miércoles, 5 de diciembre de 2012

LA VIDA DE PI (2012), de Ang Lee

La mentira es más increíble que la verdad. El agua puede ser el paraíso donde se encuentra a Dios. Las nubes son fustigadoras de la esperanza. Convivir con una fiera es mirarse uno mismo a los ojos y ver reflejados los propios temores, las propias decepciones y las aventuras del alma. El mar es como un gigante enfurecido que fabrica olas para el desconsuelo y la fantasía parece que empieza justo donde termina la línea del horizonte.
La tormenta desvía el rumbo del joven que parecía despuntar con una inteligencia brillante, y, de repente, tendrá que aprender todo lo que no sabe, deberá sobrevivir porque es lo que desea y se entregará a un Ser Supremo, no importa cuál es su nombre, para ser testigo de una odisea que se asemeja a un camino tortuoso hacia la sabiduría y el equilibrio. La serenidad vale más que cualquier rugido y en el fondo del mar se dibujan las más hermosas criaturas, los ensueños más insospechados, los compañeros de luz, reflejo de las estrellas, los saltos de la alegría salvaje, los cristales donde el cielo se mira. Para el protagonista, la vida está ahí, en un interminable camino de renuncia, y solo hace falta luchar para seguir conservándola.
Y así la historia se pasea por los bordes de la piscina de un dios que mira y truena, hallando tierra imposible en la errante vuelta a casa, El amor no deja de ser un motivo más que impulsa a la supervivencia. El amor dado. El amor recibido. El amor futuro. El amor presente. No se sabe dónde se encuentra el norte, lo único que se conoce es la interrogante del minuto siguiente.
Ang Lee ha dirigido una película que fascina por la hermosura de algunas de sus imágenes, con una composición brillante de planos, una dirección sobria y muy medida, una fotografía de fábula y llena de efectos infográficos que, dentro de la naturalidad más plena, se convierten en el principal atractivo. La barca en la que el héroe se sube con un tigre se antoja más grande a medida que pasan los minutos porque, aunque pasan muchas cosas, hay una renuncia premeditada al avance en la historia además de una huida improvisada de la emoción que se pide a rugidos.
El agua salpica en la cara a quien se atreve a asomarse por la borda del bote, como echando en cara la osadía de ver lo que no es posible, como si el espectador fuese ese testigo de cargo que tiene que elegir entre lo pasó y lo que pudo pasar. Y da igual cuál es la respuesta porque se incurre en un delito de perjurio. La verdad es lo que prevalece aunque haya detalles que no tienen demasiada coherencia. Lo cierto es que la soledad y la desolación son fáciles de doblegar ante la imparable fuerza de los elementos. Uno de ellos es la voluntad.
Entre remos y salvavidas, entre galletas y latas de agua, los tiburones acechan como la pena alrededor de la garganta. Los pelos se erizan y sobrevuela una permanente sensación de no saber cuál hubiera sido nuestro comportamiento si nosotros hubiéramos sido ese chico que tenía nombre de letra griega cuyo valor matemático es 3,14159. Eso incomoda. Tal vez porque hace que miremos en nuestro interior si somos hombres de verdad, si realmente buscamos a Dios porque esa es la mejor explicación posible, si tendríamos suficientes recursos para hacer frente durante tantos días a una situación tan desesperada, si amar se puede vivir con tanta intensidad. Amar la vida. Ser parte de ella. Hablar con la muerte. Ser la brújula en la oscuridad. Así, viendo esta película, solo tendremos la certeza de que nuestro norte estaría perdido y que el único que tiene el rumbo claro es ese número que establece la relación entre la longitud de una circunferencia con su diámetro. Tanto es así que cruzó un mar entero justo por en medio con una escala puntual en el centro. 

18 comentarios:

Carpet dijo...

He de decir que tengo un miedo a prioristico a que no me guste la película. enganché el libro hace años (antes de que se hablara de él) en una estanteria de librero, miré su contraportada y lo compré, parecía que pudiera tener interés. La verdad es que me encantó, esa historia en tres partes tan diferentes y sin embargo tan iguales. La busqueda, la emocion, la fe, la muerte, la vida...El todo.

No sé si Ang Lee habrá dado con la tecla, no sé si lograra transmitir la emoción que se rezuma en la novela, he visto imagenes bellisimas pero no tengo claro si hay algo más que lo bonito. En el trailer aparece el tigre, pero en la novela aparecen también un orangutan y una cebra que no sé si se ha obviado en la película y si lo han hecho no sé como resuelven una parte fundamental de la historia.

