martes, 30 de abril de 2013

IRON MAN 3 (2013), de Shane Black

Debido al puente de mayo originado por la fiesta del trabajo y de la Comunidad de Madrid, vamos a dejar descansar el blog durante unos días. Retomaremos el ritmo habitual el martes 7 de mayo. Hasta entonces, id al cine, hablad con los amigos, dad un beso y vivid. No nos queda mucho más. Abrazos a ellos, ósculos a ellas.

En medio de toda esta ola de adaptaciones de los cómics de Marvel, siempre he pensado que las películas que hablan de esos héroes imposibles, de altísimo código ético, preocupados por la salvación de la humanidad, son mucho más divertidas para aquellos que hemos crecido con ellos desde algún lugar de nuestra estantería. No es fácil adentrarse en las obsesiones permanentes de esos tipos que, por una razón u otra, fueron bendecidos con algún don que les hacía diferentes, seres marginales que aprovechaban esa diferencia para demostrar que cualquiera podía ser capaz de realizar la hazaña de destruir a los más malvados enemigos que en el mundo han sido.
Ahora nos llega la última parte de este hombre de hierro que sigue con algunas de las constantes de la serie pero que, también, peca de sus defectos. Entre los aciertos, no me cansaré de destacar la perfecta adecuación de Robert Downey Jr. a su personaje, la poderosísima banda sonora de Brian Tyler, la atracción que ejerce el super-héroe por sí mismo y la imaginación desbordante derivada de la creación que se supone a un genio tecnológico del calibre del multimillonario y agente del bien Tony Stark. Por otro lado, hay giros ingenuos, que merecerían un calificativo más fuerte aunque son fácilmente disculpables; la actuación de Guy Pearce, histriónica y delirante, es para darle un suspenso cum laude; existe una cierta tendencia a que todo sea demasiado previsible a pesar de la originalidad que se ha impuesto a través de la inventiva del protagonista; y también, tal vez, hay un cierto aire de despedida por parte de Downey que llega a ser preocupante para los que deseamos verle otra vez en acción metido entre hierros inoxidables.
Así, tenemos una espectacularidad en la película que no se puede negar en ningún momento, unos diálogos chispeantes que llegan a arrancar carcajadas de estilo pero también un dibujo plano y sin gracia del malvado de turno que decae por momentos porque por ahí anda Ben Kingsley dando un par de lecciones de drama y comedia que hacen que él sea el auténtico villano. Por otra parte, Shane Black, competente guionista de películas de acción de las cuales podemos recordar El último boy scout o Arma letal, dirige con oficio, con seguridad en las escenas trepidantes en las que se ve envuelto el hombre de hierro, sabiendo lo que se hace y equivocándose solo en uno de los enfrentamientos, tal vez movido por el deseo de ofrecer algo diferente a lo que había hecho hasta el momento a lo largo de la película.
Por lo demás, entretenimiento de buen nivel aunque, sin duda, la mejor de la serie sigue siendo la primera y teniendo en el recuerdo la estupenda experiencia de Los vengadores, citada varias veces y vital para entender esa última sorpresa que se guarda Black en la manga después de los títulos de crédito finales. La gente sale satisfecha pero mucho más si se ha sido espectador de las dos primeras o lector asiduo de los avatares del hombre de hierro, un hombre que, más allá de tener el corazón roto, se dejó rodear de sus propios demonios para renacer, para darse cuenta de que la vida era mucho más que luchar por ella porque, a cada minuto, nos pide que la vivamos. Hay un estupendo sentido del humor que planea sobre todas las situaciones que no hacen más que beneficiar la narración. Más que nada porque el hombre de hierro (como así se llamaba originalmente en los cómics) es imprevisible en sus ataques pero aún lo es más en sus salidas de tono y en sus ironías medidas. Yo, la verdad, me siento mucho más seguro desde que han decidido llevarlo al cine. Tenía miedo de que, algún día, pudiera despertar para darme cuenta de que él, el gran tecnólogo, el tipo valiente y descreído, no era real. Durante algo más de dos horas, lo ha sido y eso me basta. 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Perfecta definición de lo que es y debe ser una película de entretenimiento. Pues ni más ni menos que eso, entretenimiento. Por mucho trasfondo pseudofilosófico que se pretenda dar al personaje y a la historia - es lo que me carga del Batman nolaniano- siempre quedará eso. Lamento no compartir con vosotros la devoción al cómic, aunque sí, como ya comentamos, a "Los vengadores". Y ahí si que no vi cierto aire de despedida de Robert Downey del personaje. Me sorprende que lo digas. Con Ruffalo de Hulk eran los mejores.

