martes, 17 de octubre de 2017

CHINATOWN (1974), de Roman Polanski

Si queréis daros una vuelta y escuchar lo que hablamos en "La gran evasión" de Radiópolis Sevilla alrededor de "Los viajes de Sullivan", de Preston Sturges, podéis hacerlo aquí.

El tiempo siempre acaba diciéndonos dónde vamos a terminar. Puede que incluso terminemos allí donde todo empezó. En aquel entonces fue una placa, un disparo, una buena intención y la tristeza. Ahora será una licencia, un disparo, una buena intención y la desolación. Jake Gittes lo sabe muy bien. Todo porque decidió investigar la posible infidelidad de un individuo que, en realidad, no hacía mal a nadie. El tiempo merece ser pisado por las ruedas de un coche que arranca mientras a uno le pinchan la nariz por husmear en negocios de altas esferas. Da igual. Todo termina de nuevo en Chinatown, allí donde los sueños se truncan porque no hay ningún otro sitio al que ir.
Jake Gittes dejó la policía por un error. Ahora es detective privado y sabe que Los Ángeles se está convirtiendo en un nido de corrupción porque siempre se construye sobre aquello que es escaso. Y, en esta ocasión, el agua es escasa. Y mucha gente tendrá sed. Y la ciudad se ensancha. Y seguir hacia adelante es más difícil. Y… déjalo, Jake. Tendrás que morir por segunda vez para que la ciudad pueda saciar su sed. Por el camino, deberás sumergirte en la más baja de las morales, despreciar las cínicas representaciones que muchos van a hacer para ti, encajar las piezas de un rompecabezas que acabarás por no creer y que no hará más que espolear tu honestidad…esa misma que dejaste enterrada debajo del asfalto en el barrio chino. Tal vez no merezca la pena, Jake.
Todo parte de un error y, si lo piensas bien, parece que es el propio destino el que te empuja a volver donde todo empezó y donde todo terminó. El mundo entero tiene algún lugar como ése. Allí donde dejamos el corazón y no queremos pasar a recogerlo porque está demasiado cansado, demasiado herido, demasiado quemado. Y, aún así, volvemos. Volvemos porque hay que volver, porque no queda otra salida, porque las cosas, como las venas del cuerpo, hacen que la sangre se mueva hacia el corazón. En el barrio chino, Jake, allí donde nunca querrías volver.

Roman Polanski dirigió el fantástico guión de Robert Towne realizando un homenaje al cine negro más clásico y con un maravilloso Jack Nicholson de protagonista. En ese estilo de actuar agresivo, único, se hallan todos los miedos y todas las respuestas de un hombre que va a tener que soportar el dolor de nuevo. Por los mismos motivos, por los mismos delitos y por esa maldita honestidad que juró dejar archivada en el cajón de su escritorio. Jake Gittes muere sencillamente porque antes ya había muerto. Y eso no hay quien lo niegue. Ni siquiera el destino. 

4 comentarios:

Unknown dijo...

Buenas,

¿Que se puede decir más de esta película? Una joya del señor Polanski, uno de mis directores favoritos.

Saludos.

César Bardés dijo...

Para mí, su mejor película. Por encima de otras que todos tenemos en mente. Una obra maestra que revolucionó el género negro de forma brillante.
Saludos.

Susanakass dijo...

Cine negro con mayúsculas. Como tu sinopsis, con mayúsculas.

César Bardés dijo...

Gracias, Susana, ya quisiera yo que algo que yo escribiera se acercara a una película como ésta, pero muchas gracias.
Saludos.