jueves, 5 de septiembre de 2013

MUD (2013), de Jeff Nichols

La infancia es esa edad en la que, casi sin quererlo, los sueños comienzan a tomar la forma de realidad pero siempre con la extraña sensación de que la felicidad puede estar ahí, muy cerca, en el siguiente recodo. También es el momento en el que los ojos parecen agrandarse y los sentimientos se agolpan porque se cree en cosas tan simples y tan inalcanzables como la amistad, el amor y la certeza de que todo es posible. El futuro está ahí delante y solo hay que agarrarlo con la suficiente fascinación por él.
Sin embargo, la infancia también es el tránsito inmaduro hacia la desgracia. Todo depende de un hilo que es demasiado fácil de cortar. La estabilidad puede romperse y eso parece el fin del mundo. La primeriza atracción por una chica está sustentada por unos románticos ideales que se forjan a través de la decepción. Y, sobre todo, hay un elemento perturbador de esa edad que se empeña en aparecer una y otra vez para hacer de lo inevitable, una pasada de largo: los adultos.
Por el contrario, hay adultos que se empecinan en conservar la ilusión de una infancia que hace tiempo que se dejó atrás. Los sueños de romanticismo son tan dulces, tan agradables que se hace muy complicado renunciar a ellos para afrontar las responsabilidades propias de la madurez. No es fácil ser niño pero tampoco es fácil ser adulto. Entre otras cosas porque los adultos caen en una enfermedad que se propaga como el fuego. Se llama mentira.
Y así, lo que parece una leyenda se transforma en una realidad, la fascinación por el sueño de la libertad no es más que un fantasma que se aleja río abajo. No queda más remedio que desahuciar esa infancia hecha de sueños y de romanticismos para dar paso al hombre. Ése mismo que sabe que debe haber unos valores para todos los que andamos, convivimos y respiramos. Es hora de bajar de la copa de los árboles e integrarse en la corriente que lleva tanta grandeza como suciedad. La vida es así. Hoy, la decepción. Mañana, tal vez, un guiño para la esperanza. Entre medias, una sacudida brutal.
Jeff Nichols es un director que ya hizo una película notablemente interesante con Take shelter y aquí sabe dar una vuelta de tuerca a las incoherencias del ser humano a través del espléndido trabajo de un reparto al que ha sabido mimar lo suficiente como para extraer lo mejor de él. Nichols no es precipitado, cuenta las cosas con paciencia, construyendo poco a poco el castillo de sensaciones que van a sitiar a sus personajes y los dota de un orden que siempre va precedido de una causa. El resultado es una película sólida, lúcida en su mirada al mundo infantil que tiene que aprender a base de decepciones y de iras, de cariños y ternura. Incluso cuando debe mirar a la personalidad más oscura de todas, hay un cierto trazo de comprensión. Tal vez porque el mundo es un pantano peligroso, lleno de islas y serpientes que se empeñan en cortar el paso a los sueños y, desde luego, en hacer que se elimine todo rastro de inocencia que pueda quedar en los seres humanos. De todas las edades. De todos los pensares.
Crecer, en contra de lo que todos creemos, es una tarea reservada para los héroes. La incomodidad de lo ingenuo es el paso previo a la seguridad del hombre bueno. Aunque, quizás, no todos podamos ser buenos y, de vez en cuando, haya que sacar algo de rabia interior cuando aquello en lo que se cree se vuelve un muro que muerde futuras libertades. Y nadie es libre del todo. Bien que nos hemos encargado de ello. Por mucho que una mentira nos haga salir del paso o por más que la verdad se haya convertido en valor supremo para un niño. Al fin y al cabo, es un gran principio para alguien que tiene que crecer en un entorno que no quiere más que hombres infelices.

4 comentarios:

dexterzgz dijo...

No veas lo que me apetece ver esta película. Que no solo de bicicletas verdes y europeidades vivo yo. De Jeff Nichols me pareció estupenda y tremenda "Take Shelter" con un Michael Shanon colosal. En esta me tiran un poco p´a trás el Mathew y la Resse pero la historia me parece lo suficientemente atractiva como para no perdérmela.

También he leído por ahí que más que una revisión de la obra de Twain es un cruce entre "Matar a un ruiseñor" y "Stand by me". No es mal cruce, vive Dios.


Abrazos sureños

César Bardés dijo...

Efectivamente, "Take shelter" era una película muy inquietante y toda una sorpresa. Shannon estaba ahí fantástico (por cierto, aparece en ésta). A mí tira más para atrás el que apareciese la Witherspoon pero sale poco, gracias a Dios. En cuanto a McConaughey te diré algo. Nunca me ha parecido un mal actor. Otra cosa es que el tipo tendría que cambiar de agente porque los proyectos que acepta son de juzgado de guardia. Yo creo que muy centrado no debe de estar porque es un tío con un físico excepcional y que me recuerda, lejanamente y en los gestos, a Marlon Brando. Lo que pasa es que no sabe dar salida a todo eso. Es algo parecido a lo que le pasaba a Brando cuando se convirtió en una estrella narcisista que intervenía en "cosas" tan discutibles como "La noche del día siguiente" o "Candy". Yo vi a McConaughey por primera vez en "Tiempo de matar" y me sorprendió muy gratamente. Es más, es una película que me gustó y, sin embargo, la han vapuleado hasta la saciedad porque interviene la Bullock sin prestar atención a la historia, que me parece dura y atractiva.
Sinceramente también, lo de cruce entre "Matar a un ruiseñor" y "Stand by me" huele a crítico que no sabe lo que poner. No tiene nada que ver con ninguno de los dos salvo en que son incursiones en el mundo de la infancia. "Mud" es bastante original y, sobre todo, es la mitificación del amor que se realiza a través de los ojos de un niño. Vamos, agarrándolo por los pelos, podemos decir también (por el mero hecho de que está ambientada en el Sur) que esta película tiene algo de "La jauría humana" porque el personaje de McConaughey tiene algo de aquel Redford. Y me quedo tan ancho.
Abrazos sudorosos.

Nacho dijo...

Buenas tardes a todos. Que ganas tenía de veros y leeros por aquí. La verdad es que comparto las ganas de ver esta peli con dexter y también disfruté mucho viendo Take Shelter, lo cual es un poco masoquista porque me provocó un cierto desasosiego verla. Mucho tuvieron que ver los fantásticos actores de aquella, Michael Shannon y Jessica Chastain. Estoy de acuerdo con que Matthew prometía mucho en la época de Tiempo de Matar y Contact, pero cayó en el olvido demasiado rápido, un poco como le pasó a Downey Jr. Habrá que ver si resurge cual ave fénix con la nueva de Mr. Scorsese y con Interstellar de Nolan, también con la Chastain, por cierto.

Saludos afectuosos

César Bardés dijo...

Me alegra verte por aquí, Nacho y sé siempre bienvenido.
Yo creo, precisamente, que una de las virtudes que encierra "Take shelter" es ese desasosiego o inquietud que transmite en medio de un proceso de locura que toma la forma de un tornado parecido a un interrogante y que el trabajo de Chastain y, sobre todo, de Shannon ayudan a esa sensación, yo dirIa, hasta cortante.
En cuanto al bueno de Matthew, yo pienso que no ha sabido dirigir bien ni uno solo de sus pasos. Tal vez tenga que interpretar a un superhéroe con mucha identidad, como hizo Downey, para ponerse en el sitio que le corresponde aunque hay que reconocer que ponerse a las órdenes de Scorsese (bien) o Nolan (me fío menos) puede ser un buen principio.
Saludos aún más sinceros.