martes, 7 de julio de 2015

SUCEDIÓ UNA NOCHE (1935), de Frank Capra

Estupendo el debate que sostuvimos en "La gran evasión" a propósito de "No toquéis la pasta", de Jacques Becker. Si queréis compartir una noche de champagne, chicas y balas, está aquí.

Sí, querido Peter. El periodismo es viajar muchas noches de autobús y coger las noticias al vuelo. Y, de vez en cuando, por supuesto, derribar unas murallas de Jericó de alguna forma mágica que aún no acabas de dominar por mucho que te hagas el machote y el decidido y el arregla problemas. En una época en que los periodistas son ratas de alcantarilla (recordemos a un tal Howard Hawks que nos habló de una Luna nueva o a otro tipo llamado Lewis Milestone con su primera versión, Un gran reportaje) resulta que tú, en pleno viaje al lado del notición del año, te descubres como un tipo encantador, ético, genial y sensible. Peter, eres una cajita de sorpresas al otro lado de esas murallas.
Sí, querida Ellie. La aventura es atractiva cuando todo está tan solucionado que da verdadero asco. De ahí tus arranques de niña mimada, tus mimos de persona desvalida aunque, claro, te las quieres dar de hija rebelde…cuando con una sola llamada telefónica tienes todo arreglado, sin necesidad de sentirte a la sombra de ese individuo de sombrero de ala ancha y físico imponente y que dice ser periodista. Así solo serás pasto de las habladurías. Pero es que en el fondo te encanta, reconócelo. Te gusta horrores que construya las murallas de Jericó, débil defensa para tu honra, y que las respete. Te vuelve loca que el tipo te coja como un saco para atravesar un riachuelo que a ti te hubiese costado cruzar como si fuera el río Mississipi. Ellie, tú eres la cara corrupta de Peter porque, al fin y al cabo, eres la tentación.
Frank Capra consiguió juntar en una misma película toda la gracia de la comedia romántica, toda la locura de unos tiempos en los que el mundo deseaba reír, toda la agudeza de un buen montón de diálogos de doble sentido y todo el arte de dos intérpretes como Clark Gable y Claudette Colbert que se convirtieron en personajes inolvidables y nos brindó la que, posiblemente, es la segunda de sus grandes comedias, preludio del new deal que tanto alabó y que comenzó con El secreto de vivir al año siguiente de ésta. En cualquier caso, después de una frase tan larga debería poner una mantita para separar las ideas. No sea que la tentación me haga caer en el pecado.

Claro que Capra no deja de meter al millonario de buen corazón, sobrecogido porque, a pesar de que Peter es un granuja en apariencia, es el hombre más honrado que ha conocido nunca. Porque todos vienen al olor del dinero, todos acuden como ratas…y este individuo es una rata pero qué forma de sonreír, qué forma de mantener la dignidad, qué forma de querer demostrando que la honestidad es parte de sí mismo. Sí, señor. El caso es que no solo sucedió una noche pero qué más da. Lo que hace falta es más tipos como Peter, capaces de ser hombres en medio de una jungla de aprovechados. Mientras haya gente como él, siempre habrá una luz de esperanza.

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