal vez también por eso, aunque me parecen igualmente interesantes, "El rio de la vida" o "Un lugar llamado milagro".

Abrazos bajo 0º (o casi)

César Bardés dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, Dex, en las películas que destacas de Redford. Creo que su película "mala" es "La leyenda de Bagger Vance", una cosa extrañísima, con una historia que prometía y que parece que le birlan en la sala de montaje (estamos hablando de Redford que, durante décadas, ha sido el tío mejor pagado de la industria). Interesantísimas tanto "El río de la vida" como "Un lugar llamado Milagro", desde luego. Injusticia clamorosa la cometida en "Leones por corderos" y además muy poco comprendida en su mensaje. Aquí, Redford hace una película correcta y nada más, con un guiño al final muy bueno. Quiere emocionar y no lo consigue y se mete en disquisiciones que deben de ser muy cercanas para los que conocen a fondo la historia americana pero que suenan un tanto ajenas a los demás. En todo caso, merece la pena porque tiene dos o tres detalles excelentes (cuando vi "Gente corriente", muy joven, me dije a mí mismo que Redford tenía una idea muy clara de dónde colocar la cámara) y lo que sí me hubiera gustado es decir algo sobre Kevin Kline pero tiene tan poco desarrollo su papel que lo eliminé del artículo. Y no lo hace mal aún así, especialmente en una escena. Ya no desvelo más para no arruinártela. Cuando la hinques el dientes, danos caña.
Abrazos con una extraña alergia (¡en diciembre! Nunca me había pasado).

Carpet dijo...

Pues, yo voy a ser el politicamente incorrecto.
Así como Redford actor, me parece una estrella que además sabe actuar (se puede ser una cosa y la otra o las dos a la vez y Redford es de estos ultimos).

Sin embargo, como director no termina de convencerme, me parece demasiado forzado, demasiado obligatorio. Entiendo y me encantan sus ideales y sus compromisos, comparto no pocos de ellos y es de agradecer que su posicionamineto y su interés por determinadas causas, en un país que admite muchas cosas pero que aprieta mucho con su nacionalismo y con quienes critican demasiado algunos momenetos genuinamente americanos, el ejemplo del gran Tony Bennet es uno más, de una larga lista.

Y entendiendo y gustandome tanto esas ideas encuentro en que sus historias en el cine me fuerzan demasiado a tomar partido, a ponerme en el lado de "los buenos" (él, yo, nosotros) a base de recalcar lo obvio.

No me gustó nada en su día "Gente corriente", puede que bastante prejuiciado por, a mi juicio, el injusto oscar frente a dos peliculas maravillosas como "Toro salvaje" y "El hombre elefante", (curiosamente ambas arriesgadas en blanco y negro).

Si me agradaron "El rio de la vida" y "Quiz Show", aunque vuelvo a pensar que fuerza demasiado el posicionamiento político, ético del espectador. Tampoco me resulta demasiado interesante "Un lugar llamado Milagro", con la atractiva pero más bien regular Sonia Braga, y es sostenible gracias a un reparto de lo más variadito.
"El hombre que sususrraba a los caballos" me parece una enorme tonteria, rodada con muy buen gusto, de forma que parece que estás viendo algo interesante. Muy buen envoltorio para poco más que un chupa-chups.
Y "la leyenda..." ejem.

No es visto "Leones por corderos", ni tampoco esta "Coonspiraciión", pero reconozco que es por la pereza de volver a encontrarme con el Redford aleccionador, el bienpensante, el tipo guay....tanto más cuando esta última arrastra una fama de cansina y de densa quer agobia antes de llegar a la taquilla.

Abrazos discrepantes.


Nota: La alegria será a la vuelta al curro tras el macropuente.

César Bardés dijo...

Lo cortés, desde luego, no quita lo valiente y yo también pensé, incluso desde la fecha de su estreno, que el Oscar para Redford era tremendamente injusto teniendo delante el "Toro salvaje", de Scorsese. Eso no quita para que también aprecie méritos en un drama familiar de desintegración, sobre todo en el apartado de interpretación masculina ya que me parece que Timothy Hutton estaba muy bien (un poquitín más allá de lo que se pedía) y me pareció soberbio Donald Sutherland. Sin embargo, aprecio que la dirección de Redford fue correcta, no tan arriesgada, desde luego, como la que imprimió Scorsese (de Lynch, aún gustándome, hay que reconocer que es una de las menos lynchianas de sus películas, lo cual, lejos de ser un defecto, es una virtud). Sí que comprendo y admito con gusto que Redford se inclina a la denuncia correcta forzando al espectador a posiciones éticas un tanto redundantes, en eso estoy de acuerdo. Cuando se pone trascendente puede llegar a ser cargante, como ocurre un poco en ésta "La conspiración". Pero ésa, precisamente, es la gran virtud de "Leones por corderos", que destila un mensaje nada evidente, que hace trabajar, y mucho, a la conciencia y el pensamiento del espectador. "Un lugar llamado Milagro" me gusta porque es muy "capriana" y entronca en el ideal americano y en la solidaridad que tanto gustaba al "Papá" Capra. Quizá lo de menos, en esa película, es Sonia Braga, un personaje más sin mayor trascendencia pues me parece mucho más brillante John Heard o el estupendo "sheriff" templado y desastrado que es Rubén Blades y, por supuesto, el odioso Christopher Walken que, cuando ya no tiene razón, trata de tomarla por la fuerza.
De acuerdo también en que "El hombre que susurraba a los caballos" no deja de ser una tontada con envoltorio de lujo, beneficiada por su simple presencia, siempre magnética y que se queda muy corta. Sin embargo, sí te recomiendo "Leones por corderos", Carpet, porque las conclusiones sobre lo que quiere decir Redford son muy dispares y me parece una de sus mejores películas, tanto en realización como en fondo, nada subrayado y que escapa a la mayoría (de ahí, probablemente, su injusto olvido).
La discrepancia siempre obliga a pensar más en la réplica, yo diría que es de agradecer.
Abrazos de Sundance Kid.