jueves, 26 de diciembre de 2013

SOBRAN LAS PALABRAS (2013), de Nicole Holofcener

Con esta deliciosa película, día a día del amor que todos necesitamos, quiero desearos a todos un Feliz Año Nuevo. Que esté lleno de cine, de cariño, de ilusión, de ganas, de que las palabras nunca sobren y las expresiones siempre hablen. La vida está llena de momentos buenos aunque, a menudo, no sepamos verlos. Busquemos esos instantes. Son los que nos hacen personas. Feliz Año Nuevo a todos.

Puede que algún día, en un sitio cualquiera, nos encontremos con alguien que, por alguna extraña razón, sabe hacernos sonreír. Esa química necesaria para iniciar algo se encuentra detrás de una noche y de unas cuantas palabras dichas al azar. Y entonces profundizamos un poco más dentro del océano de intenciones y sentimientos de esa persona, simplemente para ver si coincide con nosotros o, cuanto más sabemos de ella, más nos alejamos.

Quizá esa persona sea divertida, amable, educada y se acerque bastante a la comodidad sentimental que todos buscamos. Está ahí, delante de nosotros y no hacemos más que reír, pasarlo bien, saborear los momentos, encontrar, después de unos cuantos desengaños, la verdad dentro de una pareja. Y nos encanta. Hacemos que la luz del día sea una delicia y las luces de la noche, una suavidad. Hay complicidad. Hay ternura. Hay un deseo nunca pronunciado de que la mañana siguiente tenga el olor de su piel.
Sin embargo, por las razones que sean, llega un momento en que se pierde la perspectiva y entonces comenzamos a fijarnos en las cosas que más provocan nuestro rechazo. Ese gesto que no nos gusta. Esa costumbre que encontramos deleznable. Esa manía que, a estas alturas, nadie va a ser capaz de suprimir. Y entonces viene ese tipo de broma veraz que empieza a hacer herida. Apenas nos damos cuenta de ello. Todo se inicia con una chanza divertida, con una levedad que llega a ser insultante sin ser capaces de ver que, en ese mismo instante, es cuando empezamos a perder a esa otra persona. No nos gusta esa barriga. No nos gusta que juegue con la comida. No nos gusta que se lave de determinada manera ni que esté tan mal acostumbrado que algunas cosas de su vida sean un pequeño desastre a pesar de que la felicidad quiere quedarse.
En ese momento, es cuando no somos capaces de proteger lo que hay en medio de los dos. Sea amor, o un embrión de amor, o apenas un apunte. Y eso es pura cobardía. Lo es porque, en el fondo, estamos intentando cuidar de nuestros propios sentimientos porque ya hemos sufrido mucho, ya hemos derramado muchas lágrimas, ya hemos sentido demasiado dolor y así espantamos el fantasma de la sinceridad, de la comunicación que nunca debe dejar de fluir, de la certeza de que esa otra persona es la indicada para seguir riendo, para seguir sintiéndose seguros, para seguir viviendo.

Excelente película, con un sentido del humor saludable, que nos regala la última interpretación de James Gandolfini, un hombre que tenía el talento en el trabajo y el infierno en la cara y, sobre todo, de Julia Louis-Dreyfus, enormemente expresiva, adorablemente atractiva y conquistadora en todas y cada una de sus inseguridades. Detrás de las cámaras, la directora Nicole Holofcener ofrece todo un repertorio de buen gusto; de palabras bien pensadas que, sin duda, sobran; de miradas relajadas hacia las debilidades de dos seres que buscan el amor como terapia. El resultado es muy agradable, simpático, con acompañamientos notables como el de Toni Collette y Catherine Keener, que completan el cuadro sentimental haciendo que nos sintamos tan irresponsables y tan deseosos de encontrar la felicidad como todos los personajes que pueblan la película y, de paso, disfrutando del enredo que nos propone. Y es que hay ocasiones en las que se nos tendría que haber dado el don de decirlo todo con la mirada para dejarlo todo bien claro. Las palabras son lentas, laboriosas, equívocas y, muy a menudo, traicioneras. Algunas veces, no lo neguemos, vemos a alguien con quien podríamos emparejarnos y nos cuesta trabajo hablar, presentarnos, jugar al interminable cortejo y hacer de las horas un deseo casi nunca alcanzado de conseguir un simple beso. Y cuando ese sonido de amor inconfundible invade nuestros labios, es cuando las palabras tienen que hacer su aparición. 