En realidad tengo bastante miedo a que me defraude.

Abrazos inmensos

Dexter dijo...

La verdad es que mis dudas iniciales, que las tenía como Carpet, se van disipando conforme vas viendo imágenes o leyendo cosas de la película. Estoy seguro de que Ang Lee habrá dado con la tecla. Y eso que, sin haber leído la obra, como aquí el amigo, me parecía una historia de corto recorrido (Ang Lee hizo algo parecico con "Brokeback Mountain" que partía de un relato corto y se hacía muy larga, su principal defecto para una peli que a pesar de todo me sigue gustando mucho). Además, tiene un tono de fábula que me atrae especialmente después de ver "War horse" el año pasado (ya sé que probablemente no tenga nada que ver y que Ang Lee no es tío Steven ni mucho menos). A punto estuve a punto de verla este fin de semana, pero a pesar de mis insistencias, mis sobrinos me arrastraron hasta el Hotel Transilvania. Y ya metidos en la semana y solo, opté por los Tavianni, ya sabes que soy un gafotas.

Abrazos felinos

César Bardés dijo...

No he leído el libro, así que no puedo comparar. Sí puedo adelantar, y no destapo nada, que también hay una cebra, un orangután y una hiena. ¿Emoción? No, en eso se sale decepcionado. No hay emoción en una historia que la pide a gritos, tal y como he dicho en el artículo. ¿Bonita? Sí, es espléndida la fotografía y la inmensidad de los paisajes que retrata Ang Lee. Un poco morosa, se hace larga, le cuesta avanzar. Sé lo que quiere decir pero creo que a la película le cuesta un poco llegar con plenitud, precisamente, porque no hay emoción. Parece como si Ang Lee se propusiera hacer películas que, a priori, tuvieran mimbres para hacer de la emoción una parte fundamental de la historia y luego tomara distancia para ayudar a que el espectador juzgue sin ese filtro. No lo sé. El caso es que no acaba de llegar. Y su mayor activo está en las imágenes.
Atención, tengo que avisar, porque ya me ha pasado con varias personas, que no es una película para niños. Se pueden asustar con bastante facilidad. Y no hay la típica historia de amistad tipo "Cómo entrenar a tu dragón" con el tigre. Es otra cosa. Puede que eso haga que os pique la curiosidad y puede que salgáis decepcionados precisamente por lo que he comentado. Steven Spielberg sabe tocar la emoción y a veces se pasa. Ang Lee coge historias emocionantes y no llega.
Abrazos aguados.

carpet dijo...

Si, lo de que no va de hermanamiento tigre-chaval lo sé bien porque leí la novela, aunque algunas televisiones al anunciar la película lo cuenten como tal, de hecho, al menos en el original, es todo lo contrario (así tiene sentido ese final que cerraba el círculo).

Pues es triste lo que dices de la emoción, la novela, y perdón por la insistencia pero el referente literario me parece muy bueno, divide al historia en tres partes bastante diferenciadas, una primera con bastante humor de la vida tranquila de Pi en la India con sus padres y sus inquietudes religiosas, la segunda está narrada con bastante tensión, cercana a la aventura, es su naufragio y la convivencia obligada con el tigre y otros animales, esta parte es emocionante por la epopeya en si misma, llena de tensión narrativa al ser un naufragio bastante diferente a lo habitual. La tercera parte es una inversión casi infernal de la historia, es un atar cabos de forma casi sorpresiva.
Precisamenet leí el otro día que se ofrecio la direccion a nuetros amigo Shyamalan, pero que él declinó porque si no los especatdores acostumbrados a sus películas estarían esperando precisamente esa sorpresa y no les impactaría como debe. En fin, yo no lo llamaría sorpresa a lo Shy precisamente, pero a alguno puede parcerselo.

En cualquier caso si puedo decir que no es una novela contemplativa ni mucho menos y que si puede ser leida por un adolescente, siempre que esté intelectualmente preparado sobre todo para su primera parte, la travesia del naufrago les sería mucho más asequible.

Abrazos con garra

César Bardés dijo...

Digamos que también aquí hay tres partes diferenciadas aunque la última es la que menos peso tiene. La primera está ahí, como bien dices, su vida en la India con los padres y sus panteístas creencias. La segunda, en la cual la película se para, se recrea y se regodea y la tercera, muy breve y la que, en mi opinión, más emoción debería contener.
Esa sorpresa de la que hablas, está casi vista de puntillas, con lo cual se pierde el efecto.
En todo caso, sí, sin duda, un adolescente sí puede ver la película. Estaba pensando más en el sobrino de Dex cuando he hecho ese comentario. Un niño lo pasaría mal e incluso, te diría, que toda la parte mística se haría ardua para un adolescente pero, con oportunas explicaciones, podría pasar.
Las metáforas son algo que no se pillan así como así tampoco. Tampoco sé si eso a un adolescente le acabaría de hacer gracia. Un niño se quedaría a cuadros.
Abrazos con fauces.

