miércoles, 7 de noviembre de 2012

SEIS BALAS, UNA VENGANZA, UNA ORACIÓN (1977), de Gianfranco Parolini

Hablemos en serio. ¿Qué se puede esperar de una película que se titula Seis balas, una venganza, una oración, pretende ser un western envuelto en spaghettis, la dirige un tipo que se hace llamar Gianfranco Parolini y se rueda con premeditación y alevosía en Israel? No me contesten, no me contesten, que me imagino la respuesta. El caso es que algunos mimbres para ser una buena película sí que tenía. El argumento era atractivo, el reparto, sin ser de campanillas, es más que solvente con nombres como los de Lee Van Cleef, Jack Palance y Richard Boone pero la incompetencia de algunos de los que estaban detrás de la cámara echaron a perder lo que podía haber sido una película del Oeste capaz de competir con los mismos clásicos de Sergio Leone.
Por otro lado, es baladí intentar explicar una película que tiene ese título. Ya se imaginan ustedes que aquí hay asesinatos a sangre fría, la agobiante necesidad de saciar la sed del rencor y un componente místico que mezcla  con cierta torpeza a Satán con Dios como dos caras de la misma moneda falsa. Para acompañar a las arenas del desierto habrá algo de depravación, vientos amorales y una imparable fascinación por la maldad. Lo cierto es que todo resulta tan poco unido que dan unas ganas enormes de cargar bien el tambor del revólver y hacerlo girar junto a la sien.
Así que delante justo de nosotros, tenemos una historia que atrae por pintoresca, no por calidad. Más que nada porque todo está tan falsificado que llega a ser teatro de acción mal rodado. Locura en paisaje estéril. Algún diálogo que merecería la pena rescatar y una ligera impresión de que estamos ante algo que es encantadoramente malo son las sensaciones que asaltan ante tanta mala ejecución y tanto ángulo perversamente religioso. Incluso hay misterio en todo ello. El que emana de unos cuantos tipos que no tenían mucha idea de lo que estaban haciendo.
Jugando un poco a la presunción, me atrevería a sugerir a los profesores de las escuelas de dirección cinematográfica a que enseñaran esta película a sus alumnos para que cayeran en la cuenta de todo lo que no se debe hacer durante un rodaje. Los planos son inadecuados, el sonido es de traca, la fotografía merecería estar en un museo de los horrores, las mezclas inducen a la confusión y, la verdad, si se intenta hacer un spaghetti-western habría que tener mucho cuidado con el queso que se añade a tanta pasta.
Siéntense con tranquilidad esta noche. Pongan la mano cerrada apoyada en la mejilla sosteniendo la cabeza y dejen que se adormezca por el peso. Pongan expresión en la cara de “que me la echen” y déjense llevar por la oración, por la venganza y por las balas. Ninguna va a herirles. Sólo van a atravesar el aire caliente del panorama desolado y puede que alguna de ellas les alcance en la comisura de los labios. Así, es posible que lleguen a esbozar alguna sonrisa por lo que están viendo. Es más, ya en el colmo de la repetición, van a tener a Lee Van Cleef por partida doble. ¿Se imaginan lo que puede ser eso? Puede que haga algo más atractiva la velada. Al final, seguro que se quedan con la boca abierta.

11 comentarios:

Carpet dijo...

Jajaja, me hace gracia y me alegra que le dediques un post a una de tantas pelis casi infumables que hemos llegado a ver en años y años de espectadores espectantes. Mucho más si no se trata de un estreno de relumbrón inexplicable, sino una de esas pequeñas muestras de relleno de programa doble que poblaron nuestras tardes de cine.

Yo no he visto esta, la recordaría. Hay que ver cuantas series b, c, z o incluso s, x e y, permanecen en los rincones de la memoria. Entre ellas los fideos-western (no llegaban ni al nivel de spaghetti) son incontables. Recuerdo una, llamada "Siete pistolas para Timothy", obviamente emparentada de lejos con "Los 7 magníficos" que era tremendamente terrible, pero que terminaba por acogerte y hacerte sacr una sonrisa a veces a destiempo, eso si.

