miércoles, 22 de enero de 2014

UN DÍA EN NUEVA YORK (1949), de Gene Kelly y Stanley Donen

Ya lo decía Stanley Donen en su visión de lo que debía ser un musical: “Música, levedad y romanticismo” y aquí estamos con tres marineros con veinticuatro horas de permiso en la ciudad que nunca duerme. El chico bueno, el chico ingenuo y el chico gracioso. Y encuentran a la chica deseada, a la chica estudiosa y a la chica lanzada. Así, tan fácil como bailar un número inolvidable en un museo o montar un ballet bañado en la ensoñación. Al fin y al cabo, Nueva York es la ciudad donde todo es posible y donde hay muchos taxis amarillos y muchas calles mojadas.
New York  New York, es una ciudad maravillosa, la gente camina por arriba o también por abajo…No hay nada como sentirse joven y vivir. Solo de ese modo una ciudad gigantesca se puede convertir en un inmenso escenario de baile y diversión. Puedes contar conmigo, muchacho, no te deprimas. Nueva York es una caja de sorpresas. Incluso los esqueletos de los dinosaurios se pueden caer al son de una canción prehistórica.
No hay nada mucho más allá de una visión como la que ofrece la terraza del Empire State salvo la alegría de tener en tus brazos a una chica de ensueño, que canta, baila y está dispuesta a correr todo tipo de aventuras en una noche que parece interminable pero que tiene fin al grito de una sirena. Eso es. Sirenas en una bahía. Chicos marineros. El canto es irresistible para estos Ulises modernos que, además, se encuentran con Cenicienta. En el fondo, Nueva York es un embalse de sueños incumplidos y estos chicos…bueno, dejémosles que se vayan con la satisfacción de haber tocado tierra, de haber vivido muy intensamente durante un día entero, de haber probado unos labios que parece que también bailan en sus bocas, de haber hecho que una gran manzana sea un fruto que merece ser probado.
Stanley Donen y Gene Kelly dirigieron su primera película en las calles de Nueva York y sentaron las bases de lo que, más tarde, fue conocida como la Unidad Freed de los musicales de la Metro Goldwyn Mayer. Todo comenzó con una idea del coreógrafo Jerome Robbins para un ballet. Leonard Bernstein compuso Fancy free para proporcionar suelo a esos bailarines y, más tarde, Betty Comden y Adolph Green lo convirtieron en un musical poniendo canciones junto al propio Bernstein. De ahí al cine solo hacía falta el genio coreográfico y ecléctico de Kelly y la elegancia de Donen. De repente, todos nos vimos vestidos de marineros, soñamos con chicas que nunca aparecen, bailamos danzas que solo pueden ser sueños, nos dejamos llevar por una música que oscila entre el jazz y la melodía fácil que puede ser silbada en el metro y, como quien no quiere la cosa, nuestra ciudad pareció ser todo un plató para que nuestros deseos fueran realidad. “New York, New York, a wonderful town…”


6 comentarios:

dexterzgz dijo...

Nueva York es el mejor plató de cine que ha habido y una gran ciudad a pesar de que no se pueda girar a la derecha con el semáforo en rojo.

Este año, unos cines de mi ciudad han tenido una excelente iniciativa - no sé si se hará en otras ciudades ni si viene de alguna cadena. Una vez al mes proyectará en pantalla grande un clásico del cine en versión original. Y uno de esos títulos es "Cantando bajo la lluvia". Ya tengo ganas de ver a Gene Kelly cantar la cancioncilla y estirar el cuello incoscientemente cuando se abraza a la farola y la cámara se eleva hacia arriba (eso lo decia Pumares).

Por cierto espero que fuera ayer bien tu cita con Jasmine. ¿Viste a Nemo en la pecera?

Abrazos bajo la llovizna

César Bardés dijo...

