jueves, 13 de diciembre de 2012

SIN TREGUA (2012), de David Ayer

Vale. Soy un director macanudo que quiere abrirse paso en el mundillo de darle a la cámara. Me gusta ese artefacto. Lo muevo como me da la gana. No importa si el espectador piensa que tengo un Parkinson del quince y medio. Total, yo hago la película para mí porque tengo una historia asombrosa. Se trata de la vida de unos policías en el peor barrio de Los Ángeles. Sí, sí, ya sé que Richard Fleischer hizo algo parecido en Nueva York con George C. Scott y Stacey Keach con el título de Los nuevos centuriones pero eso se ha quedado para los carrozas que no movían la cámara más que por encima de unos raíles y eso. Se veía demasiado claro y esos tipos de antes no tenían ni idea.
Pues eso, que cojo a Jake Gyllenhaal, que cuando fui a proponerle la historia, se mostró entusiasmado con su papel de policía callejero e, incluso, me pone algo de dinero para que haga el asunto. Como compañero, Michael Peña, que es un actor mejicano que ya me gustó bastante en aquella Leones por corderos, del vejestorio ese de Robert Redford. Además para darle algo de justificación a mi cámara nerviosa voy a hacer que el personaje de Gyllenhaal sea un tipo que, además de policía, esté estudiando cine aunque paso de mostrar ni una sola de sus clases. Eso lo hago, más que nada, para acostumbrar al público y, luego, me olvido de eso y aunque Gyllenhaal tenga su cámara de aficionado apagada, sigo moviendo el cacharro de lado a lado. Me relamo de gusto pensando que los jóvenes van a flipar y los viejos se van a marear. Demasiado para los académicos. Moderno de narices.
Y allá que voy. Hago un retrato completo de cómo son los policías de Los Ángeles y con qué tienen que bregar todos los días de su vida. Emplean a veces una violencia excesiva, tienen que sacar las pistolas más de una vez, son humanos, se enamoran, tienen una vida, se equivocan, se comportan como héroes, quieren ser más porque, en realidad, lo que más desean es salvar vidas. Detrás de la placa, hay unos tipos estupendos. Se ríen y bailan en las bodas. Beben unas cuantas cervezas bien tranquilos. Les presionan en el trabajo para que hagan bien sus deberes pero sin buscar problemas al departamento. Van a lugares tan sórdidos que harían volver la vista al más valiente. Descubren tramas que parecen propias de países tercermundistas. Reclutan confidentes de una forma que ni siquiera se puede llegar a imaginar Pero no, tíos. Estamos en Los Ángeles. La ciudad más celestialmente infernal del planeta. Y siempre hay una bala dispuesta a buscar a los caballeros de azul.
Así que, si están dispuestos a ir a ver esta película, quédense con mi nombre. Me llamo David Ayer (sin chistes, por favor). Quiero hacer algo moderno, que contenga una buena dosis de denuncia social, que lance una mirada de comprensión hacia ese cuerpo de policía que tantas veces se ha puesto en entredicho, que exhiba unas interpretaciones medio improvisadas, como si fuera un reportaje de Cops pero hecho para el cine. Yo soy la estrella porque pongo la cámara sobre los hombros, bajo el arco del triunfo, bajo las axilas, en la punta de un fusil reglamentario, incluso ya, en el colmo del virtuosismo, hago descansar la vista del espectador cuando los agentes patrullan en el coche y hablan de sus cosas y de sus frustraciones y de sus gracias y de su increíble compañerismo. Me alucino yo mismo de la idea que he tenido. El que no me dé financiación para mi próxima película es que está ciego. Además, que nadie se queje. He metido brutalidad que da gusto. Para que la gente perciba el barril de pólvora que es esta ciudad. Aquí se mata o se muere. Y a menudo solo se muere. Hay policías que se juegan la vida todos los días en la calle y merecen que contemos una historia sobre ellos. Con mi mirada de lince, lo voy a conseguir, tíos. El celuloide es mío. Con dos balas. 