Dexter dijo...

Pues tienes razón en que la historia pide emoción a rugidos. A mí desde luego no me ha llegado nadie. Puede que la metáfora resulte incomprensible para un joven y un adolescente pero para un proyecto de adulto como puedo ser yo no son nada sutiles. Al final se queda todo en una sucesión de planos más o menos bonitas pero que defintivamente llegan hasta empalagar con tanta infografía y digitalización. De las dos historias al final yo no me quedo con ninguna. Una película inútil.

Abrazos en un mar de dudas

César Bardés dijo...

Bueno, Dex, pues básicamente estamos de acuerdo aunque parece que tu aire de decepción supera con creces al mío (que también lo tiene). En todo caso, es muy descriptiva tu última afirmación: "Es una película inútil". Estás en lo cierto, tengo que reconocerlo.
Abrazos coincidentes.

Dexter dijo...

Pues sí, a ver, quizá he sido algo visceral - que lo he escrito a las 7,30 de la mañana- pero también con las altas perspectivas con la que iba a ver la película. Acabas ahogándote con tanta filosofía y misticismo, y eso que en estos tiempos que corren un tratado filosófico sobre la fe y la razón no hubiese venido nada mal. En cualquier caso, es lo peor de Ang Lee - incluido "Hulk"- que nunca llegará a las cotas de "La tormenta de hielo" - su mejor película para mí- ni siquiera a las de "Sentido y sensibilidad" o "El banquete de bodas" que le van a la zaga. Y leyendo lo que escribía la semana pasada me río. Pues imagino esta historia en manos de Spielberg y hubiésemos salido del cine todos cagándonos patas abajo. De entrada John Williams te hubiese metido unas fanfarrias en las escenas de tormenta que nos habrían dejado en el sitio. Por cierto que en la misma peli vi el trailer de "Lincoln" y pinta bien pero entre tú y yo nuestro amigo Daniel, no sé, no sé.

Abrazos dubitativos (again)

César Bardés dijo...

No, no. Entiendo lo de la hora pero creo que tienes razón. Y he de reconocer que, cuando la vi, también pensé que esta misma historia en manos de Steven Spielberg (por cierto, con un tema que entronca bastante con su obsesión por lo divino y la religión) podría hacer que saliésemos con la lágrima gorda si sabe darle con el punto (ya sabemos que, en ocasiones, el amigo Steven se pasa en su intento).
Totalmente de acuerdo en la apreciación de que "La tormenta de hielo" es la mejor película que ha hecho Ang Lee. Y además, creo que con bastantes cuerpos de distancia.
En cuanto a lo de "Lincoln", bueno, entiendo tus reticencias con respecto a nuestro amigo Daniel Day-Lewis que se viene arriba por menos de nada y puede que nos haga un Abraham histriónico y pasado de rosca. Estoy a la expectativa. En todo caso, pinta muy bien, con una ambientación francamente atractiva y con una banda sonora del mentado John Williams que no he resistido la tentación y ya he escuchado fragmentos por ahí. Creo que la favorita de los premios de este año es la película de Steven. Además, con lo que les gusta a los americanos revisar su propia historia...no te digo ná.
Abrazos decididos.

Dexter dijo...

Uf yo he leído por ahí que la que se va a llevar todo lo llevable es la nueva de la Bigelow sobre la captura de Bin Laden que huele a propaganda pro Obama que tira p´atrás. A fin de cuentas, es otra peli revisionista ¿no?

Y Quentin, ¿otra vez campeón de Europa?

Abrazos revisionistas

César Bardés dijo...

Cuidado con la Bigelow porque pareció que hacía algo de propaganda en "En tierra hostil" y su postura fue cuidadamente inocua. ¿Jugarán de nuevo a darle la película a una y la dirección a otra? Es posible. Esperemos acontecimientos que tengo todo en la agenda.
En cuanto a Quentin...tengo muchas esperanzas en su película...pero sí, huele a campeón de Europa.
Y no te pierdas "Los miserables", que la dirige aquel tipo que optó por la dirección más clásica en "El discurso del rey" y que dicen que ha dado en el clavo con el musical basado en Victor Hugo. Ni tampoco a "Hitchcock" que ya sabes que a Hollywood le gusta mirarse el ombligo que da gusto. Aunque es verdad que ésta parece más rezagada. Quizá la de Bigelow sea más oportunista que revisionista. Darán algún premio si la película merece (el estilo de cámara al hombro ya me está cansando del copón, te apuesto lo que quieras a que la operación Osama está ahí pero no se ve ni un pijo).
Abrazos oportunistas.

