martes, 24 de septiembre de 2013

M.A.S.H. (1970), de Robert Altman

Atención, atención: la guerra no es cosa de broma pero hay unos cuantos galenos que se la toman a chota. Más que nada porque huir del horror siempre es sano. Tanto como hacer una carnicería en el quirófano con las vísceras de un soldado o poner un micrófono indiscreto para desvelar las perversiones del beato y el furor uterino de la oficial amante de las ordenanzas y del orden. Al fin y al cabo ¿qué es la vida? Es un continuo paseo hacia la muerte. Si en el camino te tomas unos cuantos Martinis bien secos, corrompes a un jovencito surcoreano, te pasas unas delicadas vacaciones en Japón con el pretexto de sacar un trozo de metralla al hijo de un Senador de los Estados Unidos y tienes un jefe que es un ejemplo de no intervención, pues eso será lo que te lleves. No hay nada más bonito que intentar ligar en una tienda de campaña, o levantar la falda de la tienda de las duchas para comprobar si, efectivamente, la enfermera-jefe se tiñe el pelo o no. Todo acabará en una ovación, en un montón de risas, en unas cuantas copas bien servidas, en un cachondeo irreverente y en una canción que repite una y otra vez que el suicidio es menos doloroso.
Y es que, a ver, por mucho médico que se sea. Jugar al golf relaja. Ver una película de Victor Mature, también. Bromear mientras se demuestra lo que se sabe en medio de una operación, es lo suyo. Ir a una casa de geishas a cuenta de un coronel…bueno, eso es una pequeña distracción. Todo por la patria pero sin la patria. El mundo entero sabe que la uve de la victoria se marca con las piernas abiertas y no con los dedos separados. Los dedos bien juntitos, ya se sabe por qué.
Ah, bueno, también está el dentista llamado “Sin dolor” y que tiene un equipamiento de primera clase y no precisamente para sacar muelas. Para ello, se monta una última cena estilo Da Vinci y así se hace sentir incómodo, una vez más, al páter, que nunca sabe qué hacer y dónde ponerse. Caramba, si incluso se mete en el quirófano para ver si se le necesita aunque nadie le haya llamado. Eso sí que es servicio. Luego vendrán los partidos de fútbol americano aprovechando que hay un par de médicos, “Okay” Pierce y “Trampero” McIntire, que saben algo de darle al balón ovalado. Se llama a otro neurocirujano que fue profesional y ya se sabe…dinero al canto, juerga asegurada, enfermeras, bebidas y la guerra a tres millas de allí. En el fondo, es una crítica pero bañada en una sonrisa llena de mala leche.
Robert Altman consiguió un éxito sin precedentes con esta película, sobre todo gracias a la colaboración de dos actores que sintonizaron a la perfección con lo que él quería como Donald Sutherland y Elliott Gould. Hay que reconocer que los enredos y los líos tienen otro sabor detrás de sus sonrisas socarronas, profesionales y cínicas. La guerra también es una chica a la que hay que ligarse y ellos lo consiguen sobradamente. Con muchos personajes alrededor, con mucha mirada desencantada, con el bisturí sacado.

7 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Bueno no está mal esto de visitar los clásicos de vez en cuando de nuevo. Qué divertida pelícual y sobre todo que irreverente, en tiempos esto del politicamentecorrectismo es un film impensable, o denuncias o aclamas, pero no te rias de las cosas serias.
A mi la serie televisiva no me gustó nunca, tal vez por que me gustaba más la "Morritos calientes" de la peli que la de la tele.

Gran peli, gran director, así si se hacen las cosas. Es curioso la de comedias que ha dado la guerra.

Y no incluyo entre ellas a "Guerra Mundial Z" que no sé si será comentada o no en este sitio de culto (bueno, el titular del blog es culto, al menos).


Abrazos poco marciales.

César Bardés dijo...

Hombre, Carpet, ya sabes que en septiembre me pongo al día y por eso hay que poner una pequeña sobredosis de películas de estreno. Esta semana ya me actualizo y "Guerra mundial Z", efectivamente, la dejamos para mañana. En todo caso, en este blog siempre ha habido más sitio para el cine clásico que para el de estreno y la semana que viene ya recuperamos el ritmo habitual de clásicos.
Estoy de acuerdo en que Sally Kellerman tenía su buena dosis de morbo que la hacía mucho más apetecible y la serie se me antojaba más plomo. La película es lo que tú apuntas: Irreverente, no se toma nada en serio, bien interpretado, con un guión recio que solo se desploma con el partido de rugby (más al lado del "Slapstick" que del tono paródico que ha dominado hasta el momento). Altman ya se sabe, muy irregular, pero muy dotado. Era capaz de hacer esto y de hacer algo intragable como "Kansas City" o una que, incomprensiblemente, ha quedado como de las mejores suyas pero que yo aborrezco como es "Gosford Park".
Gracias por el piropo de "culto". Ahora te tengo que dejar que voy a cortarme el perejil de los oídos.
Abrazos muy pícarescos.

CARPET_WALLY dijo...