12 comentarios:

Dexter dijo...

Lo ves, Bardés, como nunca nos haces caso y así te va. Yo te recomendaría que para quitarte el disgusto y el sofoco te pasaras por la de Cesc Gay que es una pequeña delicia. No sé si está a la altura de "En la ciudad" o "Ficción", porque aún es pronto para digerirla entre otras cosas pero está en la línea. Da pena que en la próxima edición de los Goya todo vaya a quedar entre tsunamis tahilandeses y blancanieves toreras, y esta y la de Trueba que verdaderamente son lo mejor del año nacional se queden de vacío.

A mí me gustó bastante la peli. No importa que te veas reflejado en uno o varios personajes. El juego para los que tenemos esta edad tan mala quizá consista en ver con cuál de ellos nos identifcamos más. La historia/s está/n muy bien. El diálogo inicial entre Fernández y Sbaraglia te atrapa y ya no te sueltas de la peli en todo el metraje. Los tíos salimos algo mal ya te lo advierto, pero es que en parte nos lo ganamos a pulso. Una buena peli cuyo fuerte está en los diálogos y las interpretaciones de todo el repato (me gustaron Cayetana y Tosar no te digo más). Tenéis que ir a verla. Con dos pistolas.

Abrazos con recomendación

César Bardés dijo...

Sí, sí, si tenéis razón. Tengo que ir a ver la de Gay aunque, ya vamos a ponernos sinceros del todo, va, yo no le profeso esa admiración que vosotros le tenéis por "En la ciudad", sobre todo. Pero sí, me la apunto y a ver si cae. Ya te digo que en estas fechas y hasta febrero, se me escapa alguna porque los premios mandan y hay que cubrirlos pero prometo verla. En cuanto a que los hombres nos lo merecemos...a ver que ya Ridley Scott en "Thelma y Louise" nos ponía a caer de un burro. Por cierto, el otro día leí una reseña de algún friki por ahí que decía que "Thelma y Louise es una de las películas más sobrevaloradas de la historia"...¿machista convencido y además ofendido? Es posible.
A mí lo que me mola es que me digas que te gustó Tosar. Un tío con una fama impresionante y que me parece un actor justito e, incluso, por debajo de lo justito. Seré malamadre...
Abrazos acogidos.

Dexter dijo...

Por cierto que el otro día decías que estabas hasta el moño de lo de la cámara al hombro a propósito de lo de la Bigelow. Y es verdad, ya cansa. Con lo bien que estaban los travellings esos por railes de los vejestorios esos. Ah bueno y "Maridos y mujeres" claro.

Abrazos mareados

César Bardés dijo...

Ya en su momento, cuando vi "Maridos y mujeres" me cansó ¿eh? Lo que pasa es que entendí el recurso para luego fijar bien la cámara en la parte digamos de "entrevista". Y yo no estoy en contra de la cámara al hombro cuando hay una justificación narrativa eventual. El ejemplo más preclaro lo podríamos encontrar en "Salvar al soldado Ryan", pocas películas lo han utilizado mejor. Pero, caramba. El cine es un arte visual y parece que estos atontaos modernitos tienen que ponerse la cámara al hombro hasta para filmar una escena de sexo (no me dejan ver, coño), o para una simple conversación en plano americano.
Ya está bien.
Abrazos sin basca. (Te prometo que en esta película hubo un momento en que me sentí mal en la butaca).

Carpet dijo...

A ver, la cámara al hombro abarata mucho la producción. desde que inventaron el artefacto no necesitas mucho más que un tipo que la sepa llevar con un mínimo de cordura y un tipo que sepa que quiere hacer con ella con un mínimo de sensatez. El problema es que eso escasea, al menos uno de los dos.