No sólo eran western, también estaba alguna policiaca como "El jaguar rojo" que vi en varias ocasiones, el programa doble en sesión continua daba esas oportunidades, y que no terminé de comprender jamás pese a los sucesivos visionados.

En fin, en este lugar sacrosanto donde abunda tanto buen cine, no está de más que se hagan referencias a otro títulos que también colaboraron a que nos hiciesemos opinión. No hay posibilidad de apreciar un buen plato si uno no ha probado también algún horror culinario.

Abrazos con sabor a ajo.

César Bardés dijo...

Bueno, evidentemente has captado mis intenciones a la perfección, como es habitual. También hay otro motivo, un poco más privado. No hace mucho alguien me dijo que debería poner alguna reseña más negativa en el blog, más que nada porque de tanto ensalzar está un poquito demasiado edulcorado. La observación me ofendió un poco pues es bien sabido que cuando algo no me gusta, lo digo sin ningún problema. Pero la persona en cuestión me dijo que eso solo se hacía evidente en las películas que eran de estreno, si hablaba de películas antiguas, parecía que las tenía todas en un altar.
Pues no. Hay muchas que no me gustan. Para qué nos vamos a engañar. Ahí está el artículo que dediqué a "Duelo al sol" y que fue ampliamente comentado en la presentación de "El ojo privado". En todo caso, ahí queda. También he publicado artículos de películas que ya tienen unos cuantos años encima y que más vale haberse ahorrado el esfuerzo de haberlas visto. Aunque estoy totalmente de acuerdo contigo: para saber lo que es bueno, también hay que ver lo malo.
En cuanto a las películas que comentas hay algo que llama mucho la atención y es la sonoridad rimbombante de estos títulos que mencionas, al igual que ésta de "Seis balas, una venganza, una oración". "Siete pistolas para Timothy" no he tenido el placer de verla pero también suena como un revólver de un solo tiro.
Y tengo que confesar una cosa muy importante en mi vida cinéfila. La primera película que tengo recuerdo de haber visto en mi vida en una sala de cine fue una de este estilo. Se llamaba "El zorro de Monterrey". La vi en el cine Tivoli, con mi familia. Y yo tenía cuatro añitos aunque según he consultado, es del año 71, con lo cual, iba a cumplir cinco. Dirigida por José Luis Merino (ahí queda eso) e interpretada por un esplendoroso elenco encabezado por Carlos Quiney, Lea Nanni y ese gran actor llamado Mariano Vidal Molina. Mira, parece ser (ahora lo he consultado), que se estrenó en Madrid el 29 de julio de 1971, entonces yo tenía cuatro años y me quedaban dos mesecitos para cumplir cinco. Ni que decir tiene que salí entusiasmado del cine y que en aquella puerta del famoso cine Tívoli, me puse ya a jugar a ser el zorro con mi hermano. Ahí está lo que una serie b, c, d, o z. Unos cuantos años después...probablemente sería rico si me hubiese ahorrado todas las entradas de cine que he comprado.
Abrazos con sabor a polvo castellano. De Colmenar Viejo.

Carpet dijo...

Pues he de decirte que algo de ventaja te llevo, no sólo en edad, esos 4 años ya los tenía yo superados en el 71. L aprimera película que tengo consciencia de ver en el cine, que en la tele ya me había visto yo mucha más filmografia que la que pueda haber visto mucho cinefilico de nuevo cuño, fue "El halcón y la flecha", obviamente en una reposición de cine de barrio. Y si, en mi caso, a partir de ahí era facil quedar fascinado por la pantalla grande y la forma de contar historias.
A partir de ahí, ir al cine era una aventura en la que te tragabas de todo, desde los mayores peligros para la salud (incluso mental) hasta las emociones más impresionantes.

Y hablando de "El ojo privado", ya lo terminé, de hecho ya hace tiempo que lo hice, pero he estado releyendo alguna reseña ultimamente que me dejo buen sabor de boca (en realidad todo el libro era sabroso). Ahora sólo queda que me pueda desliar un poco de trabajo, y parece más facil decirlo que hacerlo, y encontremos un momento para tomarnos un algo, encontrarnos y que me firmes el ejemplar ejemplar (valga la redundancia o paranomasia en este caso).

