miércoles, 13 de febrero de 2013

BOEING BOEING (1965), de John Rich

British Airways. Aquí encontrará un servicio cómodo, con detalles de alta clase aunque algo discutible en el menú. La elegancia es una de las enseñas de la compañía. Bien es verdad que no hay mucho sentido del humor y se exhibe una falta de personalidad un tanto preocupante pero hallará comprensión, facilidades, un poco de té con hielo, y una indudable belleza no muy rotunda pero con cierto estilo, debajo del uniforme. Hay una ternura que solo se da en las islas británicas, distante pero efectiva y, eso sí, un sentido de la obligación que hará las delicias de todos cuantos se acerquen. No se soportan mentiras. Se agradecen los riñones para desayunar. Se desprecia un tanto al servicio. Más que nada porque, como buena corporación inglesa, no se llega a comprender del todo los esfuerzos de los que sirven. Libertad sí, pero controlada. Frialdad un tanto cuestionable pero eso son pequeños defectos que se perdonan con facilidad. Esperamos que disfruten de un vuelo agradable. Gracias por elegir British Airways.
Lufthansa: Servicio de curvas que desafían a la gravedad con decisión y empuje germánico. El Nachtwurst es lo que necesita todo buen cliente para afrontar las estresantes tareas del día con energía y sin vacilación posible. Se ofrecen tranquilizantes que pueden llegar a ser somníferos de efecto inmediato. Se requieren masajistas de manos mágicas para relajar tanta carne. Las toallas son mínimas pero muy sugerentes. El aseo es importantísimo para esta compañía. Duchas, baños, todo lo que usted quiera. La ternura está añadida al servicio pero hay que encontrarla sacando a relucir el instinto maternal. El viaje será trepidante, único, vertiginoso y limpio. No olviden traer su bolsa con el distintivo de la compañía bien visible. Esperamos que disfruten de un vuelo agradable. Gracias por elegir Lufthansa.
Air France: Delicadeza suma pero solo aparente. Por dentro bulle una compañía que quiere las cosas bien hechas, resueltas y poco estúpidas. Quizá no las halle muy a menudo pero lo intenta. Regalamos un beso por cliente. En el menú, un delicioso soufflé, ideal para reponer fuerzas y dar gusto al paladar. Poca carne y un poco de antipatía sabihonda también. No es fácil vivir en París pero lo peor de todo, la ofensa increíble, es que te echen de tu propia habitación porque un forastero tiene los calzoncillos sobre la cama. Estos americanos necesitarían una buena ración de clase teñida de melindres. Esperamos que disfruten de un vuelo agradable. Gracias por elegir Air France.
Berta, organíceme el menú y no me hable más del aumento de sueldo. Usted es la única imprescindible en esta casa. Tanto vuelo no arma más que revuelo. Y usted…cocina tan bien…tiene tanto sentido del humor…es la doncella perfecta para el apartamento perfecto. Y si no ¿cuántos apartamentos conoce usted con tanta sucursal de compañía aérea? Elija destino, elija. Yo mientras tanto anotaré en la agenda todos los horarios no sea que coincidan estas tres grandes compañías. Love, liebe, amour…ah…eso es lo que necesita todo hombre. Viajar y amar a partes iguales sin moverse de su casita. ¿No crees, Robert?
Desde luego, Bernard. Si lo sabré yo que me acabo de mudar a París y quiero llevar la vida que llevan otros…

4 comentarios:

Dexter dijo...

De París a Berlín, de John Wayne y John Ford a Jerry Lewis, de la comedia al western... me encanta viajar con este blog. No he visto esta película, y no te ofendas, Bardés, pero tengo otras prioridades delantes. No obstante voy a aprovechar la circunstancia para hablarte de "El vuelo" que te prometí un comentario y te lo debo. Yo creo, en efecto, que lo más meritorio de la película es la interpretación de Denzel Wasington, aunque tampoco creo que sea para una nominación al Oscar, creo yo. Pero el tono del film es bastante discreto por ser amable. Zemeckis sigue sin despegar. No comparto en esta ocasión la opinión de Chus, a quien por cierto se le echa de menos por aquí, que desde los conversacines no se te ve el pelo, quillo.

Abrazos de altos vuelos.

César Bardés dijo...

No me ofendo en absoluto, pero es una película estupenda con la que te ríes a gusto. Si alguno de tus temores va dirigido hacia Jerry Lewis, no te preocupes. Está muy, pero que muy comedido. En la línea de lo que es una comedia de enredo con mucha clase.
En cuanto a "El vuelo" pues estoy más de acuerdo contigo que con Chus. El tono del film es discreto, Zemeckis no sabe llevarlo bien con una trama que no se cree ni el potito ebrio y...
¡Vuelve Conversacines! Así que ataos los machos que allá vamos.
El 4 de marzo (aunque lo anunciaré debidamente en el blog cuando ya lo tenga todo atado) estaré con él en Málaga para iniciar la nueva etapa de "Conversacines". Y el primer programa ha decidido dedicarlo a ese gran libro, "best-seller" mundial, manual imprescindible para todo amante del cine y libro de cabecera para quien se precie de ello titulado "El ojo privado". A partir de ahí, volverán las películas y...¿quién sabe? Si todo va bien y sobre ruedas quizá para dentro de unos meses tengamos un "Conversacines" semanal.
Abrazos radiofónicos.

Carpet dijo...

Bueno, yo si tengo ciertos recuerdos de esta peli, pillada en un pase televisivo de antaño.
Y recuerdo que Jerry Lewis hacía un papel bastante menos "Mr. Bean" de lo habitual y algo alejado del que interpretaba junto a Dean Martín, aunque la fórmula pueda parecerse, sustituyendo a Dino por Curtis en el papel de galan simpático, algo sinvergüenza y mujeriego y listo a la hora de salvar el pellejo aunque complique la vida de otros, Lewis no hace de completo tonto torpe.
Y Thelma Ritter vuelve a hacer de su papel una obra de arte, implicando al espectador en las risas y las prisas, en una especie de teatro de títeres en las que desde el sofá juegas a avisar al prota que le van a pillar...

Simepre que pienso en Curtis en comedia y en Jerry Lewis pienso en esta comedia aunque no recordaba ni como se llamaba. Lo que si creo recordar era que era muy teatral, centrada en el apartamento de Curtis como como único escenario y donde se aprovechaba mucho un juego de puertas que se abren y se cierran, perfectamente coreografiado.

Me encantaría revisarla, porque recuerdo divertirme mucho, de hecho siempre que se habla de Curtis y Leigh yo creía que se habían conocido en esta peli, no se porqué. ya he comprobado que no.

Abrazos cómicos

César Bardés dijo...

Aquí Curtis y Leigh estaban ya bien divorciados después de que el amigo Tony se liara con Christine Kauffman en el rodaje en la Patagonia de "Taras Bulba". Tony y Janet se conocieron en una fiesta y luego los estudios los hicieron coincidir en varias ocasiones.
Sí es cierto que la película es muy teatral aunque hay unas salidas a Orly, a la oficina de la United Press donde trabajan los dos protagonistas y a Maxim's con un intermedio taxista pero tiene un ritmo impecable, unos diálogos ingeniosos y resulta todo un gozo verla, sobre todo por el naravilloso trabajo de Thelma Ritter en su última aparición ante las cámaras.
Abrazos enredados