martes, 28 de mayo de 2013

EL MAESTRO DE ESGRIMA (1992), de Pedro Olea

Don Jaime de Astarloa, reputado maestro de esgrima, caballero de una época que ya está más que sobrepasada, solitario encubierto tras una vida de aparente orden, tiene muchos secretos guardados en la cazoleta de su espada. Un golpe secreto, magistral, que solo enseña a sus alumnos más aventajados y que revela la increíble destreza de un hombre que ha dedicado su vida a las armas y a mirar la vida a una prudente distancia. A su alrededor, la España de siempre, confusa, furibunda, airada, inútilmente revolucionada, intentando hacer caer la monarquía aburrida y promiscua de Isabel II. Aún así, don Jaime no se inmuta. Ni siquiera opina. Él solo tiene la compañía del más noble acero, la esporádica gracia que le provoca Agapito Cárceles, un tipo que cree que todo el que defiende la corona merece la guillotina al más puro estilo francés y que se proclama incorruptible cuando solo es un hombre más. Con eso basta. No necesita de ágiles movimientos de cintura para sobrevivir porque sabe que es el último de una estirpe. Sabe que el golpe final vendrá con la inevitable vejez.
Pero don Jaime se equivoca. El golpe final siempre viene del mismo lado. Una mujer aparece, misteriosa y enigmática, y don Jaime se apresta a enseñarle todo cuanto sabe. Pero él no está preparado para la defensa. Esa mujer le atrae, le seduce aunque su comportamiento en ningún momento deja de ser el del caballero que siempre ha sido. Y esa mujer, esa tentación escondida en pudorosos velos, le arrastra a tomar partido en la turbulenta situación del país. Tiene que decantarse, tiene que defender a los pocos amigos que le quedan. Tiene que tomar el acero en una época de pólvora y estampido. Don Jaime, en el fondo, sabe que, haga lo que haga, el resultado será la derrota.
Así, se tiene que enfangar las manos intentando descubrir el asesinato de un amigo, de un hombre mujeriego pero que posee secretos vitales para la política española. Malditos políticos que obligan a tomar decisiones que corresponden a otros. Maldita vida que, en un giro genial en tercera posición de defensa, obliga a batirse en duelo con una espada de entrenamiento. Y no hay más. Se trata de demostrar, una vez más, que se ha sido el mejor con el acero en la mano y que la estocada final, la definitiva, no solo ciega sino que rompe el corazón acomodado de don Jaime. Pobre España. Pobre época.
Basada en una novela de Arturo Pérez-Reverte y con un reparto que incluía nombres como Omero Antonutti, Assumpta Serna, José Luis López-Vázquez, Joaquim de Almeida, Alberto Closas y Miguel Rellán, El maestro de esgrima es una película que dirigió con extremada pericia Pedro Olea al tenérselas que ver, con un presupuesto ínfimo, en medio de una ambientación difícil y de una historia que siempre suele repetirse. Por eso, quizás, ha caído demasiado pronto en el olvido, porque nos recuerda a cada paso los errores que ya hemos cometido. Y a nadie le gusta que le digan que hemos tenido la mala costumbre de estar equivocados. El cine habla para recordarnos la Historia. Con mayúsculas.

6 comentarios:

Carpet dijo...

Como ya comentamos esta película es la mejor adapatación de las novelas de Reverte y eso en pricipio es poca cosa habida cuenta de algún otro fiasco en esta cuestion. Sin embargo, la película es notable aunque no sobresaliente, creo que la historia de Reverte pese a llevar femme fatal incrustada es algo fria y la película se resiente de ello, tanto que ni Omero, ni Asumpta son actores que transmitan mucha pasión sino todo lo contrario.
La película se ve con gusto pero con algo de falta de emoción...había un detective que la buscaba y la encontró donde no lo esperaba...así que a lo mejor el problema es mio.

Abrazos y no sablazos

César Bardés dijo...

No, no, estoy bastante de acuerdo con lo que dices. Es notable pero no es sobresaliente. Y su condición de notable viene porque llega a ser una historia de intriga bien llevada y de interés ambiental porque Pedro Olea, de verdad, es que no tenía ni un duro para hacerla y, desde luego, hace virguerías.
Es cierto también que tiene algo de fría y te diré una de las razones fundamentales para que eso sea así: está doblada. Parece que a Olea no le gustó nada el acento que sacaban tanto Antonutti como de Almeida y se dobló toda la banda sonora, dándole un cierto aire de lejanía a toda la historia. Bien es verdad que, no es porque sea mi amigo, pero Miguel Rellán está fantástico como ese anarquista airado que se corrompe como el que más.
La falta de química entre Antonutti y Serna...mira, yo creo que ahí es algo deliberado. El personaje de don Jaime de Astarloa se enamora de una mujer que sabe que jamás le va a querer. Hay una escena, no sé si la recordarás, en la que ve cómo ella se asea y se perfuma antes de vestirse para practicar y ahí hay una mirada de Antonutti de deseo, sí, pero creo que es de deseo inalcanzable. Es una mujer fascinante, bella, misteriosa pero terriblemente lejana para él. Creo que es la frialdad propia de una época que se acaba frente a una nueva plagada de revoluciones, repúblicas y agitaciones. El problema no es tuyo, Carpet. En absoluto. Aún así, me parece un intento notable, bien adaptado y, además, con un cariño muy acentuado en lo que se hacía. La pasión en esta película está en la punta de una espada.
Abrazos con florete.

Anónimo dijo...