¿Como llevas las mañanas?. ¿Y lso mediodias?

Abrazos memorables

dexter dijo...

¿ Y la de mañana,también serà de las malas o qué?

César Bardés dijo...

Joer, no me compares "El halcón y la flecha" con "El zorro de Monterrey", vamos. Que todavía hay clases. Y, desde luego, tú empezaste con mucha más que yo, aunque no niego que mis padres me llevaran a otras películas antes de la que he mencionado.
En todo caso, recuerdo que aquella ocasión de "El zorro de Monterrey" era una celebración. Por las fechas, sospecho que era el cumpleaños de mi hermano pero no puedo asegurarlo. Yo también iba a los fantásticos programas dobles del barrio en los cines Aragón, Mundial, Lepanto, Las Vegas, Texas, Concepción o, un poco más lejos, el Voz y el San Remo. Y entrabas cuando te daba la gana y luego empalmabas y yo insistía e insistía en que quería ver la película completa...Manías tempranas.
En cuanto a "El ojo privado" me alegro de que, en principio, te haya gustado. Si quieres, estaré encantado de firmarte el ejemplar ejemplar. Las mañanas estoy a tu disposición, pongamos por ejemplo, desde las 10 hasta las 12, aproximadamente. Los mediodías son más complicados porque mi retoño demanda la comida y el cole y lo primero es lo primero.
Dex...me parto. Seguro que coincidimos, así que tranquilo.
Abrazos con pistolas con silbido previo (sonido característico del spaghetti-western).

Carpet dijo...

Aissss...me tengo que escapar a ver el escaifol ese que la insistencia de Dex me tiene en ascuas.

Si, si hay clases y "El halcón y la flecha" es empezar con nivel, pero amigo recuerdo que despues vinieron cosas como "Los 10 gladiadores", "El triunfo de los 10 gladiadores" y cosas así y si no era "El zorro de Monterrey" recuerdo un "Dick Turpin" españolizado que tampoco andaba muy lejos...

DE 10 a 12 es fantastico...en cuanto me deslie, te mando un mail y nos vemos...

Abrazos de cachas vestidos de romano

dexter dijo...

Uff, pero qué mayores que sois ¿no? Yo la primera película de la que tengo así recuerdo - que no quiere decir que sea la primera en un cine- era una versión algo así como bastante kitsch de Mazinger Z con personajes de carne y hueso. Pero así de experiencias vividas equiparables a "El halcón y la flecha" podría citar una peli que me marcó y que fue "En el estanque dorado"- recuerdo que mis padres nos aparcaron a mí y a mí hermana en los extintos cines Goya zaragozanos porque imagino que tendrían que hacer algo y aún hoy me sigo preguntando porqué esa película que no era exclusivamente dirigida al público infantil. Ya he dicho alguna vez por aquí que soy un cinéfilo tardío y que por tanto mis cines en la infancia son contados. Aún así recuerdo las tardes sabatinas del colegio mayor de los Sagrados Padres Dominicos o "La historia interminable", "Las vacaciones de Mr Hulot" con mi tía....


Abrazos, ainnsss, nostálgicos

César Bardés dijo...

Cuando tú quieras, Carpet, hay más días que ollas.
Así a bote pronto yo recuerdo una maravilla de las maravillas que me sigue maravillando que es "El fabuloso mundo del Far West", con Carmen Sevilla de chica de "saloon" que me dejó francamente anonadado. U otras cosas que eran un poquito de juzgado de guardia como aquella de "El clan de los Doberman", que originó incluso una secuela. O, si me apuras, toda la serie de Terence Hill y Bud Spencer que fueron un exitazo en España a pesar de su clara vocación de serie Z. Sí, nos hacemos mayores, diablos.
Uy, Dex, cuando yo vi "En el estanque dorado" (eso sí, animado por mis padres porque en aquella época el pavo me reprimía), me hallaba en la tesitura de que unos cuantos amigos y yo, a los que también les gustaba el cine, nos apostábamos la quiniela de los Oscars enterita. El premio era una banda sonora a ser pagada entre todos al que más acertara. Esa tradición duró hasta el año de "La lista de Schindler", allá por el 94 si no recuerdo mal y yo no gané más que dos o tres veces porque ponía las películas que a mí más me habían gustado, no las que creía que iban a salir.
Oye, qué nivel de tía..."Las vacaciones de Mr. Hulot"...no está mal. Mi tía me llevó a "Bambi" y a "El desafío de las águilas", muy ecléctica ella.
Abrazos a 80 pesetas la entrada.

carpet dijo...

