viernes, 21 de septiembre de 2012

LAS AVENTURAS DE TADEO JONES (2012), de Enrique Gato

Soñar que se es algo diferente es algo que nos ha pasado a todos. Tener la imaginación suficiente como para pensar que una grúa es una peligrosa liana que te salva de un lago de peligros es estar un poquito más cerca de lo que se desea, aunque todo se desarrolle en el vasto campo de la mente, de lo inalcanzable, de la hazaña imposible. Y algunas veces, los sueños, sobre todo en las mentes de los niños, están cerca, muy cerca de hacerse realidad.
Aventuras trepidantes, sin descanso, con un dibujo sereno y algo austero pero con un diseño de personajes excepcional que, aunque caigan en el estereotipo, siguen funcionando como si fuera la primera vez. La sombra del héroe del sombrero y del látigo es alargada pero siempre es bueno volver a él, aunque sea bajo la mirada de un ingenuo al que le sobra valentía. Por ahí andan también La guerra de las galaxias, el estupendo cortometraje de Pajaritos, de la factoría Píxar y El secreto de los incas, la fuente original de la que bebieron las mejores aventuras del cine contemporáneo con Harrison Ford de protagonista . Lo cierto es que el rato se hace una trampa peligrosa, el acertijo está envuelto en vendas y la diversión es buena, de calidad, de cierta altura y, lo que es mejor, a los adultos nos recuerda algunos tiempos en los que descubrimos por primera vez al Profesor Henry Jones Jr.
La música acompaña al héroe y la épica parece servida entre acertijos y engañifas. Nadie es lo que parece ser y el futuro se halla a muy pocos segundos de distancia. Las sombras de la infancia se transforman en fantasmas de la edad adulta y lo que, en apariencia, es terror resulta ser un hallazgo. No quedan más salidas que los sueños cuando la realidad es tan gris como una piscina de cemento. Más que nada porque los mismos sueños son la libertad. Libertad de ser como se desearía. Libertad de vivir buscando tesoros. Libertad de hallar unos ojos de ilusión y búsqueda en medio de la selva hostil. Libertad de hacer una película capaz de competir con las grandes producciones que dibujan sonrisas en las caras de los niños y disfrute en la de los mayores. Y salir más que airosos del envite.
Así pues, no solo hay un cierto desenfado, sino que también se esbozan caracteres con sentido que corren el peligro de diluirse por algún que otro error aislado. Pero aún hay grandes espacios para sentir al peligro resoplando en el cogote, cual serpiente dispuesta a hincar los dientes e inocular el veneno. Las llaves de la antigüedad encajan en los días de hoguera y excavación, con unos malvados que llegan a ser apreciables y muy apreciados porque la traición está  a la misma vuelta de la momia.
El personaje queda ahí, dispuesto a seguir cabalgando a la puesta de sol, desafiando al riesgo con cierta inconsciencia y un buen montón de valor. Los secundarios se quedan, mientras tanto, vendiendo baratijas a la espera de una nueva odisea. Los animales corren y revolotean y la maldad, a buen seguro, resurgirá en otra tumba, en otra ciudad perdida o, incluso, en otro templo. Qué más da. Lo que importa es que no haya respiro en los sueños, que todo quede al alcance de la mano, o de la pinza, o de la verdad. Y aquí, además de sus virtudes y sus defectos, hay un buen puñado de verdad en cine. Aunque sea una verdad para niños. Aunque sea una verdad de cuento. Es la verdad de que no somos nada, ni nadie si no somos capaces de soñar. Y hay muchos, muchos arrogantes ebrios de éxito que no son capaces de articular un sueño más que para agarrarse a la dureza cortante de más éxito, de más falsedad, de más felicidad impostada. Para eso, es preferible ser un albañil y creer que se está construyendo una barricada en plena batalla, o que se está descubriendo un tesoro escondido en la hormigonera, o que el entusiasmo es la llave que abre todos los mañanas. 

4 comentarios:

Carpet dijo...

Sobre Tadeo, leí en su momento que era la mejor película de animación de la historia, lo que puede no parecer gran cosa aunque hahya por ahí algunos films reconocidos incluso internacionalmente como el reciente "Planet 51" o "Donkey Xote" e incluso alguna rareza muy destacada como "El sueño de una noche de San Juan".

Lo que también lei y tengo que decir que estoy muy de acuerdo es que lo que es insoportable es la música. Una banda sonora compuesta por Juan Magán puede ser terrible.

Abrazos aventureros

César Bardés dijo...

De la historia del cine de España...psé, sí, puede que sea una verdad no demasiado molesta. Desde luego es superior a "Donkey Xote" que me pareció todo un desperdicio y está un peldaño por encima de "Planet 51". Del sueño de la noche de San Juan no puedo opinar porque no la he visto.
De todas formas, te diré algo. La música no está nada mal. Cumple con su objetivo y hay que reconocer que es un encargo muy difícil para un músico porque la sombra de Indiana es muy alargada incluso en eso. El trabajo de Magán no es malo, es bastante apreciable, ello, naturalmente, sin que, de ninguna manera, pueda decirse que, de forma habitual, hace unos trabajos bastante regulares.
Abrazos con sombrero y látigo.

carpet dijo...

Bueno, contra gustos no hay nada escrito, y a mi Juan magán me horroriza...

Jejeje, lo que me parece es que se te está contagiando la forma de hablar del gobierno actual..."El trabajo de Magán no es malo, es bastante apreciable, ello, naturalmente, sin que, de ninguna manera, pueda decirse que, de forma habitual, hace unos trabajos bastante regulares"...me suena a lo de Soraya Saenz de Santamaria cuando le preguntaron por el paquete de medidas que Luis de Guindos no había precisado, dijo que iba a ser más prolija en las explicaciones y a continuación soltó : "...junto a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2013, en los que se dará cuenta de los nuevos esfuerzos para cumplir con los objetivos de déficit, el Gobierno prevé presentar un balance de las reformas aprobadas hasta la fecha y la concrección y el calendario de las que pasarán por las Cortes en este semestre...". Si no llega a ser prolija.


Te mandaría abrazos, pero prefiero que mis extremidades superiores te enlacen de forma que tu cuerpo quede rodeado entre ellas como muestra de afecto. Prolijamente, claro.

César Bardés dijo...

Yo también te quiero, Carpet. Y no me nombres a Soraya que me pone. Prolijo yo...
Abrazos con una cierta dejadez que, de modo alguno, puede tacharse de intelectual aunque sí levemente bañada en raciocinio.