Feliz minipuente. En cuanto a lo de "El último boy scout" ya hablaremos tú y yo en casa.

Abrazos preventivos

César Bardés dijo...

Es posible, no tengo información todavía de ello, que Downey sí que siga siendo el hombre de hierro en la segunda parte de "Los vengadores" pero, desde luego, aquí ensaya una despedida en toda regla. Desde luego que él y Ruffalo eran los mejores de "Los vengadores", ellos eran el principal sustento de la película. Y en su propia franquicia, Downey sabe darle una entidad al personaje que es encomiable.
Para terminar una frase de "El último boy scout".
El malo malísimo, con una navaja al lado de la cara del bueno y con una cara de sadismo que tiene hasta aliento:
- Quiero verte sufrir.
El héroe, sin inmutarse contesta:
- ¿Sí? Pues cántame un rap.
Abrazos cínicos.

Anónimo dijo...

Esa no era de "Luz de luna"?

Abrazos escépticos

César Bardés dijo...

No. "Luz de luna", además, era mucho más amable.
"Si me tocas, te mato". Y sin armas, va y lo hace.
Abrazos asegurados.

Carpet dijo...

Yo aún no he visto este "Irónman 3" (maldito corrector automático,como si yo no fuera suficiente para equivocarme solo). me apunto aunque las referencias que tenía no eran muy buenas, varios escalones por debajo de las dos primeras, me dijeron.
en cuanto a "Los vengadores",ya lo comentamos en su momento y estoy de acuerdo con lo de Downey y Ruffalo que destacaban individualmente de un todo muy espectacular, pese a los lastres del parte del resto del casting.

y por añadir algo al tema "El último boy scout", a mi me parece una película muy infravalorada donde lo peor es Damon Wayans, pero aparte de que sale hale berry muy guapa ( como siempre) y muy jovencita, tiene ese aire a cine negro cargado de cinismo llevado alos 80/90 que es un gustazo.

esos diálogos cargados de frases espectaculares son magníficos.

"vaya, pero si es Shelley Marcon"
Cuidado hijo, sólo mis amigos me llaman Shelley"
¿Tienes amigos?,¿Desde cuándo?

Arriba o abajo?
Vamos Joe, somos amigos desde hace tiempo
Si, hasta que empezaste a tirar Ami mujer. ¿Arriba o abajo?

Hay un nuevo invento, la cuchilla de afeitar.
Muy peligroso, podría pensar en usted y cortarme las venas.

Estoy a dos metros de usted, puede que llegue o puede que no, pero si vuelve a llamarla puta saldré de dudas...



En fin, una gozada...


Abrazos con retranca

César Bardés dijo...

Tanto como varios escalones, no. Sí un poco por debajo pero sin desmerecer en absoluto. Inferior a "Los vengadores", sin duda. Pero que está bien, oye, que da lo que pides y listo.
En cuanto a "El último boy scout", a mí es una película que me gusta bastante. Ligeramente lastrada por esa obsesión ambiental que tenía Tony Scott y, sin duda, por Damon Wayans. Lo demás todo muy en un tono cínico que merecía mucho la pena.
Esos díalogos...fueron de lo mejorcito que se hizo en esa época.
Perdona el retraso, es que me quieren tanto que no me pueden soltar.
Abrazos exploradores (de boy scout, no vayas a pensar mal).