Lo peor de todo es que se confunda histeria con tensión, precipitación con ritmo y velocidad con fluidez. No he visto la peli, tampoco la de Gay que ayer tuve día muy complicado (examenes globales infantiles) y no me quedó tiempo ni fuerzas para intentarlo, pero con el trailer ya me basta para coincidir contigo en cada punto del post.
Los batiburrillos han dejado paso a la acción sincronizada, las luchas ya no se coreografian pretenden convertirse en realistas convirtiendo la pantalla en ojo inquieto que nos muestre un vaivén supuestamente real. Yo nunca he sido muy de peleas, pero alguna me ha pillado y te aseguro que normalmente eres bastante consciente de por donde vienen las tortas. Hacia donde van no tanto, será porque yo siempre he solido recibir, que me debe faltar generosidad y falta de dádiva en ese aspecto.

Estoy seguro que es moda pasajera y que las escenas planificadas y los planos, contraplanos, travellings y gruas volveran a imponerse, quedando estos bailes de San Vito obsoletos tan rapidamente como consiguieron relevancia. Ni los más aficionados al cine de acción más entusiasta disfrutan con este tipo de películas que obligan a sujetarte los ojos con los dedos para intentar vislumbrar algo de lo que se cuenta.

En cuanto a "En la ciudad" a mi si me parece una muy buena película, quizá algo falta de ritmo en ocasiones, pero con una sensibilidad para contar que me parece muy por encima de lo que otros pueden conseguir. Como mayor defecto le asigno esa necesidad de hacerlo todo con demasiada naturalidad que a veces consigue el efecto contrario, resultar impostado. Es defecto de no pocas películas, no sólo españolas, recuerdo una francesa que me resultó francamente exaperante hace unos años por la intención de aplicar naturalidad a las situaciones a basse de que varios personajes hablaran a la vez incluso en grupos ditintos (una reunión de amigos creo recordar), con el problema añadido de que las diversas conversaciones simultaneas tenían cierta importancia en la historia. No logro recorar el nombre, pero terminé por zapear y detestarla al unisono.
Es como lo de la camara al hombro pero en versión micrófono.

Abrazos acelerados

Carpet dijo...

Por cierto sobre Tosar, a mi me parece bastante más que un actor justito, quizá no ande muy sobrado de recursos (eso lo reconozco) pero tiene muchisima interpretación en la mirada y eso es una virtud que yo encuentro admirable. Así que ese "duelo" con Darín (que si me parece espectacular) puede dar mucho de si si les miramos a los ojos.

Abrazos fijandose

César Bardés dijo...

Vale,estoy de acuerdo que el mayor saldo en el haber de Tosar es su forma de mirar pero para mí es un actor con un gran defecto: la dicción. Teniendo una voz privilegiada es incapaz de entonar con un mínimo de versatilidad. Su soniquete al final de cada frase es invariablemente el mismo lo cual consigue alejarme de lo que expresa porque consigue eso mismo que tan acertadamente apuntas como el peor defecto de "En la ciudad" como es la impostación. En efecto eso mismo es lo que reprocho a la pelìcula admitiendo que tiene buenas virtudes a su favor.
En cuanto al uso de la càmara al hombro y el análisis que haces pues estoy totalmente de acuerdo con lo que dices acotando tan solo que la moda ya lleva unos cuantos años en boga como para pensar que vaya a pasar pronto. Ojalá sea así.
Abrazos con soniquete,joder.

Dexter dijo...

Yo es que sinceramente no sé que le han visto a Tosar. Me parece un actor limitado de un solo registro que ni siquiera domina bien. En la película de Gay tiene a su favor que es un papel episódico y un tanto alejado de lo que nos tiene acostumbrado. Lo peor de todo es que su duelo particular lo tiene con Darín, y apuesto a que ya sabéis quién gana. Me jodió bastante por cierto que el uno por "Celda 211" le quitara el Goya al otro que estaba sencillamente magistral en "El secreto de sus ojos". Nadie mira como Darín en el cine de hoy. Con un personaje además que llegaba a resultar cansino y quizá era demasiado "fácil" de interpretar.

Abrazos de mirada intensa

César Bardés dijo...