Pues tienes toda la razón. Nueva York es como un inmenso plató interior porque sus calles son tan cinematográficas que todo el mundo se siente como que ya ha estado allí alguna vez antes de ir.
Sí existe una iniciativa parecida, además en unos cines cerca de mi casa, lo que pasa es que son unos careros indecentes. De todas formas, estoy atento a ver lo que ponen porque echo mucho, mucho de menos la vieja costumbre de los reestrenos.
Bien es verdad que yo vi "Cantando bajo la lluvia" en pantalla grande cuando tuve el privilegio de verla por primera vez. Fue en el ya desaparecido Cine Marvi, muy cerca de la Avenida de América, donde mi padre tenía el despacho. Un buen día llegué del cole (yo estaría en cuarto de E.G.B., hoy cuarto de Primaria) y me preguntó si tenía deberes. No tenía y me dijo: "Hoy me voy a tomar la tarde libre si te vienes conmigo al cine". Como no tenía que insistirme mucho, le acompañé y me llevó a ver "Cantando bajo la lluvia" ni más ni menos. Mi padre no era de tomarse tardes libres por las buenas, ni mucho menos. Creo que, conmigo, lo hizo dos veces en su vida. Una para ver "Cantando bajo la lluvia" y la otra para ver "Fantasía". Le encantaban.
En cuanto a mi cita con Jasmine fíjate si fue bien que el martes que viene tengo que volver para sufrirla un poco más. Eso sí, ya es por la mañana y, si Chus lo tiene previsto, podré participar en el debate. Ahora apenas puedo hablar. Tengo dolor en el carrillo y la impresión de que tengo una pelota de golf en el lado izquierdo de la boca. Nemo no estaba pero sí Ingrid Bergman...
Abrazos silenciosos.

dexterzgz dijo...

Lo que yo te decía, puro Jonah Hill

Abrazos alucinógenos

César Bardés dijo...

Me has descubierto. Me encanta que me compares con ese gordo seboso, vicioso y sin medida.
Abrazos grasientos.

CARPET_WALLY dijo...

Pues "Cantando bajo la lluvia" yo la vi en...¡¡¡el parque de Atracciones de Madrid!!!. Antaño en el teatro ponían cine, o actuaciones en directo (también vi allí a Aute o a Barón Rojo) gratuitas. Bueno gratis, no...que las entradas al Parque ya costaban lo suyo.
No era el mejor sitio para verla, casi como un cine de verano con gradas de piedra, pero disfrute como un enano (que es lo que era por otra parte).

En realidad Donen a mi me parace un tipo a reivindicar, dificilmente te lo pasas mal viendo una peli suya...y luego tiene alguna peli que no se las considerará obras maestras pero a mi me parece geniales: "Charada", "Dos en la carretera",...

Por decir, yo he puesto dos de Donen (en dos apartados distintos) en el cuestionario conversacinero...

El otro día reví también "Un americano en París" y Minnelli mola, pero no es Donen ni de lejos. O al menos a mi me deja mucho más frio.

En cuanto al dentista, si lo ves chungo recuerda a Tom hanks en "Naufrago"...si tienes a mano un patín de hielo...


Abrazos sin Txirimiri

César Bardés dijo...

Claro que Donen es uno de los grandes maestros. Es cierto que es un tipo que está un poco olvidado (aunque sea, quizá, el último gran maestro vivo) y, es más, las dos películas que citas, "Charada" y "Dos en la carretera", me parecen simplemente magistrales.
El caso de Donen y Minnelli no solo fue una rivalidad artística, también lo fue en el apartado profesional. Arthur Freed, de hecho, estaba más a favor de Minnelli y postergó a Donen con "Siete novias para siete hermanos", que se negó a incluirla en su unidad, perdiendo, por tanto, independencia y creatividad (Donen quería nieve de verdad, esperar al invierno, hacer unos números musicales mucho más espectaculares...) y metiendo en su lugar a Minnelli con "Brigadoon". De hecho, un crítico de "Sight and sound" le enseñó a Donen una lista de los mejores musicales de la historia que habían elaborado en su revista. Aunque Donen conseguía colocar a dos, su reacción fue: "Este italiano...siempre cuela cuatro o cinco de las suyas...".
Gracias por recordarme "Náufrago"...precisamente voy al dentista para no pasarlo así.
Abrazos con perspectiva nubosa.