Carpet dijo...

Bueno, pues me lo estáis dejando claro. Este fin de semana he estado tres veces a punto de ir a verla y he desaconsejado por distintas razones (no con niños, peli sin emoción, algo lenta..) a quien me lo proponía la molestia. Ahora a la luz de lo que leo, me parece haber acertado.

Sin embargo mi interés por ir a ver la Cesc Gay, que me apetece mucho, también se ha ido deshaciendo y el resultado es otro finde sin cine y eso me da más rabia casi. Bueno creo que "Una pistola en cada mano" es posible que la vea el miercoles ( si no me rompen el plan otra vez). Y eso que también le comenté a un amigo que sólo se pirra por las de acción que lo de las pistolas en las manos no tenía porque ser necesariamente literal...

Bueno esperamos tiempos mejores aunque he de decir que a mi la Bigelow no me suele decir casi nada. Y que ver a Hopkins de tio Alfred apetece, casi más que los últimos comentarios morbosos de Tippi sobre él, aunque fueran ciertos.

Abrazos aliviados

Carpet dijo...

Dos cosas:

No se como he conseguido triplicar mi comentario, milagro, milagro.

Y no se ha ido deshaciendo mi intereses sobre la peli de Cesc Gay, sino mis planes de ir a verla, que entre lo mal que escribo y lo que me interrumpen a veces digo lo que no quiero y quiero lo que no digo.

Abrazos aclarantes

César Bardés dijo...

Pues no he ido a ver la de Gay,pero no descarto la posibilidad de ir
a verla. Ya estoy inmerso en una voràgine bastante estresante y es la época peor. Ahora mismo me acaba de llegar una invitaciòn para asistir a la gala de los Premios de la AISGE con el premio a toda una vida para mi maravilloso amigo Miguel Rellàn y me alegro en el alma por él pero estoy tan liado que no sé cómo me las voy a apañar.
El caso es que dices bien lo de la Bigelow, Carpet, que lo que màs ha dicho en su carrera ha sido en "Acero azul" asì que tambièn la espero con una gran dosis de escepticismo.
Abrazos de reojo.

Dexter dijo...

Si es que ¿quién se acuerda hoy en día de "En tierra hostil"? Ni siquiera nos acordamos del morbo de aquella ceremonia en la que miss Bigelow le quitó el Oscar a su ex el Jimmy.

La de Gay pinta muy bien, yo también espero verla el miércoles aunque sospecho que el estreno del lobo el jueves será la de los polis de Gylenhall. Bueno, siempre nos puede hacer un artículo alternativo el Wally, que el anterior, mejorando lo presente, le quedó bastante bien.

Lo de Hopkins de sir Alfred también apetece. Aunque la fórmula también se repite. El año pasado vimos a Michelle Williams convertida en Marilyn en el rodaje de "El príncipe y la corista" este a Hopkins de Hitch en "Psicosis". Hagan apuestas a ver a quién le toca el que viene.

Y muchas felicidades al señor Rellán de parte de un modesto admirador.

Abrazos reverenciales

César Bardés dijo...

Pues también es verdad, Dex. Nadie se acuerda de una película que sì, que no era mala pero que tampoco salía uno del cine con la sensaciòn de haber visto algo epatante,impactante y alucinante.
Que vaya preparando el Carpet su artículo alternativo porque yo, efectivamente, fui a ver a Peña y a Gyllenhaal. Seguro que,por otra parte, dirá cosas más interesantes que las que yo pueda decir.
En cuanto a Hitchcock, bueno,yo espero que sea una historia menos intimista y algo más obsesiva que la de Marylin. Eso sí, no creo que tenga nada de emoción y sí algo de turbiedad, que hay algún adelantado que esperaba emoción con el tío Alfred.
En cuanto a Miguel, no te preocupes, Dex, que él se pasa habtualmente por aquí y,a pesar de su natural modestia,seguro que agradece en privado tus palabras.
Abrazos galardonados.

Carpet dijo...