Hombre, es que Darín es Darín. Él es la mirada llena de luz pero triste. Es la mirada de un perdedor que nunca se da por vencido. Es, en palabras argentinas, "la reputa leche". Yo también vi bastante injusto el premio a Tosar estando Darín con una película como "El secreto de sus ojos" en un papel que, bien dices, podría ser bastante fácil de interpretar (jugar a que Tosar lo hubiese interpretado y veréis bastante claramente lo que hubiese salido) pero que él sabe sacar petróleo del mismo.
Abrazos con mirada receptiva.

Dexter dijo...

No, si yo el papel que veo "fácil" es el de Malamadre. El de Darín es todo lo contrario, sutil, casi imperceptible, basado en miradas y silencio, con la palabra justa en el momento preciso. Lo que viene siendo un actor, vaya.

Abrazos aclaratorios

PD: A mí Tosar me gustó en "Te doy mis ojos". Quizá el personaje está muy bien dibujado y realmente el tipo se ajusta muy bien a él, dando miedo pero a la vez causando lástima y patetismo porque viéndolo no puedes dejar de ver que en el fondo es un enfermo.

Carpet dijo...

Bueno, parece que se abrió la veda, jejeje. Voy a seguri defendiendo a Tosar, creo que tiene algo magnético y repito que creo que es su mirada, por supuesto nadie mira como Darín y ahí no hay más que hablar, no intento comprarar a Ben Affleck con Lawrence Olivier...

Pero aun pareciendome Tosar bastante más aceptable de lo que creéis vosotros, tampoco estoy de acuerdo con el Goya por Malamadre porque, como Dex, creo que es un papel muy lucido pero poco complicado, en el que el físico ayuda....es como Mortensen y Alatriste (si se tiene cara de hijoputa como decía Reverte es más facil). No me parece facil el de Benjamín Esposito en "el secreto..." sobre todo porque es precisamente en las miradas donde se define toda al película, la de Villamil, la de Javier godino, la del marido de la asesinada, la del borrachin amigo fiel...es una película que busca la sutilidad continuamente y Darín la utiliza con una maestria incomparable. A proposito recomiendo, si no lo hice ya, que veais "El aura". eso son miradas.

Yo tambioén creo que los papeles iniciales de Tosar tipo "Te doy mis ojos" son superiores a los actuales, recomendaría también "La flaqueza del bolchevique" y el de una comedi, genero en el que no se ha prodigado en demasia como "Inconscientes", una peli menor pero en la que a mi me hace gracia tan al albur de las alocadas ideas de Leonor Watling casi a la manera de la "La fiera de mi niña", con la que resulta incomparable, advierto, salvo en ese aspecto de Hepburn alterando la vida tranquila de Grant.

Abrazos visuales

César Bardés dijo...

Uf, llevo toda la mañana con la idea de contestar y me han pillado por banda y no me soltaban ni con disolvente. A ello voy.
A ver, voy a aclarar mi afirmación porque es cierto que fui muy poco elocuente. Al referirme a la "facilidad" del papel de Espósito en "El secreto de sus ojos", me refería a que es un papel que un actor se enfrenta con ciertas garantías. Otra cosa es la dimensión que le da Darín que es maravillosa y muy, muy difícil. Ahí es donde se nota el trabajo de un actor y Darín lo complica todo con sus miradas, en efecto. La película, muy probablemente, hubiera sido buena de haber otro actor ahí, no sé...podríamos decir así a vuelapluma que Resines, por ejemplo, lo hubiese sacado pero el aire del personaje hubiese sido completamente diferente, y no necesariamente mejor. Ahí es donde entra la famosa expresión "error de casting" que no es que se ponga a parir al actor, sino que sientes que se puede sacar más jugo bajo las miradas de Darín, un actor como la copa de un pino, como también lo es Resines.
En cuanto a Tosar, sigo insistiendo en su aburrido soniquete diciendo las frases. Es verdad, tenéis razón en que sus primeras películas son mejores en cuanto a sus trabajos y que, desde Malamadre, tiene una pátina de saberse reconocido que no me gusta un pelo. Quizá me equivoque pero es lo que parece.
Abrazos diccionarios.