4 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Feliz año para ti también, lobo. Y feliz navidad que no alcancé a decirlo a tiempo.
Apetece, mucho más desués de leerte, ver esta película tal vez menor, pero que juega con sentimientos superiores. El amor es una palabra que engloba mucho pero que se queda en poco cuando se escribe, se dice o incluso se piensa. Está plagada de momentos, mucho más que de acontecimientos, el día a día, el rato, el instante son mucho más efímeros pero sin duda son mucho más imoortantes. Como titulaba aquel libro de E.F. Schumacher que era(es) casi una biblia para multitud de economistas, "Lo pequeño es hermoso" y sólo así desde lo diminuto se puede construir algo tan grande como es la vida en pareja.

"A veces sobran las palabras", se puede aplicar a la complicidad y a las relaciones humanas, se puede a plicar a muchas cosas, menos a este blog. Aquí no sobran aquí algunos las necesitamos y damos gracias a la forma y el fondo de somo las empleas. Gracias por todo lo que nos has "dicho" en este 2013 tan aparenrtemente aciago.

Que el 2014 nos sigas "ilustrando" en el sentido más educativo del término.

Y que seas feliz, tu, tu familia y el resto de tus lectores.

Abrazos con uvas

César Bardés dijo...

A mí me ha parecido una pequeña delicia, muy vulgar, muy ordinaria (en el mejor sentido del término) pero que juega con la rutina propia de las parejas porque eso es lo que ocurre todos los días. Cosas que hemos hecho toda la vida de la forma más inocente y que, de repente, se convierten en un motivo de crítica que no hace más que poner en evidencia que aquello que has hecho siempre, en realidad, es un motivo de culpabilidad. Y esas cosas, lo sé, son las que van erosionando la convivencia. En la película no es exactamente así porque no quiero descubrir nada pero, desde luego, va en esa dirección en su querer decir. Lo diminuto es lo fundamental, en efecto, para construir una de las obras más grandes de nuestras vidas.
Gracias por tus palabras de elogio, Carpet. Esas son las que animan a seguir, a hablar sin miedo, a decir las cosas sin ningún tipo de vergüenza o, también, de culpabilidad porque, a veces, cuando todo el mundo opina una cosa diferente a ti, hay veces que crees que algo pasa contigo, que tienes que ser tú el equivocado y no necesariamente es así. Las palabras de ánimo que tan sabiamente colocáis de vez en cuando en este humilde blog son las que verdaderamente valen, entre otras cosas, porque no tenéis ninguna obligación de escribirlas y, sin embargo, lo hacéis.
Feliz Navidad para vos también, que sigamos ensanchando miradas juntos y que, también pongas el suelo para que yo me pueda apoyar. Eso tiene más mérito.
Un abrazo lleno de cine y de muchas cosas más verdaderas.

dexterzgz dijo...

Pinta bien la película la verdad. Me dicen y me confirmas que es una historia bien construida y de personajes bien diseñados en torno a dos actores que están soberbios. Que no es exactamente oportunismo, pero que la desgraciada y temprana desaparición de Gandolfini nos va a hacer mirar a la película y al personaje con otros ojos. Espero tener tiempo para cazarla en pantalla grande porque se me acumula el trabajo y estos días no me son propicios para ir al cine. Por si fuera poco me he embarcado estos días en una misión grata pero algo complicada: encontrar la Emoción junto a un detective privado algo redicho y relamido pero que en el fondo parece buen tipo. No sé si la encontraremos, pero por el camino parece que se nos va quedando algo- es bastante escurridiza la tía pero algo te queda. No sé, ya te contaré.

Y en fin, a todos los que leéis esto en estos momentos, feliz año nuevo. Seguiremos en 2014 buscando la emoción y disfrutando de nuestras películas favoritas. Creo que fue Truffaut el que dijo que la película favorita de un cinéfilo era siempre la siguiente.

Abrazos de emoción e ilusión

César Bardés dijo...

Bonito comentario el tuyo,Dex. La película lo merece,y el detective ese que comentas,ten cuidado con él. Es un tipo que solo se encuentra cómodo en la oscuridad,tal vez porque allí es donde se encuentra con la Emoción,aunque,quizás,una buena parte de ella esté en las manos de buenos amigos.
Suscribo lo que dices para el 2014, ojalá la Emoción salga a nuestro encuentro.
Abrazos emocionados.