Leyendo tu artículo me he acordado de la frase que cierra "Alatriste": "Cuenta lo que fuimos" (de lo mejor de la película, está bien ambivalecia del "cuenta" como segunda persona del imperativo y tercera del presente de indicativo). No es que Pérez Reverte sea mi autor favorito, pero al menos tengo que reconocer que su literatura entretiene, lo cual no es poco. Para mí su mejor novela es "El pintor de batallas" y todavía no ha sido llevado al cine.

También tengo que reconocer que no ha tenido demasiada suerte con el cine. Y sus textos tienen un potencial cinematrográfico importante (no digo que escriba para que sus novelas se adapten, tal vez sea un proceso inconsciente). Desde aquel desastre llamado "La carta esférica", a la fallida y mil veces comentada por aquí "Alatriste", pasando por ese proyecto frustrado llamado "La reina del Sur" -un buen libro- que de película con Salma Hayeck y todo se quedo en serie de televisión mediocre.

Abrazos con un narcocorrido de fondo

César Bardés dijo...

Tampoco es mi autor favorito. Ahora bien, hay que reconocer que la "cultura bienpensante" ha renegado de él más que nada porque se ha atrevido a hablar de nuestra historia (ahí es nada), llegando a decir, un reputado articulista, que "Alatriste encierra todo el ideario político de José María Aznar", lo cual me parece un desastre de opinión, de análisis y de artículo partidista. Tengo también que reconocer que a mí su literatura me entretiene y me gusta aunque, desde luego, tiene obras mejores y peores. Desde luego, "La carta esférica" (una suerte de inspiración sobre "La isla del tesoro") fue un desastre desde la misma elección de su reparto. En cuanto a "La reina del Sur" (esta vez mirando hacia "El conde de Montecristo") merecía una película con sus dosis de violencia y con una carga sudorosa que, desde luego, la serie ni llega a ser mediocre, es directamente mala.
De acuerdo en que, como novela, "El pintor de batallas" me parece lo más literario que ha hecho y que llega a ser, por momentos, emocionante. No habría que olvidar que también se adaptó "Territorio comanche" que, psé, no estaba mal aunque tampoco era para dar gritos de júbilo. Bien Imanol y bien Carmelo, eso hay que reconocerlo. La adaptación de Polanski de "El club Dumas", no estuvo del todo mal aunque creo que se perdía algo en disquisiciones que no venían mucho al caso con el fin de darle a la película un sello propio del autor de "La semilla del diablo". "Cachito" me parece que no está mal (basada en su relato "Un asunto de amor") y que tiene un buen reparto con Jorge Perugorría haciendo creíble su personaje. Desastrosa fue "Gitano", en la que participó como guionista, y, desde luego, aquella serie que pasó sin pena ni gloria y con un reparto de ensueño que pocas veces ha sido más desaprovechado en "Camino de Santiago".
Creo que él ha cometido también errores agarrando mucho los derechos y vendiéndolos después a los menos indicados. Recuerdo que "Alatriste" fue objeto de negociación con Joel Silver que pretendía que el protagonista fuera...Robert de Niro...Teniendo en cuenta que fue hace ya algunos años y que Bobby sabe algo de espadas (recordemos "La misión")...no pintaba nada mal. Pero él no quiso porque creía que la producción debía ser española.
Abrazos con ruido de aceros.

carpet dijo...

Yo no estoy de acuerdo con que Polanski hiciera una película pasable. Había mucho en la novela que prpoponía material para hacer una gran adaptación, de hecho el personaje de Lucas Corso daba para tanto que Johnny Depp (o Roman) desaprovecharon en exceso y quedó como un tipo despistado al que le suceden cosas...de hecho, la Irene Adler de Arturo personificada en la Emmanuelle Seigner de Polanski es un desacierto brutal, amen de pasar por alto toda la trama de Los tres mosqueteros para quedarse casi en exclusiva con el tema satánico. Lo mejor de la fuunción, ademas de Langella, la estupendisima Lena Olin.

A mi no me extraña que tras esta adaptación prefiriera una versión española de Alatriste.

En cuanto a lo de Reverte y su pensamiento es una muestra más del cazurrismo hispano, del sectarismo y de la necesidad de etiquetar para saber si gusta o no.

A mi no me gusta demasiado Reverte por dos cosas...creo que resuelve sus finales rematadamente mal en casi todos los casos y siempre te apasiona mientras lees la historia para acabar decepcionado de forma habitual (Mendoza es otro especialista en no terminr de cerrar bien sus libros). El otro defecto es que es demasiado puntilloso a veces y se documenta tanto que termina por apabullar al lector con datos demasiado específicos.

Abrazos incunables

César Bardés dijo...

La película de Polanski yo la veo aceptable sobre todo en el primer tercio. Luego, te doy toda la razón. Yerran en el desarrollo de la historia, la elección de Emmanuelle Seigner es terrible y la omisión de "Los tres mosqueteros" es un error de bulto. Estoy de acuerdo en que lo mejor de la función es Langella y Lena Olin.
En cuanto a lo demás, pues qué decirte. El cazurrismo hispano y la necesidad de imponer etiquetas es algo que me reviente, me pone a doscientos mil y además me coloca en inferioridad de condiciones a la hora de discutirlo porque, en ocasiones, hasta se me notan las venas del cuello.
Creo que en lo de los finales...bueno, te voy a decir que sí y que no. Es verdad que tiene finales que no acaba de rematar (el de "La piel del tambor" es uno de ellos) pero tiene otros que son muy buenos, muy tendentes a la introspección quizá. Pero me gustan mucho algunos, como el final de "El oro del rey", o de "El caballero del jubón amarillo", o fuera de Alatriste, ese final heroico y tremendo de "Cabo Trafalgar".
En cuanto al puntillismo documental, a mí no me molesta. Si fuera así, estaría muy, muy molesto con Umberto Eco en "El nombre de la rosa" y no es el caso.
Abrazos monacales.