Bueno sobre Altman es cierto lo que dices, era muy capaz pero...Lo cierto es que tras "MASH" poco más que "El largo adios" con Gould-Marlowe, una película que a mi me gusta bastante. pero a partir de ahí, salvo "Nashville" se pasó todos los 70 y 80 haciendo chorricine con muy poco nivel, pero de pronto en los 90 salta con "El juego de Hollywood" y "Vidas cruzadas" (ambas grandes pelis, cierto) y se convierte en un maestro idolatrado por cinéfilos del mundo entero. Y claro, a partir de ahí ya se sabe, si es de Altman es genial, salvo que salga Richard Gere, claro, que entonces se puede denostar y sin embargo a mi "El Dr. T y las mujeres" me gusta mucho.

En fin, ya sabemos como son los críticos, o algunos de ellos.

Abrazos cruzados

dexterzgz dijo...

Pues a mí de la primera época de Altman también me gustó mucho una que vi hace poco que se llamaba "Los vividores". "El largo adiós", pelicula que descubrí gracias al dueño de esta santa casa también me gusta un montón. En cambio esta "Mash" la volví a haber hace ya un tiempo y ya noté que se había quedado un poquito vieja.

Luego lo que dice Carpet, vacío. Hasta que llegan "Short cuts" y "The player". Pero también Altman después se pasa de frenada, de espíritu libre e independiente y hace bodrios como "The fortune cookies" que a mí me parece muy espesita. Eso sí, la última, la de la radio con Meryl me parece una delicia.

Abrazos countrys

César Bardés dijo...

Pues a mí "El doctor T y las mujeres" me parece que es una película que está muy bien. Bien es cierto que me parece muchísimo más atrayente por el plantel de actrices que exhibe antes que por Gere pero la película se deja ver bien, entretiene y además tiene su aquél.
Estoy de acuerdo, los críticos son el peor mal del cine. Hay algunos que son pa´matal-los. Menos mal que aún hay alguno que se mide por honestidades y no por maldades.
Yo tengo que destacar, Dex (por cierto, bienvenida festivalera te propino cual organizador de eventos cinematográficos) una cosa rara que dirigió Altman y que se llamaba "El volar es para los pájaros". Sin embargo, aborrezco el Altman que se cree genial y que hace cosas como "Buffalo Bill y los indios" (por Dios, que tienes a Paul Newman) o "Quinteto" (esa fábula apocalíptica incomprensible con un reparto que incluía a Newman, a Fernando Rey y a Vittorio Gassman entre otros y que la entendió él y su mujer porque los demás nos quedamos a dos velas).
En cuanto a "M.A.S.H" sí es cierto que se queda un tanto atrás en algunos pasajes (sigo diciendo que ese partido de rugby me parece una conclusión facilona e, incluso, algo estúpida) y que, a veces, parece que te está diciendo en plena guerra de Corea que te hagas "hippy" que mola más. Pero creo que tiene una enorme vigencia también en algunos de pasajes y con verdaderas secuencias de alta comedia que, aún vista hoy, me hacen reír como pocas películas lo hacen.
Y mira "The fortune cookie" sin ser, ni mucho menos de lo mejor de Altman, no me parece tan mala. Quizá sí algo espesa pero no tan mala. Mucho mejor que esas cosas que él dirigía y que le parecían geniales como "Tres en un diván" con Jeff Goldblum...y ¡Glenda Jackson! o el tremendísimo truño que es "Tres mujeres".
Abrazos "I´m easy" (oscar a la mejor canción ganado por...¡Keith Carradine! en "Nashville").

Enamorado del Celuloide dijo...

M.A.S.H se convirtió en una de mis peliculas esenciales desde el momento que terminé de verla por primera vez. Me agrada decir que, junto con otras, como El Padrino o La Máscara (si, asi de variado mi gusto), son las que me hicieron un cinefilo mucho antes de que siquiera supiera que significa la palabra.

Los personajes se aferran a la comedia para escapar de los horrores de la guerra, y aunque no se pone mucha hincapié en mostrar estos ultimos de forma cruda, Altman se las arregla para colocar alguna operacion en escena que nos cala bien hondo en el subconsciente.

No es la clásica comedia a la que desgraciadamente nos hemos acostumbrado; es ingeniosa, poco convencional, y por ende, desde mi punto de vista, única. Apelando a mi subjetividad de una forma en la que nunca intento hacerlo, no puedo evitar decir que esta, es una de mis películas favoritas de siempre..!

César Bardés dijo...

"MASH" fue mítica para la generación que crecimos en los setenta y, desde luego, fue una parte muy importante. A diferencia de otras películas que proliferaron sobre todo en los ochenta (y también ahora) que se quedan en comedias alocadas y discutiblemente divertidas, no es menos cierto que "MASH" tenía muy poco de convencional. No solo en lo que apuntas con respecto a que los personajes se aferran a la comedia para escapar de los horrores de la guerra, sino que contiene varias cargas de profundidad hacia el ejército en cuestión (recordemos que el contexto en el que se rodó era la guerra de Vietnam, aunque esté ambientada en la de Corea), con un humor muy ácido, muy ácrata aunque también debo decir que la película decae peligrosamente con el partido de fútbol americano donde todo lo dicho anteriormente se derrumba quedándose en un encuentro que bien podría pasar por cualquier comedia universitaria posterior.
En cualquier caso, "MASH" es una gran película, muy descarada y muy cómplice, con secuencias que se han quedado en el imaginario de los que nos gusta de verdad reír con la inteligencia y un punto de gamberrismo.
Bienvenido por estos lares.