Pues por supuesto me sumo (cual deporte nipón) a las felicitaciones al maestro Rellán. Y pensando en él y en realidad en todos los actores, a veces me pregunto si cuando hacen papeles en producciones nefastas no les vienen sensaciones tristes sobre algo que deben intuir como terrible.
Los actores deben de comer como todos, claro, y cada uno de nosotros realizamos tareas que nos parecen inutiles, poco edificantes o directamente basura. El problema es que el actor tiene una exposición pública que le señala como partícipe del total sea bueno o malo.
He de decir que hay muchos ejemplos de actores (Rellán es obviamente uno de ellos) que dignifican cualquier cosa que hacen aunque el conjunto tenga baja calidad. De hecho si algo se puede señalar de estos actores es precisamente esa capacidad para dotar a todos los personajes (incluidos los de las malas producciones) de una credibilidad y una seriedad por encima del conjunto.
A mi esa capacidad me alucina, poder tomarse igual de seriamente, o al menos que esa sensación se traslade al espectador, la actuación de "Tata mia" (por señalar el Goya de Don Miguel) o "El bosque animado" como la de "Las aventuras de Enrique y Ana" o "Jaaa...me maten".
Esa capacidad no es factor tan común como se puede pensar entre los actores, un ejemplo perfecto sería Michael Caine que incluso en las peores producciones suele llanar la pantalla e incluso imponer uin cierto distanciamiento del desastre general con esa mirada entre cínica y descreída, pero el contrario, o al menos tal como lo veo yo, sería De Niro que fuerza sus tics para adaptarlos al conjunto y destruye cualquier credibilidad del personaje interpretado hatsa lograr en ocasiones que la película aun parezca peor de lo que en realidad era.n Y pongo un ejemplo. Hay una película que a mi me parece que pudo haberse convertido en una encantadora sorpresa tipo "La princesa prometida" y se queda solo en un grato objeto de disfrute, lo que no es poco nbien es verdad. Se trata de "Stardust", uno de los errores a mi entender es la propia interpretación de De Niro, exagerando en exceso (valga la redundancia) el histrionismo de un personaje ya de por si bastante bufo.

En fin, disquisiciones mias. Y por cierto hablando de "Acero azul" comparto contigo, Wolf, que es lo mejor de la Bigelow, pero también pienso que algún otro le hubiese sacado muchisimo más jugo, al final el film se perdió entre las numerosas cintas de esa época que trataban el tema recurrente del acosador al protagonista. Sin embargo, nunca entendí el desaforado éxito de "Le llaman Bodhi" que a mi me parece una naderia contada casi ccon histerismo.

Abrazos de homenaje

César Bardés dijo...

Por supuesto que ha hecho (y hace) papeles que acepta por interés no meramente artístico. Y además lo reconoce sin ningún problema. Como bien dices, la maestría de actores como él es que son un punto de calidad incluso cuando ésta brilla por su ausencia. De hecho (aunque sé que no le gusta que hable de él, ni mucho menos que le alabe) yo considero que Miguel Rellán es un actor que es un verdadero maestro en dar con el tono que requiere el personaje. Alejado de las estridencias de de Niro, Rellán es sobrio. Sus últimos papeles que le he visto en teatro, en concreto "Al final del arco iris", donde también tocaba el piano; "Luces de bohemia", donde realizaba una auténtica creación en los personajes de don Filiberto y del Marques de Bradomín con ceceo valleinclanesco incluido y en la más reciente "Los hijos se han dormido", adaptación de "La gaviota", de Chejov por parte de Daniel Veronese, son lecciones maravillosas a la hora de introducirse en un papel con el sentido común como arma. Y ése, para mí, es su gran valor como artista. Como persona, ya ni lo digamos. Encantador, elegante y una persona como pocas. Y, sobre todo, un excelentísimo conversador. Creo que lo que más le gusta en la vida es hablar, compartir, rebatir, discutir, asombrarse ante una argumentación brillante y ofrecer un punto de vista inusitado. Ése es mi gran amigo.
En cuanto a lo que hablas de la Bigelow es que, si nos ponemos rigurosos, aún no ha hecho nada...digamos aunque no me gusta la palabra, maestro. "Acero azul" estaba bien, muy bien. "Le llaman Bodhi" es un rollo estético con un tirón adolescente importante. "Días extraños" era un batiburrillo de ideas interesantes que acababa por ser un aburridillo de ideas un tanto delirantes. Y no hablemos ya del auténtico truño que era "K-19". "En tierra hostil", pues, como hemos dicho antes, estaba bien pero sin tiras cohetes de autopropulsión ecológica. Sí, vale. Y no dejaba ningún poso en la memoria, desde luego.
Abrazos agradecidos.