martes, 16 de mayo de 2017

APOCALYPSE NOW (1979), de Francis Ford Coppola

Si tenéis ganas de escuchar lo que hablamos en "La gran evasión" de Radiópolis Sevilla acerca de "La ronda", del gran Max Ophüls, podéis hacerlo aquí.

 Las hélices zumban en la cabeza del Capitán Willard recordándole que a su alrededor solo puede haber muerte y fuego. Debe de ir allí mismo, al corazón de las tinieblas, a buscar a un hombre al que no se atrevería nunca a matar. Sin embargo, la razón se diluye en las entrañas de una selva asesina que no entiende de razas, ni de sangre, pero sí de agobios y de locuras. Ese viaje, para Willard, será una jornada interminable hacia el mismo centro de la locura, de la sinrazón, del sinsentido, de la nada en la que hemos convertido todo, del todo en el que hemos convertido la nada. El apocalipsis no tendrá que llegar. El apocalipsis es ahora.
Los hombres se arrodillan al paso del Capitán Willard asumiendo su nuevo liderazgo y el horror ha sido el viaje necesario para ejecutar la misión. La visión se nubla ante tanta oscuridad y tanto caos donde se antoja necesario arrasar con todo para que todo vuelva a nacer. Francis Ford Coppola ya dijo que Apocalypse now no es una película de Vietnam, ni es una película sobre Vietnam…Es Vietnam”. Y así se siente el espectador. Atosigado por una cortina de bombas, acobardado por las colinas que huelen a victoria descritas por el Coronel Kilgore (un maravilloso Robert Duvall), extasiado ante el espectáculo del agua salpicada por las bombas y la violencia desatada allí donde ya no llega la Humanidad. Maldito río que llevas hacia el horror. Maldito hombre que eres capaz de edificar el destino de ese río.
Una bala de diamante es disparada entre los ojos del espectador para que éste pueda ver claro, nítido, cristalino, perfecto. El dolor, en muchas ocasiones, se manifiesta de forma brutal, vomitando violencia como antídoto frente al estupor. La vida ya no tiene ningún valor en esa jungla que acabará siendo una tumba para el sentido común. Lo absurdo se viste con su uniforme de guerra y el combate será sin cuartel. Charlie no tiene compensaciones y aún así, sigue luchando por cada palmo de terreno. Los americanos se ahogan en sus propios errores y no les queda más camino que la derrota. Willard es un chico de los recados enviado a cobrar una factura. El Coronel Walter E. Kurtz será el encargado de mostrarle cuál es la ruta del desquiciamiento, a través del horror, de la macabra obra de la guerra, de la certeza de que ya no habrá ningún mañana para los que se atrevieron a mirar a este lado del abismo.

Francis Ford Coppola dirigió esta película porque estaba convencido de una película era capaz de cambiar el mundo. Afrontó múltiples problemas en el rodaje, en principio previsto para cuatro meses, que incluyeron huracanes destrozando decorados, crisis cardíacas para el protagonista Martin Sheen, despido de actores e, incluso, un encargado de montaje que, enloquecido porque Coppola prescindió de sus servicios, le mandaba todos los días un sobre con el negativo original hecho trizas obligándole a rodar de nuevo. Tal vez, Apocalypse now sea la demostración más evidente de que hacer una obra maestra cuesta mucho más de lo que pensamos. No trata sobre el cine, no es del cine…es el cine.

2 comentarios:

CARPET_WALLY dijo...

Que pena Lobo que me pillen estos post cuando he andado desconectadisimo por el ciberataque y la ciberseguridad impuesta en la empresa. Si hay alguna película que me abruma en el cine, es esta. Debería decir que es mi película preferida si es que puede haber una sola. Y no estoy diciendo que es la que más me guste de todas las que he podido ver, que me gusta y mucho, sino que es la película que creo que esta por encima de todos mis posibles gustos.

Es una película tan grande...tan monumental...que me inunda de emociones en cada momento del metraje, risas, emoción, terror, acción, tensión, locura, sensatez, pena, traición, brutalidad, humanidad, espiritualidad,...No, no puedo decir que es la película que más me gusta de la historia del cine, algunas otras me gustan más, me son más apacibles y reconfortantes..."Apocalipse now" es más que todo eso. Es una pirámide de Egipto, es la Alhambra, son las cataratas de Iguazú y el Gran Cañón del Colorado, el desierto del Sahara y la mismísima Antartida.

Lo has definido perfectamente, para mi esta película es mucho más que cualquiera otra...es el cine en si mismo.

Abrazos en barcaza

César Bardés dijo...

Debo reconocer que también es una película que me abruma, que me impresiona cada vez que la veo, que me parece profundamente admirable por el riesgo que conlleva hacer una película como ésta y que es cine, cine del todo, allá por donde mires, lo tiene.
A mí también me inunda de emociones, y de pensamientos, no dejo de pensar alrededor de lo que me cuenta. Y no importa que la haya visto diez o doce veces. Cada vez que la vuelvo a ver, vuelvo a plantearme las mismas dudas, los mismos mensajes y las mismas respuestas. Sí, "Apocalypse now" es más que una película.
Aparte de la conocida anécdota de que fui a verla por insistencia de un primo mío al cine Capitol a pesar de que era para mayores de dieciséis años y yo solo tenía trece y me pintó la sombra de un bigotito para poder pasar por delante del portero, debería decir que algunos años después (sería allá por el 87, seguramente) se anunció a bombo y platillo que "Apocalypse now" sería la película que inauguraría el año 88 en TVE. Recuerdo que estaba invitado a casa de un amigo para la consabida fiesta con amigos (ya éramos todos veinteañeros) y, como yo quería tener la película a toda costa, retrasé mi llegada hasta que comenzara la película para que pudiera grabarla en VHS (éramos poco de poner el reloj, entre otras cosas porque nos fiábamos poco de los horarios televisivos) y esa copia estuvo hasta el 2007 en mi filmoteca, hasta que, con la suerte de cara, encontré la copia original (nada de Redux ni redoblajes) y la compré inmediatamente. Quería tenerla en DVD con la voz de Julio Núñez (Marlon Brando en la película), tal y como se estrenó, tal y como la viví, con mi bigotito pintado y todo. Y ahí la tengo, ocupando un sitio siempre accesible porque, inevitablemente, siempre regreso al río Nung y al corazón de las tinieblas.
Abrazos desde el expediente.