lunes, 28 de septiembre de 2015

EL ÚLTIMO GOLPE (2001), de David Mamet

Si queréis escuchar el estupendo debate que sostuvimos en "La gran evasión" sobre "París, Texas", de Wim Wenders, podéis hacerlo aquí.

-         ¿Es duro Joe?
-         Es tan duro que, cuando duerme, las ovejitas le cuentan a él.

Y es que Joe no es un atracador cualquiera. Es un tipo experimentado que se las sabe todas. Se las sabe todas para escaparse de la ley pero también se las sabe todas para que la gente del hampa no acabe por meterle una bala en la cabeza. Son muchos años de oficio, de vérselas con gente que cree que el dinero da la autoridad para decidir sobre la vida y la muerte. Y el único dueño de la vida de Joe es el propio Joe. Por mucho que su mujer, Fran, crea que es mejor darle una lección. Por mucho que el advenedizo de turno intente arrebatarle lo que Joe ha conseguido afanar a base de esfuerzo, de trabajo y de pensárselo mucho. Son solo peones, Joe. El verdadero juego está en la mente.

-         El mundo se mueve por el dinero.
-         Yo creía que el mundo se movía por amor.
-         Sí…por amor…al dinero…

Y Joe lo sabe bien porque el amor es tan efímero como el tiempo en que dura el dinero en el bolsillo. La honestidad, incluso en un oficio de ladrones, tiene que estar en alguna parte. Por eso Joe se porta bien con la gente que trabaja con él y dan lo mejor de sí mismos. Todo tiene que ser un puñetero mecanismo de relojería que viene preparado de mucho tiempo atrás. Cada detalle es importante. Los descuidos son el motivo de que las cosas se vayan por el sumidero. Hace barcos nuevos porque es un armador cuidadoso pero de ninguna manera va a dar su propio barco. Ese no porque es fácil de manejar. No hay que planearlo, hay que hacer que planee…Ese es el concepto de la vida según Joe.

-         ¿No quieres escuchar mis últimas palabras?
-         Ya las he escuchado.

Y es que Joe, cuando la ocasión lo requiere, no tiene ningún problema en ser todo lo duro que sea necesario. Si hay que disparar, se hace y luego se echa el cuerpo por la borda. Si hay que mandar a su mujer para que seduzca el enemigo, se hace y punto. Cuando uno trata de ser inteligente, no tiene que ser melindroso. La gente es lo primero, lo segundo son las consideraciones personales. Y ningún mafioso confeccionador de ropa le va a quitar algo que, por derecho es suyo. Es así de fácil. ¿No paga? No hay problema, el próximo golpe no se reparte. Sobre todo si lo que quiere Joe es retirarse. Bien merecido lo tiene. Ir con algo de oro a algún lugar de la costa de Brasil y echarse al sol.

-         ¿Dónde está el oro?
-         En el corazón de la pureza.


Y encima un poeta. Gene Hackman no podía ser un intérprete mejor para los diálogos de David Mamet. Un último golpe de gran actor. Una última trama de gran guionista y director. Vamos a destruirlo todo, señores. No hay que dejar pistas. Solo el rastro de un corazón que no existe, de un oro que siempre, siempre, se escapa.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Buenas César,

Hace ya unos años que la vi, pero la recuerdo demasiado 'piruestesca' para mal, como al servicio siempre de esa vuelta de tuerca, del más difícil todavía. A mi sinceramente no me llegó a convencer, César.

Otra cosa es su 'House of games', punzante ópera prima, donde pienso que plasmó certeramente el retrato hiperrealista de ese mundo de perdedores (diametralmente opuesto al de 'El golpe').Como me comentó un colega, Mamet posiblemente tomaría la idea de alguna novela negra de Jim Thompson, Elroy, etc. Acá la vuelta (o vueltas) de tuerca la veo menos impostada, más auténtica, y que deja ese regusto de juego diabólico, de juego dentro de otro juego.

Saludos.

César Bardés dijo...

Yo es que no tengo ningún problema con las vueltas de tuerca, no en vano, no he destacado en el artículo en ningún momento ese aspecto, sino la agudeza de unos diálogos que escasean en el cine moderno. A mí sí me llegó a convencer porque me creo la historia, me creo que Hackman esté cansado y quiera dejar el negocio y que se la quieran jugar. Pero es el mejor en su profesión y, tal vez por eso, sea un hombre que tenga en mente todas las posibilidades. Mamet no es un director cualquiera y es muy dado a dar ese giro que comentas en muchas de sus películas. No solo en "House of games" (cierto, una estupendísima película) sino también en "La trama", una película que también juega a la sorpresa pero que me parece netamente inferior a ésta. Al fin y al cabo, la vuelta de tuerca es lo que pide una historia protagonizada por un individuo que, cuando duerme, las ovejitas le cuentan a él.
Un saludo.