martes, 9 de febrero de 2016

EL EXPRESO DE MEDIANOCHE (1978), de Alan Parker

Si tenéis ganas de escuchar el debate que sostuvimos en "La gran evasión" acerca de "Gran Torino", de Clint Eastwood, podéis hacerlo aquí.

 Las irresponsabilidades se pueden pagar muy caras. Basta con ser joven, impulsivo, ligeramente rebelde e ingenuamente viajero. A partir de ahí, cualquier cosa puede pasar. Incluso que acabes con tus huesos en una cárcel infrahumana por llevar una sustancia prohibida que, en realidad, es el pan nuestro de todos los días. Allí, en el agujero más inmundo, también se puede conocer el verdadero rostro de la crueldad, la sonrisa atravesada del envilecimiento, la camaradería con tipos extraños que nunca habrían sido amigos en el mundo exterior, el polvo de un patio infecto, la pesadez de un ambiente lleno de humo. ¿Cuántas veces pasará el arrepentimiento de esa cabeza loca que un día decidió hacer algo totalmente innecesario y reprochablemente tonto? Y luego cada decisión lo empeoró aún más. Tal vez porque la juventud es osada pero también bastante ignorante. Luego los ojos se entornarán con la amargura. La mirada ya no será la misma. La libertad será una obligación, de acuerdo, pero a un precio demasiado alto.
Los bordes de la locura son demasiado afilados y dar vueltas alrededor de una columna dejándose llevar por la corriente humana es el primer signo de estar cayendo por el abismo. La mente se adocena, deja de pensar y se convierte en un mero receptor de imágenes miserables que ni siquiera son procesadas por el pensamiento. Los ojos se hunden en la desesperación porque ya no hay razones para vivir solo se acumulan las que empujan a morir. El ansia por tener cerca la suave piel de una mujer es una tortura estrellada contra un cristal pero enciende la espita para que esa corriente humana que gira obsesivamente de izquierda a derecha sea contestada. La mente se subleva. Se empieza a pensar. Y ya se sabe que no hay nada más peligroso que el pensamiento. Es la peor de las armas. Es lo primero que se debe aniquilar en cualquier atentado contra los derechos humanos. Hay que coger el expreso de medianoche y hay que hacerlo rápido porque no quedan muchas más salidas. Todo ha fallado y los años se han ido sin despedirse, sin siquiera pasar por delante. Solo la desesperación ha sido el signo de la supervivencia. La medianoche se acerca. La libertad sonríe.

Película que causó un tremendo impacto cuando se estrenó permaneciendo tres años en cartel en Madrid, El expreso de medianoche habla sobre el abuso continuado y acostumbrado sobre el ser humano dentro de un régimen que tiene muy poco de demócrata y que confina al olvido y a la humillación a todo aquel que se atreve a saltarse alguna de sus reglas. Esas mismas reglas que en otros países se consideran más tolerables porque, en realidad, son delitos menores que no merecen una reclusión perpetua, ni un asesinato justificadamente lento, ni la lenta agonía de permanecer en un pozo infecto de odio, de egoísmo y de desprecio porque ningún ser humano merece algo así. Quizá por eso, la tendencia natural del hombre sea coger ese expreso que lleva a cualquier lugar del mundo y no a quedarse en la rueda obsesiva en la que muchos se empeñan que permanezcamos. 

2 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Pese a su éxito, he de reconocer que nunca me gustó esta película. También es cierto que cuando la ví (unos 17 años) me impactó tanta angustia y tanta soterrada ( y aveces explicita) violencia que acababa de forma paulatina, lenta pero imparable con la propia humanidad de un pobre imbecil. Tampoco ayudó a que me emocionara el malogrado Brad Davis, un tipo que me daba más una imagen de vicioso peligroso (se especializó luego en ese tipo de papeles antipáticos) que de un pobre chaval angustiado por su suerte.

En todo caso, es cierto que se convirtió en casi una película mítica y Allan Parker pasó a ser considerado un gran director, a mi no termina de encajarme y eso que casi todas sus películas me resultan bastante atrayentes, pero creo que no acabo de encajar con su forma de contar las cosas. Para mi sin duda su mejor película es "Arde Misissipy", pero me gusta bastante también "Birdy" o en su momento "El corazón del angel", sin embargo en sus musicales no me termina de conquistar aunque "The Comminments" me parezca una buena pequeña película.

Abrazos en el locutorio

César Bardés dijo...

Ahora que nadie nos lee, te diré un secreto. A mí tampoco ha sido una película que me llegó a convencer nunca. También es verdad que yo la pillé un poco tarde. La vi en el cine de verano de Colmenar Viejo, en la plaza de Toros, y ya tendría cumpliditos los dieciocho años. Había oído hablar muchísimo de la película y, posiblemente, me levantó tantas expectativas que luego se me quedaron definitivamente cortas. Nunca me gustó Brad Davis (yo creo que ahí el que hace el mejor papel es John Hurt) y nunca llegas a empatizar del todo con el personaje principal sobre todo por lo que tú dices, que no es muy inteligente.
En cuanto a Alan Parker yo también tengo un problema con él. Y es el siguiente. Cuando voy a ver por primera vez una película suya, me encanta lo que me está contando, cómo me lo está contando, su estilo incisivo que no se para en florituras y que va directo como una flecha. Sus temas son atrayentes y dirige con mano férrea para que el rumbo no se le vaya demasiado pero...resulta que, no sé muy bien por qué, sus películas se quedan anticuadas en un pis-pas. Y eso ocurre con "El expreso de medianoche". Revisada ahora, se me ha quedado absolutamente trasnochada en muchas facetas. No así en la que creo que es su mejor película como es "Arde Mississipi", me sigue impresionando la originalidad y la valentía de "Birdy", con "El corazón del ángel" ya no llego a tanto, me impresionó muchísimo la primera vez que la vi y ahora...pues me parece antigua. "The Commitments" me pareció toda una sorpresa cuando la vi. Sin embargo, me gusta muchísimo su versión de "Evita", incomprensiblemente olvidada, entre otras cosas me parece, con mucho, el mejor intento de Madonna en el cine y el mejor papel que ha interpretado Antonio Banderas al otro lado del charco. Me hace mucha gracia, por lo transgresora y esperpéntica que es, "El balneario de Battle Creek". "The wall" me impresionó muchísimo y, nuevamente, se me ha quedado antigua. Y "Fama", que también me impresionó muchísimo cuando la vi, me ha parecido sencillamente superada en muy poco tiempo.
Abrazos sin morderme la lengua.