Bueno, mientras esperamos la respuesta de Dex al escaifol yo, que aun no la he visto, seguiré a vueltas con la burra de las pelis iniciaticas.

Esos son tias y no las que te daban besuqueos sonoros, en mi caso ninguna tía me llevó al cine, si lo hizo una prima mayor que hacía las veces, pero para su desgracia me hizo caso en la elección y allí estuvo, disfrutando de "El furor del dragón" su buena hora y media...He de decirque yo me lo pasé como un enano que era lo que era.

Y lo de Spencer y Hill a mi también me sorprendía, no entendía yo la gracia de la pareja, mis amigos hablaban maravillas sin parar de "También los angeles comen judias", sustituyendo a Hill por Giulliano Genna (también rubio de ojos azules), Yo nunca vi nada que me hiciera apenas sonreir en esa peli, que yo era muy raro entonces, parece.

De hecho Terence Hill para hacer algo más y se le vio naufragar ( como casi toda la película, de hecho) al lado de ese gran Gene Hackman en "Marchar o morir", una película tan cargada de cosas que era imposible contarla bien.

Abrazos sin mamporros

dexter dijo...

No olvidemos que Terence Hill trabajó con Visconti en "El gatopardo" ahí queda eso.

Mi tía es que era muy moderna. Pensad que tendría aproximadamente la edad que yo tengo ahora, y que yo tendría la edad que tiene ahora mi sobrino al que llevo a ver "The artist" y esas cosas. Y lo de "Mr Hulot" pues una de esas reposiciones que pillamos una fría tarde de Navidades, algo impensable hoy día.

Abrazos en pantalones cortos

César Bardés dijo...

Uy, si nos metemos con el apartado de chicas, las cosas se ponen feas. Ahí estuve yo intentando poner orden en mis hormonas en una cita a ciegas múltiple en el desaparecido cine Valle-Inclán, al ladito de la Torre de Madrid y del mismo cine Torre de Madrid, en una cita a ciegas múltiple viendo "Doctor Zhivago", nada menos. Tuve éxito. Años más tarde, cuando era joven y tenía ímpetu, también intenté una vuelta de tuerca con cierta muchacha a la que acababa de conocer (nos habíamos visto cinco o seis veces) en el Cine Avenida para ver una película muy olvidada: "El caso de la viuda negra" con Theresa Russell y Debra Winger...fracasé estrepitosamente. La chica dejó de tener interés por mí "ipso-facto". Tuve éxito con quien hoy es mi mujer con "Bagdad Café" en los cines Alphaville. Hubo una secretaria en un centro donde hice una suplencia allá por Carabanchel que se empeñó en llevarme al cine. Ella no me convencía nada, nada, nada (y ahora, pasado el tiempo, parecía un gallo escaldado) pero se empeñó en invitarme a ver al Palacio de la Música "Tres solteros y un bebé", la versión americana, por supuesto. Luego la acompañé a casa sin ninguna intención y las piernas me temblaron de forma sobrecogedora cuando ella se quedó en la puerta de su portal mirándome y diciéndome: "¿No me vas a dar un beso?"...La solución, el próximo capítulo.
Claro que, ahora que lo pienso...decís tía carnal...sí, Dex, el cerebro se me está haciendo papilla.
Terence Hill...¿dónde estás?...
Por cierto, otra tía (carnal), me llevó a ver "El hombre de la pistola de oro". Me enamoré perdidamente de Britt Ekland aunque no era mi tipo. Y mucho más de Maud Adams, que lo era un poquito más.
Abrazos con hormonas.